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hombres; Guerrero estaba adornado de inteligencia por la Naturaleza, nada importaban para sus triunfos las reglas de una escuela. En prueba de ello, podemos hacer memoria del Coronel Balbontín, persona educada en la escuela militar, y cuyos conocimientos, nada tenían de dudoso; y sin embargo, podemos hacer una comparación, de él y del General Rosas Landa, quien también poseía un estudio severo en la carrera militar, con el genio de GUERRERO, el GENERAL DIAZ y otros varios militares, que sobrepujaron á los que solamente se atenían á las reglas de la escuela, que no me atreveré á despreciar, pero que en la práctica siempre se ve brillar al buen genio natural, que sobresale con felices aciertos, compitiendo con los que la pura teoría puramente, puede engendrar. El Coronol Balbontín, en Oaxaca, hombre de bastante capacidad y de una instrucción militar bastante considerable, las reglas de la guerra estaban en él, como se dice vulgarmente, en las uñas.

En la segunda vez que Cobos invadió Oaxaca, el General Díaz, el día de la Candelaria, había tomado el cerro de la Soledad, y él y todos los demás liberales, sufrieron allí cerca de tres meses al sol y al sereno, y comiendo un alimento escaso, pues aun la ración de carne que podían conseguir alguna vez, la tomaban cruda.

Cobos estaba bien protegido entonces, por el gobierno, que había elevado á este hombre hista el puesto de General, cuyo gobierno era el de Santa-Anna, que vino á la República á consecuencia de la renuncia de Arista y salida de Ceballos y Paredes del gobierno de la República mencionada, por distintos motivos; en cuyos tiempos, desde Arista, ya Cobos y otro compañero que no me acuerdo su nombre, habian caído prisioneros, cuando un fiel soldado del gobierno de Arista, supo cumplir con su deber. Una vez que los otros jefes habían sido seducidos por algunos ricos de esta capital, que con Santa-Anna, formaban la compañía de explotación de tabacos, como ya he dicho en la historia del Señor Juárez, se habían vendido los otros jefes, perseguidores de los bandidos.

Cobos y ese otro guerrillero, ambos contaron al Padre Fray José Díaz, guardián del ex-convento de San Francisco, de Orizaba, cuando los llevaron allí prisioneros, y al verlos este Padre constantemente alegres y cantando con la vigüela, se admiraba de la impasibilidad de éstos.

Las tropas de Cobos, salieron de la plaza á perseguir á unos pobres pobres soldados que bajaron del cerro á merodear, en el Valle de Etla, alguna yerbî para los caballos. Estos colectores de yerba, se aguardaron á que la caballería perseguidora, estuviera á tiro de fusil; y cuando esto se verificó, soltaron la yerba y empezaron á hacer fuego sobre los de la caballería. Bajaron algunos del cerro á ayudar á rechazar á los cobistas; éstos tuvieron que encerrarse en la plaza, y volver á salir con refuerzos mandados por Cobos, y por segunda vez los volvieron á encerrar. Este triunfo, fué solemnizado en el cerro, con gritos y aplausos, en lugar de las campanas. Pero al otro lado del cerro estaba un destacamento de soldados costeños de Jamiltepec y Tlaxiaco. Estos, ansiosos de gloria, también sin orden ninguna, bajaron á la falda del cerro en busca de otro triunfo.

Yo estaba colocado en el campanario de las Nieves, á poca distancia de aquel lugar, y armado de un buen anteojo de larga vista, veia las cosas como si las tuviera muy cerca. La caballeria de Cobos, estaba escondida en una larga barranca que venía á desembocar al río de Jalatlaco. Los costeños, que ya habían sido armados de fusiles, sin precaución alguna, llegaron á caer, casi envueltos en la caballería. Todos los guerreros del cerro se encontraban afligidos, y entendían, como el mismo Coronel Balbontín, que sólo la formación de un cuadro los podía salvar. Pero vieron, que en lugar de juntarse y huir á todo escape de la caballería, se empezaron á dispersar y colocarse donde les convenía. La caballería empezó á hacer uso de sus lanzas, y á un pobre costeño, de que no habla Balbontín porque era imposible que lo viera, le metió en el pecho ó en el vientre la lanza, y este hombre, de supremo valor, considerándose perdido no quizo morir sin venganza. La lanza la hizo pasar él mismo, más profundamente de su cuerpo, y alcanzando el cuerpo del soldado de caballería, le dió un machetazo tan fuerte en el muslo, que saltó esta pierna al suelo y el cuerpo del hombre cayó por el otro lado del caballo. Ambos murieron.

Los demás costeños dispersos, tomaron sus fusiles con la mano izquierda, y su filoso y pesado machete, con la derecha: el fusil tomado del medio, les servía como un garrote para quitarse Jos lanzazos, y el machete, pesado y de mucho filo, caía sobre el soldado de caballería, desprendiéndose de él la lanza con todo y brazo. Al fin de esta refriega horrible los soldados de Cobos tuvieron que correr de aquel lugar, lleván lose sus muertos que tuvieron, y quedando, por supuesto, en una completa derrota. Los costeños volvieron á su puesto triunfantes, y por no alargar más lo que escribo, no copio la admiración y sorpresa de Balbontin, Landa y los demás guerreros que asediaban á Cobos, porque este Balbontín hace muy largos sus elogios de estos guerreros, á quienes dice, que sólo triunfaron en este difícil encuentro, porque pusieron en práctica un medio sorprendente, que en ninguna lección militar habia encontrado. Yo creo que el Señor General Díaz, actual Presidente de la República, no olvidará este hecho de que fué testigo, y que servirá de mucho para la defensa de la patria, y principalmente cuando las armas del enemigo sean más ventajosas, á grandes distancias; pues el valor de los mexicanos y con especialidad el de los costeños, sacrificará unos cuantos individuos, y se pondrán á la arma blanca, apoderándose de armas y municiones, como pronto vamos á ver en la historia militar del General Don Vicente Guerrero.

ARTICULO SEGUNDO.

Casi, casi la entrada de Guerrero á la defensa de la patria, se confunde con el grito de Independencia que Hidalgo inició en Dolores. Los datos que se encuentran en la historia, aseguran, que Guerrero se puso en armas para defender la Independencia de la patria, en Octubre ó Noviembre del mismo año de

1810, y sirvió como militar á las órdenes del General Galeana, en la división que Morelos organizó, por orden del General Hidalgo, y su destreza y demás. aptitudes, muy pronto lo elevaron, figurando ya como Capitán en Izúcar, en Diciembre de 1811, y sus cualidades físicas y morales eran de tal manera, que al marchar Morelos para Tasco, le dejó encargado del mando de aquella plaza. Don Carlos María de Bustamante y el mismo Don Lucas Alamán, aseguran que se hizo muy notable en la acción que sostuvo en el mismo Izúcar, contra el Brigadier Llano, á quien derrotó en 28 de Febrero de 1812, extendiendo por aquelios rumbos la causa de la Independencia. La existencia, el vigor y la destreza de Guerrero, estaban sostenidos por la Providencia, en favor de la Patria Mexicana, pues el mismo Guerrero refirió á Don Carlos María de Bustamante, que en este sitio de Izúcar, cayó en su cuarto una gran bomba, que fué á reventar debajo del catre en que descansaba, sin sufrir lesión alguna, pudiendo entonces ayudar á Morelos á sus fatigas y acciones, de donde resultó que á poco, figuró como uno de los principales jefes de la Independencia.

Fué tal la actividad y acierto de Guerrero en estas fatigas, que Don Lucas Alamán, no obstante que procuraba ocultar sus triunfos, no pudo menos de confesar de algunos de ellos, que por notables no dejó de referir.

El desastre de Puruarán, y cuando ya el Congreso empezaba á vagar de punto en punto, y la estrella de Morelos empezaba á eclipsarse; cuando la ruina de la causa empezaba á anunciarse, debido á la división entre los jefes de segundo orden, y los cambios políticos de la Europa, imprimían algunas variaciones que se hacían resentir hasta México, Guerrero recibe el grado de General, y con sus nuevos trabajos, abre la tercera época de la lucha terrible de la Independencia. Marcha de Coahuayutla á Coyuca, con el fin de derramar la revolución de la Independencia en todo el Sur, tal como Hidalgo había encargado á Morelos, y éste al General Guerrero, del que venimos haciendo mención.

En Septiembre de 1814, camina solo para Silacayoapam, de Oaxaca, donde en un cerro encuentra á Sesma fortificado. Este jefe, mirando que su tropa recibia un gran gusto con la presencia de Guerrero, le mandó á Rosains, con una carta como la de Urías, y con veinte hombres desarmados. Al llegar al río Jacachi, encontró á Don Francisco Leal, que era el comisionado que Sesma había mandado á Rosains, antes de despacharlo á él. Maliciando este doble envío, los dos de acuerdo, abrieron las cartas que llevaban, y se encontraron con que en ellas llevaban el encargo de que á Guerrero no se le diese mando alguno, pues que era necesario vigilarlo mucho, y de Leal, que era realista y adicto á Guerrero, circunstancias incompatibles.

En consecuencia de tal descubrimiento y de la noticia de que Sesma iba á perseguirle, contramarchó solo, con sus soldados desarmados al cerro de Papalotla; allí permaneció ocho días sin más armamento que dos escopetas y un fusil sin llave. Al cabo de este tiempo, apareció una sección enemiga de setecientos hombres al mando de José de la Peña, con la cual era imposible luchar.

Sin embargo, el genio atrevido de Guerrero, y su esperanza de sacar pro

vecho en favor de la patria, lo hicieron decidirse á una aventurada lucha: armó á sus soldados con garrotes, y para hacer ruido con sus escopetas, las llevó cargadas; pasó el río á nado con sus soldados, enmedio de las tinieblas de la noche, y arrojándose audazmente sobre el enemigo, que estaba descuidado, mató á los que pudo; otros huyeron, y al amanecer, se encontró con cuatrocientos prisioneros y otros tantos fusiles, con parque y demás útiles de guerra. Dió parte á Rosains de su triunfo y utilidades, y le pidió auxilio para continuar levantando el espíritu; y aunque Rosains le ofrecía dárselos, esta oferta iba mezclada con la orden de que se le reuniera, y como esto olía á entorpecer sus trabajos, Guerrero se cuidó de reunirse con él, y se decidió á seguir trabajando separado. Siguió su marcha para Jocomatlán, y allí hizo su campamento en una altura cercana al pueblo; y como sus soldados habían bajado al pueblo á proveerse de víveres, Lamadrid con una fuerza de 800 hombres, sorprendió á los soldados y al pueblo, y esto hizo á Guerrero bajar á defenderlos no llevando consigo más que un corneta y un tambor. El pueblo, que había simpatizado ya con Guerrero, y principalmente en esta acción de valor, se unió á él, y ayudado con este auxilio y con sus soldados, rechazó á Lamadrid, haciéndole varios muertos y quitándole un cañón.

Estos triunfos y recursos obtenidos en ellos, lo hicieron decidirse y marchar para el cerro del Chiquihuite; y entonces se le presentó otra vez Lamadrid á atacarlo, con una fuerza de más de mil hombres. La suerte, en esta vez, también le fué adversa á Lamadrid, quien quedó derrotado por Guerrero.

Estos hechos famosos, despertaron el ánimo de la mayor parte de los na. turales de las mixtecas, y entonces el General Guerrero recorrió todo el Sur, y en Xonacatlán, supo que el enemigo se acercaba á las órdenes del General Combé. Entonces se retiró á Alcozauca, donde tuvo grave disgusto con el cura, por que supo que éste tenía inteligencias con los españoles; y sin embargo, le quería engañar, haciéndose entender como muy adicto á la causa de la Independencia, y aun creyó dicho cura, que huía del encuentro de los que le buscaban, para atacarle. Mas aguardó la noche en un cerro, y á las once de ella, retrocedió violentamente sobre el enemigo, y con tanta rapidez y energía, que los sorprendió y derrotó completamente, fusilando á algunos, entre ellos á Don Joaquín Combé, á quien ofreció la vida si adoptaba la causa de la Independencia, más como éste se negó, fué fusilado en pena de su insistencia. De este punto marchó para Ometepec, colindante con lo que hoy es el Estado de Oaxaca, dividido solamente por el río de Santa Catarina, que es bastante caudaloso y profundo, y muy poblado de lagartos. Hizo una buena fortificación en Tlamajalcingo, fundió varias piezas de artillería, arregló una maestranza, fabricó pólvora, etc., etc., y engrosó su división con nuevos reclutas, á quienes hizo dar toda la posible instrucción. Mandó después una expedición á Ometepec á las órdenes del Coronel Juan del Carmen, que derrotó la primera partida que encontró, recorriendo en seguida todo el rumbo, con el objeto de aumentar las fuerzas, como lo consiguió con muchos individuos, siendo el más notable Don José Germán de Arroyes, que se pasó con una compañia de realistas. Durante este tiempo,

Guerrero hizo fabricar vestuarios, y uniformó y equipó su división lo mejor que pudo; despachó segunda vez á Carmen á expedicionar por el país, y á su regreso le hizo conocer por su segundo; y dejándole en Tlamajalcingo, marchó con una sección de infantería y una partida de caballería hacia Xonacatlán, donde supo que marchaban sobre él: Lamadrid, de lzúcar, y Armijo, de Chilapa. En efecto: el primero, se dirigió rápidamente y atacó á Guerrero con furor, hasta llegar á la bayoneta. Pero después de algún tiempo de lucha, en que el General mexicano manifestó la mayor serenidad, y la más completa firmeza, Lamadrid fué rechazado con bastante pérdida, y dejando no pocos prisioneros y armas. Guerrero levantó en aquel lugar una fortaleza, donde dice el Señor Bustamante que se repitieron algunas otras acciones gloriosas.

Este conjunto de acciones ganadas y de movimientos tan diestros, es un segundo mentís, á los que, ultrajando la inteligencia de Guerrero, lo hacen un hombre común, siendo más comunes aquellos que no aprecian el vatimiento y los favores de la Omnipotencia. ¿Pero de dónde, de qué escuela ha venido Guerrero á ser un genio de la guerra y trabajar con tanto acierto por la patria? Yo creo, que la Naturaleza ha obrado en él, como un genio protector. Tal vez, como representado el poder de Dios, por esa especial y brillante estrella del medio día, que cuando los rayos del Sol hieren muy directamente á la Tierra, y no estorban, por lo tanto, la visión de dicha estrella, que con franqueza, durante las noches, se presenta con todo su explendor: ha sido la guía, hasta aquí, en su camino franco y legal, en la lucha de los esfuerzos entre realistas y los separatistas del trono ospañol.

Parece también, que Guerrero, directamente el Señor del Universo, para inspirarle más y más la firmeza de su lucha por la libertad de México, le presenta un gran modelo de valor y firmeza en sus opiniones, constituído por una gran madre de la patria, cuya fe, cuyo valor indomable y diligencia sin límites, ha elevado á la mujer mexicana á hacer el gran papel que arruya y mima al patriotismo.

Es de inferir que Guerrero, haya recibido de esa gran mujer lecciones bien tempranas, puesto que en el mismo año que se dió el grito de la Independencia, Guerrero apareció en campaña, enarbolando la bandera de la misma Independencia, y que quizá haya concurrido al lugar donde se reunían los futuros independientes, para tener sus combinaciones; por lo mismo, aprovecho esta historia, para unir con ella, aunque en extracto, la de la gran heroína de Pátzcuaro, la más alta mexicana, en materia de patriotismo: DOÑA GERTRUDIS BOCANEGRA DE VEGA!

ARTICULO TERCERO.

Allá en el Estado de Michoacán, teatro de tantos acontecimientos en fa vor de nuestra Independencia, aparece un bello pueblo, que se levanta á orillas de una preciosa laguna, que alimenta sápidos y vistosos peces. A ese pueblo se le

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