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nes, de la marcha en fin, de esta enérgica y antigua necesidad de nuestra administracion.

Y si vamos á investigar las causas de este fenómeno, no las hallaremos tan determinadas que satisfagan al ánimo ménos exigente: encontraremos, sí, laudable celo, empeño decidido, verdadero interés por parte de cuantos gobiernos, tribunales y personas hayan intervenido; pero siempre, y este ha sido un mal muy grave - cuando se ha puesto mano en la estadística, ó se modificaron, ó fueron anulados y sustituidos por otros, procedimientos que, una vez adoptados, deben continuarse hasta evidenciar en el crisol de la experiencia y á virtud de juiciosas observaciones, su correspondencia con los fines á que se dirigen. Pero esto, que no constituye la causa, que es el hecho mismo, independiente de la accion de los que, con buenos deseos é intencion recta le dieron vida, con su repetido hacer y deshacer, merece estudiarse sin pasion y con detenimiento.

Aparecen entre nosotros las necesidades de la existencia política representativa, al comenzar el siglo XIX, y ávida la sociedad española por gozar de las ventajas del sistema constitucional, pregunta, inquiere y legisla, sobre todos los puntos de su organizacion donde ántes vió un peligro, un atropello, ó un abuso. El ejercicio del poder judicial, obtuvo, como no podia ménos, la atencion de los sabios varones reunidos en Cádiz, consagrándele el título quinto de la Constitucion de 1812, y en él, algunos artículos indirectamente relacionados con el asunto de que tratamos. Debemos, pues, el mandato primero para que los tribunales dén noticia de sus actos, á una medida de precaucion en que la idea estadística iba envuelta en gérmen, digámoslo así, pero que no obedecia á intento especial para producirla. No pidamos, en consecuencia, al célebre código político, ni base in

tencional, ni sistema, ni fin estadístico. Las noticias que procuró se reunieran y fueran examinadas, eran simplemente fiscales, y bastaba á su propósito que probasen respeto á la nueva ley, y que, ésta, en su referencia á los procedimientos, protegia los intereses y las personas de los vasallos, convertidos repentinamente en ciudadanos con parte en la soberanía.

Veinticinco años despues, el Gobierno quiso tener estadística, y se dirigió, para conseguirlo, al Presidente del primer Tribunal de la nacion, encargándole de la proposicion de los medios y de la práctica de algunos particulares referentes al mismo objeto. Si el Gobierno se hubiera limitado al primer encargo, y la persona respetable á quien se confirió tan delicada y honrosa mision, hubiera prestado la luz de su entendimiento y su sabiduría para cumplirlo, preparando, con un estudio teórico acerca de la estadística, bases sólidas para su establecimiento, la conducta de los que se han hallado en circunstancias favorables no hubiera sido vacilante, contradictoria é ineficaz. Y advertimos, que al expresarnos en este sentido, no queremos retirar ni una palabra de lo que en otras ocasiones hemos manifestado acerca del mérito de las obras publicadas por el Ministerio de Gracia y Justicia en 1860 y 1861; hoy, como entonces, nos merecen respeto y favorable opinion, y las tenemos por honrosas y brillantes producciones.

Siguiendo en la pretension de definir la generacion del mal, ya que le conocemos en sus efectos, nos inclinamos á creer que el defecto principal está en los medios empleados, y que consiste en la falta de sistema: más bien, en no poseer la piedra de toque en donde contrastar la bondad y los vicios de los elementos puestos en juego, para llegar á donde todos procuramos y nadie acierta.

En nuestro juicio, lo que puede allanar el camino, y ponernos en situacion de ir adelante sin retroceder ni variar de rumbo, es el estudio prévio del método conveniente para recoger los datos y para su exposicion; y el señalamiento de la índole y límites de este género de investigaciones. Para ello, es de sumo interés examinar: la importancia de la estadística judicial; el sistema adoptado para su realizacion; las condiciones de utilidad y de inconveniencia del mismo; el estado de los fueros y tribunales especiales respecto de esta parte de la ciencia; y las reformas indicadas para mejorar este ramo, ó proyecto de sistema, en el caso de estimar insuficiente el que hoy se sigue.

Establecidas, á beneficio de este exámen, las bases fijas, en lo que es permitido lo sean las obras humanas, la aplicacion de los principios que se reconocieran, sería más expedita y regular, sin que en la realizacion de estos servicios, tuviera lugar jamás el inconveniente que lleva consigo la impremeditacion, la carencia de pensamiento, ó la inevitable discordancia que resulta de la múltiple variedad de pareceres, y de la accion interrumpida por los tránsitos repentinos de unos á otros.

Abrigamos la conviccion de que, mientras no se determine, en general y en detalle, el procedimiento que deba ser preferido para formar la estadística judicial, y mientras no se adopte una forma inalterable para su composicion, ó no llegaremos á poseer una série de trabajos capaces de prestar utilidad, ó será imposible aprovecharlos, acumulando y comparando los relativos á períodos de tiempo bastantes para hacer deducciones acertadas de las elocuentes cifras estadísticas.

Repetimos que es superior á nuestras escasas fuerzas, el planteamiento y la resolucion de las cuestiones que iniciamos; pero creemos, que, aun vencidos en nuestra particular opinion, mas descubiertas racionales reglas

de conducta para en lo sucesivo, en el comun sentir de jurisconsultos y estadistas entendidos, habremos prestado un pequeño servicio á nuestra pátria, contribuyendo en algo, siquiera sea poco, al esclarecimiento de la verdad científica.

II.

IMPORTANCIA DE LA ESTADISTICA JUDICIAL.

El siglo actual se distingue de los que le han precedido en la carrera de los tiempos, por el espíritu de análisis y de observacion que preside al movimiento intelectual de nuestros dias. Todas las ciencias, todas las artes, to das las industrias deben el rápido y asombroso desarrollo que han recibido en los últimos cincuenta años, á las indicadas cualidades; siendo la base de su notable adelantamiento, el método para poner en fructuosa contribucion experiencias de lo pasado, y descubrimientos modernos; las enseñanzas de la historia y la luz de los sucesos contemporáneos.

La estadistica que como hecho es tan antigua como la sociedad, si no lo es tanto como el mundo, no podia pasar desapercibida en el curso general de los conocimientos y de las mentales especulaciones; y los pueblos más avanzados en la civilizacion, han pagado un justo tributo á su importancia, haciéndola servir de medio ordenador y de confidente íntimo para asentar las bases más firmes de su gobernacion y de su vida colectiva. Y no

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