DE LA AUTORIDAD DE LOS GOBIERNOS Y DE LOS OBISPOS CONTRA LAS PRETENSIONES DE LA CUBIA ROMANA. POR Francisco de Paula G. Vigil. Opinionum commenta delet dies PRIMERA PARTE. TOMO 1.0 CICER. LIMA: Imprenta administrada por José Huidobro Molina. Non possumus aliquid adversus veritatem, sed pro veritate. "Hermanos mios, nada vale nuestro poder empleado contra la verdad, sino en defensa suya." SAN PABLO 2. CORINT. c. 13. v. 8. Si consuetudinem fortassis opponas, advertendum est quod dominus non dixit-ego sum consuetudo, sed veritas. "Si alegas la costumbre en tu favor, ten presente que el Señor se llamó verdad, y no costumbre.” EL PAPA GREG. 7. APUD GRATIAN. DIST. 8. c. 5. Jura veritatis nulla plurimorum sæculorum valent prescriptione lædi, nec innumera testium multitudine obrui atque labefactári. "No hai prescripcion contra la verdad: nada pueden contra ella el trascurso de los siglos, ni la muchedumbre de los testigos." EL CARD. BARONIO Año 109. N. 51. Magna vis est veritatis, quæ cum per se intelligi possit, per ea tamen ipsa quæ ei adversantur elucet. "La verdad tiene gran poder para ilustrar y convencer el espíritu; pero se conoce mejor y brilla mas, al examinar los argumentos que se ponen contra ella." SAN HILARIO DE POITIERS EN EL LIB. 7. DE TRINITATE, NUM. 4. DISCURSO PRELIMINAR. Pocas verdades habrá, de las que usamos con frecuencia en el trato de la vida, que sean tan universal y constantemente reconocidas, y en que tengámos tanta razon, como cuando decimos-LA OPINION ES LA REINA DEL MUNDO. Cualesquiera que hayan sido las Sectas ó partidos que desde atrás dividieron la superficie de la tierra; por grande que fuese su entusiasmo al pretender cada cual que poseia los títulos de la verdad; y diferentes y encontrados los interéses que los animaban, y encarnizados y de muchos siglos sus odios y rencores; todos han concurrido espontaneamente, dejando á un lado los motivos de separacion, para decir á una-LA OPINION ES LA REINA DEL MUNDO. No hay en el universo un punto que no sea del dominio de la opinion. Todo, todo le está sometido; nada hai que desconozca su imperio; y el temerario que osa desobedecerle, sufre en el instante dura pena por su atrevimiento. Los déspotas mismos, esos seres que se llaman hombres, y ejercen ilimitado poder sobre los hombres, respetan la opinion que los sujeta y pone á ra→ ya; y con toda su ostentosa Magestad, q' mano armada le dispu. ta su jurisdiccion, tienen que humillarse á su presencia. La fuerza se mide á sí propia, y calcúla ántes de arrojarse; la opi→ nion no necesita de cálculo; ella se basta en cualquier tiempo, porque en sí encuentra virtud para contrastar todas las fuerzas; y si alguna vez guarda silencio y se retira, es para volver como torrente á domeñar, ó hacer suyos á los que ufános se proclama. ban sus vencedores. Quien se vale de la fuerza, vive siempre cauteloso, y en vela y recelando; de otro modo no puede mantener su autoridad: la opinion reina tranquila sobre sus adoradores á manera de Deidad doméstica, ó como los antiguos Penates, á quienes las familias tributaban culto en sus hogares. Lo que nos hace juzgar, y q' formémos concepto de las cosas; esa idea original fuertemente estampada allá en nuestros aden |