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AREQUIPA.

Un brazo de Micaela Bastidas.

CHUMBIVILCAS.

Una pierna de José Gabriel Tupac-Amaru, á Livitaca.
Un brazo de su hijo, á Santo Tomás.

PAUCARTAMBO.

El cuerpo de Castelú, en su capital.
La cabeza de Antonio Bastidas.

CHILQUES Y MASQUES.

Un brazo de Francisco Tupac-Amaru, á Paruro.

CONDESUYOS DE AREQUIPA.

La cabeza de Antonio Berdejo, á Chuquibamba.

PUNO.

Una pierna de Francisco Tupac-Amaru, en su capital.

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NOTA Fernando Tupac-Amaru, de diez y medio años, é hijo de José Gabriel, fué pasado por debajo de la horca y desterrado por toda su vida á uno de los presidios de Africa.

PASTORAL DEL OBISPO DE BUENOS AIRES.

Nos D. Sebastian Malvar y Pinto, por la gracia de Dios y de la Santa Sede, Obispo de Buenos Ayres, del Consejo de S. M. &a.

A todos nuestros diocesanos, salud y paz en Nuestro Señor Jesucristo. Ya sabeis, queridos fieles mios, como en el próximo mes de Noviembre y antecedentes, se levantaron en este reino unos hombres traidores á Dios, á la Iglesia y al Rey. Tambien habrá llegado á vuestra noticia, que estos perversos no hubo maldad que no cometieron, delito que no hayan perpetrado, ni sacrilejio que dejasen de hacer. Se abandonaron á sí mismos, se desertaron de la sociedad española, y olvidándose enteramente de los respetos de la humanidad, no perdonaron la vida aun á los mas tiernos infantes, y lo que es mas horrible, pusieron sus sacrilegas manos en los sacerdotes del Señor, degollaron á los Ministros del Santuario, arrastraron las

adorables imájenes de los Santos, profanaron los vasos sagrados, pisaron el Venerable y Sacrosanto Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, hollaron con sus infames piés las hostias consagradas, é hicieron finalmente á los templosjtestigos de sus mas abominables obscenidades y lascivias. Parece que estas furias infernales, llevadas de su antojo y capricho, iban á acabar con nuestros hermanos, con la relijion y la iglesia; pero aquel gran Dios, que ha prometido no dormir jamás en la custodia de esta su escogida Raquel, dispuso que cesasen los lamentos y trajedias.

El dia, pues, de ayer, 23 del corriente, recibimos por el correo de Chile noticias fijas y ciertas, que el 8 de Abril próximo fué derrotado y preso el traidor José Gabriel Tupac-Amaru, con su mujer, hi-. jos, hermanos y demas secuaces que le acompañaban, é influian á negar la debida obediencia á Dios y á nuestro católico Monarca. Y ¿qué vasallo fiel y leal no se alegrará en el arresto de este rebelde? ¿Qué español verdadero no concibe en su pecho una excesiva alegría, por noticia tan plausible? ¿Qué cristiano no se empeñará en tributar á Dios los mas rendidos obsequios, por habernos concedido un beneficio tan grande?-Si, amados hijos: este suceso es digno de todos nuestros votos y de las mas fervientes oraciones. El amor que debemos al Rey y á la Religion que profesamos, exije que exhalemos nuestros corazones en alabanzas y cánticos. હું Y á quién mejor se pueden dirijir nuestros sacrificios, que á la Trinidad Beatísima, Padre, Hijo y Espiritu Santo, Patrona de esta muy Ilustre Ciudad de Buenos Aires? Si, Señores: á la Trinidad Santísima, formaron los mas célebres cánticos de agradecimiento Noé y sus hijos, cuando se libertaron del diluvio universal. A la Trinidad Santísima hicieron solemne fiesta los Macabeos, despues de haber derrotado el ejército de Antioco, y quitado la vida á los mejores generales de su reino. A la Trinidad Santísima tributó el pueblo de Israel y su santo rey Ezequias, las mas rendidas gracias, cuando sacudieron el yugo y tiranía de Senacherib, rey de los Asirios. A la Trinidad Santísima adoró el Pontífice Joazin y sus presbíteros, cuando la valerosa Judith destrozó el ejército de Holofernes, cortando la cabeza á este aleve tirano, y por tres meses fué celebrado el gozo de esta victoria, ofreciendo todo el pueblo votos, holocaustos y promesas.

Pues, amados hijos mios, ya que no celebremos la victoria que acabamos de conseguir, por el espacio de tres meses, feștejémosla á lo menos con tres ó cuatro dias de solemnidad. Cantemos en el primero una misa y Te-Deum, dando gloria al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo. Expóngase al mismo tiempo el sagrado cuerpo de Nuestro Salvador, en desagravio de los desacatos, irreverencias y maldades, que contra él, y en su misma presencia, cometieron nuestros falsos hermanos. Téngase por otros tres dias patente á este Señor Sacramentado, para que todo el pueblo le alabe, lo bendiga y engrandezca con súplicas, ruegos y ardientes suspiros. Concédase úl

HISTORIA-23

timamente indulgencia plenaria á los que se conficsen y comulguen en estos tres dias, pidiendo á Dios por la salud y vida de nuestro amable Rey, por la de los Serenísimos Señores, Príncipe y Princesa, y demas familia real, por la exaltacion de la Santa Iglesia, por la paz y concordia entre los príncipes cristianos, y por todas las necesidades de España. Así, amados hijos, queremos que se haga en todas las parroquias de nuestro obispado; y en virtud de las facultades apostólicas con que nos hallamos de nuestro Sumo Pontífice reinante, concedemos indulgencia plenaria para tres dias, que señalarán los párrocos á los que en ellos confiesen y comulguen.

Y por lo que pertenece á esta ciudad de Buenos Aires rogamos á todos los párrocos, sacerdotes y demas ordenados, concurran el dia 28 á nuestra Santa Iglesia Catedral á las diez y media de la mañana. En este dia celebraremos de pontifical, expondrémos al Santísimo, y entonarémos el Te-Deum. El dia de nuestro Padre San Pedro será el primer dia de las cuarenta horas é indulgencia plenaria, y tambien oficiarémos la misa. El segundo y tercer dia celebrarán nuestros hermanos y Señores Dean y Arcediano; y teniendo satisfaccion de que todo nuestro clero se conformará con nuestras determinaciones, disponemos, que el primer dia de las cuarenta horas pague los gastos de la música, cera y demas que se ofrecieren, la una parte la fábrica de la Iglesia, y la otra la hermandad y mayordomos de San Pedro. El segundo dia los costearemos Nos y nuestro muy ilustre Cabildo. El tercero será á cuenta de nuestros muy amados párrocos y clerecía, y tambien por nuestra parte ayudarémos. A las demas gentes y sagradas religiones no queremos gravarlas con pension alguna; pero deseamos que procuren acompañarnos á dar gracias al gran Padre de las Misericordias, para lo que á los segundos se les pasará cortés y atento recado, por nuestro Secretario de Cámara, y para que llegue a noticia de los primeros, se fijarán edictos en todas las iglesias.

Ultimamente, exhortamos á todos nuestros súbditos, á perseve— rar en la obediencia de Nuestro Católico Monarca, y en el respeto que se debe á sus vireyes, gobernadores y Ministros, cumpliendo con el precepto del Apóstol, que nos intima, que toda alma esté sujeta á las superiores potestades.

Dadas en nuestro Palacio Episcopal, firmadas de nuestra mano y refrendadas por nuestro Secretario, á 24 de Junio de 1781.

Fray Sebastian,
Obispo de Buenos Aires.

Por mandado de S. S. I. el Obispo, mi Señor.

D. Francisco Gonzales Prado,

Secretario.

Relacion del cacique de Puno, de sus expediciones, sitios, defensa y varios acaecimientos, hasta que despobló la villa de órden del Sr. Inspector y Comandante General D. José Antonio del Valle. Corre desde 16 de Noviembre de 1780 hasta 17 de Julio de 1781.

Un indio, cacique del pueblo de Tungasuca, provincia de Tinta, inmediata al Cuzco, que se nombra José Gabriel Tupac-Amaru, prendió á su correjidor D. Antonio Arriaga, y lo mandó asesinar el dia 10 de Noviembre del año pasado, sin que hasta la fecha hayamos conseguido una noticia cierta y clara de los motivos particulares que acaso le impulsaron á un atentado de esta naturaleza, ni de todas sus circunstancias, que se refieren con veracidad.

2. D. Vicente Horé, correjidor de la provincia de Lampa, de la comprension de este vireinato y confinante con la expresada de Tinta, con la novedad de este suceso desgraciado, y de que el cacique agresor, despues de apoderarse de esta última ciudad intentase lo propio con las otras de Chumbivilcas y Caylloma, que sin tardanza abrazaron su partido, libró los correspondientes exhortos á los correjidores de Azúngaro, Carabaya, Puno, Chucuito, Arequipa y la Paz, con el designio de ahogar en sus principios este incendio, haciendo toda la resistencia posible á sus progresos. Con efecto, luego que llegaron á nuestras manos, con la noticia dolorosa, que se divulgó bien presto, de que habia perecido á manos de aquel infame un número considerable de fuerzas que se le opusieron del Cuzco, y contemplando en semejates circunstancias urgentísima la necesidad del socorro que se nos pedia, dispuse estas milicias con presteza posible, cuyo número solo llegaba al de 166 hombres armados con brevedad, y la poca pólvora y balas que pudo conseguirse, y marchando con direccion á la de Lampa, concurrieron en su pueblo capital, con el gobernador de Chucuito.

3. Pero, como, aun reunidas nuestras milicias que llevában pocas armas con las cortas que restaban en dicho Lampa, por el destacamento que se habia hecho de antemano, con la idea de fortalecer el de Ayaviri, no se contemplasen bastantes para buscar al enemigo, cuyas fuerzas se creyeron incomparablemente mayores por las noticias que lo aseguraban, se tuvo por mas oportuno que marclrase yo con mis gentes, en calidad de segundo comandante, á reforzar este último pueblo que se reputaba como frontera. No me detuve un punto, y despues de dos jornadas, recibí una órden, que me pasaron los correjidores de Lampa y Azángaro, y D. Francisco Dávila primer comandante nombrado con notable instancia, para que regresase al instante con mis tropas, y otros cien hombres mas que conducía á mis órdenes, en cuya vista no tuve deliberacion, sino para retroceder, como con efecto lo practiqué hasta Lampa, al propio tiempo que á los oficiales que estaban en Ayaviri se les habia mandado igualmente se retirasen al mismo pueblo; pero estos que lo

eran el coronel de milicias de la provincia de Azángaro, y el teniente coronel de las de Lampa, suspendieron la ejecucion de esta órden, exponiendo las consideraciones que tuvieron para no obedecerle. No obstante, habiendo, comprendido que era absolutamente necesario que reuniesemos nuestras armas y nuestras fuerzas, para resolver de concierto y con conocimiento de todas ellas, lo que pareciere mas acertado para detener al enemigo, se les escribió segunda vez que cumpliesen con lo mandado; á cuya órden llegó á sus manos en la misma sazon que aquel, y sus tropas estaban tan inmediatas al dicho Ayaviri, que no pudo efectuarse la retirada con el órden necesario. De manera que salieron como les fué posible, cayendo muchos en manos del traidor, á quien se juntaron, ó por malicia ó por la lisonjera seguridad de sus vidas y sus personas, que tuvo cuidado de prometer, publicando que su ánimo nunca tenia por objeto el agravio de criollos, sino solo el exterminio de correjidores y chapetones y quitar repartos, alcabalas y mitas de Potosí.

4. En esta misma razon se formó un consejo de guerra, para deliberar sobre las resoluciones que convendria abrazar en la situacion en que estábamos, y habiendo expuesto el coronel y teniente coronel de caballería de Lampa, se guarde desconfianza en la conducta de los milicianos en quienes no sirve de gobierno el honor para el arreglo de sus operaciones, mayormente hallándose provocados con el insidioso atractivo de que no sufrirán la menor violencia ó perjuicio, y teniéndose presente que una mayor parte de la pólvora y balas, dispuestas para nuestras armas, habian caido en poder del indio en el mencionado Ayaviri de que se hizo dueño, juzgamos de que parecía mas acertado al retirarnos al pueblo de Cabanilla; y se hubiera practicado, si al mismo tiempo de intentarlo, no se hubiera advertido que las milicias del pueblo de Lampa no verificaron su

reunion.

2. Por esta causa el gobernador de Chucuito y yo, despues que llegamos al dicho Cabanilla, en compañía del de Lampa, Azángaro y Čarabaya, nos dirijimos con nuestras gentes á nuestras respectivas provincias, marchando los otros á la ciudad de Arequipa, en solicitud del auxilio que ya el primero tenia pedido. En este caso, en que podia ya contemplarse la capital de Puno, como barrera de estas provincias de arriba, sujetas al gobierno de este vireinato, y con ánimo de defenderla, pasé revista de mis gentes que las hallé completas, y solicité que el correjidor de la Paz y el de Chucuito, me franqueasen algun socorro, que no fué posible alcanzarlo, y aun á pesar de los positivos deseos con que el último pretendia unir sus fuerzas con las mias, para que entrambos obrásemos de acuerdo, por que se hallaba sumamente inquieta su provincia,

6. En este estado, que fué sumamente doloroso y sensible á mis deseos, y á vista de que todos los que podian servir en iguales circunstancias determinaban salir ya de esta villa, para retirar sus familias y sus muebles, y sustraerse del furor y latrocinio del traidor y

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