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ofreciéndose pleitos con las partes de las comunidades, sobre tierras con los hacendados, se componen con ellos para que entren en las que no les tocan, y por eso los originarios no tienen donde cultivar; y por lo mismo, por eximirse de tributos en muchas partes, se van á hacer yanaconas de haciendas en que viven con mas libertad, sin pasar alferazgos, mitas de Potosí, ni otros empleos en oficios públicos. Todo lo cual consta de haber observado mi hermano D. José Gabriel Tupac-Amaru, con motivo de haber sido cacique y gobernador en Tungasuca, segun lo acreditan sus mismas actuaciones á que me remito; en las cuales aparecen otros mayores excesos que omito para mejores ocasiones, contrayéndome por ahora solamente á los puntos arriba espresados, porque no se detenga por mas tiempo este medio informe, que lo hago con la veneracion y respeto debido á un Sr. Ministro superior como V. E., demostrando ingénua y siniestramente los muchos y diversos padecimientos de los infelices vasallos, por ser dignos de la primera atencion, que claman por sumo correspondiente y pronto remedio. Siendo á mi entender el primario, el que quitándose correjidores y sus repartos, con otras pensiones, en que mas atesoran ellos y sus administradores, se reconocerá mucho aumento en el real patrimonio de S. M. con solo el ramo de tributos, á que á los españoles se hallan prontos á concurrir gustosos, con tal de libertarse de la pesada carga de correjidores: en cuyo lugar pudieran nombrarse gobernadores para cada provincia, con el objeto de distribuir justicia á las partes, y quedar con la ejecucion y cargo de tributos, que produjeran muchos adelantamientos á favor del real erario; y esto con la diferencia de los naturales, que en copioso número han arruinado los correjidores y varios españoles, que por su misma causa habian muerto. Y sin duda que casi se hubieran arruinado, si mi prudencia, á fuerza. de castigos y apercibimientos, no hubiese contenido á los naturales ofendidos, lo cual ha sido bastante para aquietarse ellos, y que se haya logrado la existencia y libertad de muchos españoles criollos, de que varios se hallan en mi compañia, sostenidos con paternal amor y acariciados como á propios hijos, segun se manifestará á su debido tiempo. Y lo que únicamente ha sucedido es el castigo á la obstinada rebeldia de los opositores desobedientes á la ejecucion de lo ordenado por S. M. el Sr. D. Carlos III, encargando su cumplimiento, segun dicho es, D. José Gabriel Tupac-Amaru.

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Este sujeto sabria las facultades que se le confirieron para formalizar sus actuaciones, que por precision me habia obligado á proseguirlas con mis sobrinos, tanto por saber que era por superior mandato, cuanto por precaver los riesgos que amenazaban á los jueces ó correjidores resentidos contra mi persona y la de mis sobrinos, que en nada habiamos delinquido; pues yo tenia mis intenciones muy separadas del hermano por quien se nos habia procurado molestar hasta la ocasion del indulto y perdon general, que lo hemos abrazado con la mayor satisfaccion y gusto, y demostracion de nuestra jus

ta gratitud y debido reconocimiento. Quedamos prontos á intervenir con nuestras personas á una revista y numeracion general de tributos, que precisamente se deberá hacer por medio de los jueces comisionados que V. E. podrá nombrar y destinar, pues de otro modo no se sabria la cantidad exequible á que pueda ascender dicho real ramo de tributos, para que se puedan ir pagando conforme se fuesen reponiendo los sujetos que los hayan de satisfacer; y solo en la ocasion no les permitirán sus notorios atrazos, por el detrimento universal que todos han sufrido; lo cual debo exponer, como tan leal vasallo de S. M. y ahora mas obligado, con el nuevo motivo del indulto general franqueado á todos, que abrazo, y al cual me acojo implorando humildemente su mas exacto cumplimiento y real atencion, que se nos amplía con tan real generosidad.

En conclusion, por ahora, de esta representacion á la piadosa rectitud de V. E., por los muchos agravios que padecen los trajinantes arrieros, así por parte de los aduaneros y cobradores de nuevos impuestos, como tambien de los hacendados que por razon de yerbajes cobran lo que les parece. Y de esta suerte padecen infinitos agravios, en especial por las partes del Cuzco, donde al pasar y volver por los obrajes de Parupujio, Pichuichuro y Taray, robaban los presos, para mantenerse cuanto podian de los pasajeros, porque jamás les pagaban los jornales, pues todo se los engañaban los dueños de dichos obrajes; y por esta razon resentidos los naturales, les habia metido fuego á instancias de los mismos presos. Y sin embargo de esta experiencia corre con mas exceso lo practicado de Pomacanchi y otros que subsisten: lo que no siendo conveniente, sería menos mal, que en su lugar solo hubiese chorrillos, como mas útiles y menos perjudiciales á los oriundos del reino.

En suma, y respecto de que con suma obediencia me he sujetado y acojido al indulto general que V. E. se ha dignado franquear á todos los vasallos de S. M., y bajo su real palabra, suplico rendidamente á su noble generosidad se sirva adjudicarme el marquesado de Urubamba, sito en el valle de Oropesa, con sus respectivas fincas, cuyos instrumentos se hallan en esta capital de Lima, con motivo del injusto pleito que sigue N. García; y así mismo los cocales de San Gavan en la provincia de Carabaya que todo era perteneciente á mi hermano D. José Tupac-Amaru, y por él á mí, á su hijo Mariano y sobrino Andrés, que necesitamos para nuestra sustentacion. En todo lo cual espero de la proteccion de V. E. su patrocinio, de que imploramos justamente el remedio de todos los males que clamamos con las voces del profeta Isaías-Domine, vim patior responde pro me patientibus.

Nuestro Señor guarde la muy importante vida de V. E. con salud perfecta los muchos años que le ruego, y há menester este reino para remedio de todos sus males y términos de sus fatigas. Azángaro y Octubre 18 de 1781.

Diego Tupac-Amaru.

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Despues de diversas cartas que me ha escrito Miguel Bastidas, que se apellida Tupac-Amaru, Inca, desde el dia 27 del pasado proponiéndome pases; en virtud del ejemplar impreso, librado por el Excmo. Sr. Virey de Lima con fecha 12 de Setiembre, á favor de las familias de estos y sus caudillos, acaba de responderme que mañana entre nueve y doce de ella estará en mi campo con sus capitanes, á tratar y conferir las paces para que queden asentadas. El asunto es de la mayor gravedad, pues se trata de indultar á unos hombres inhumanos que han destrozado estas provincias y sus habitadores; y en una palabra, han sido reos de Estado, motivo por que en mis cartas urbanas y cariñosas nunca les he prometido tácita ni expresamente el perdon en nombre del Rey, sino que solo he dicho: "necesito hablar y conferir vocalmente con él, para asentar la avenencia: y así, sin recelo de que le infieran perjuicio los de mi tropa, puede venir á mi real."

En estos términos suplico á U. se sirva impartirme con la verdad posible, las luces necesarias para recabar el asunto, pues no dudo que con ellas tendré el acierto que desco para el mejor servicio del Rey Nuestro Señor: teniendo presente que el dicho Miguel en sus cartas no ha implorado el beneficio del perdon de sus delitos, sino una sincera paz mediante dicho ejemplar impreso.

Nuestro Señor guarde á U. muchos años. Patamanta y Noviembre 2 de 1781.-B. L. M. de U. su mas atento servidor.

José de Reseguin.

Sr. Teniente Coronel D. Sebastian Segurola.

NÚMERO 2.

Muy Señor mio: ·

Al dar las siete de la mañana de hoy, recibo con unos indios de Ayoayo la de U. fecha de ayer, diciéndome de que para entre nueve doce de esta misma mañana, le habia escrito el caudillo de los rebeldes Miguel Bastidas, estaría con sus capitanes en ese campo, para tratar de paces con U.,y deseaba con este motivo que por mi parte le diese yo aquéllas luces que fuesen conducentes al mejor servicio del Rey Nuestro Señor.

Es natural, que segun la distancia y hora no llegue á tiempo esta contestacion; pero debiendo yo dar cumplimiento a lo que me previene, y concurrir cuanto esté de mi parte con mis cortas luces

al mejor servicio del Soberano, me parece que las voces de paces y cualquiera otra espresion ó comedimiento que pueda aparentar igualdad entre partes, y mucho mas, sometimiento de la nuestra, se debe omitir. No comprendo dificultad en ratificar cuanto concede el Excmo. Señor Virey de Lima hasta la fecha de su indulto; pues á mas de ir apoyada la operacion de U. bajo de aquel respecto, tenemos órden del de Buenos Aires para obedecer recíprocamente las órdenes de ambos. Ultimamente, acerca de los que no habla dicho indulto, parece podria concedérseles providencialmente por U.; ofreciéndoles no se les hará guerra ni otro perjuicio, antes sí, se les atenderá con toda aquella benignidad que S. M. tiene mandado, si ellos, entregando las armas y retirándose á sus casas, acreditan su fidelidad al Rey viviendo en ellas con tranquilidad y quietud, y restableciendo el trato y comercio como antes, con los españoles, y rindiendo á nuestro legítimo Rey Señor natural D. Carlos III, (que Dios guarde) el debido vasallaje, lo acreditan con sus operaciones, esperando así que por el Excmo. Sr. D. Juan José de Vertiz, nuestro Virey de Buenos Aires, se les ratifique esta y otras gracias á que se hagan merecedores y U. les conceda.

Dios guarde á U. muchos años. Paz, 3 de Noviembre, á las ocho de la mañana de 1781.

Sebastian de Segurola.

Sr. Teniente Coronel D. José Roseguin.

NÚMERO 3.

Muy Señor mio:

La llegada á este campamento de D. Miguel Tupac-Amaru con siete coroneles que le asocian, demostrando no tener el menor recelo de hallarse entre nosotros, con una sumision de fidelidad á nuestro católico Monarca, que indican bastantemente sus espresiones, me mueven á manifestarla á U. sin demora, por el singular júbilo que en ella recibirá; y así espero me envíe las respuestas de los dictámenes que he pedido, deseoso en materia tan importante, de proceder con el mejor acierto, á que me lisonjeo conducir con la asistencia del poderoso Dios de los ejércitos, cuya causa y del Rey propendo atender, y ver desempeñada con las luces que se me suministren.

Nuestro Señor guarde á U. muchos años. Campo de Patamanta y Noviembre 3 de 1781.-B. L. M. de U. su afecto servidor. José Reseguin.

Sr. Comandante D. Sebastian de Segurola.

NÚMERO 4.

Muy Señor mio:

A media noche he recibido el oficio de U. fecha de ayer, en que me imparte la llegada á ese campo del caudillo Miguel de TupacAmaru, con siete coroneles suyos y demas que expresa. De este principio tan ventajoso para el establecimiento de la quietud y cesacion de tantas desgracias, doy á U. mil enhorabuenas tomandómelas para mí, por lo que se interesa en este asunto el servicio de Dios, del Rey y del público; como por la parte que me cabe en las satisfacciones particulares de U., pues con tan buenos principios, su celo y sobresaliente disposicion, espero en Dios seguirá el beneficio de la quietud, haciendo U. este notable mérito, que haga conocer lo que se merece, y yo lo deseo.

Ayer respondieron puntualmente á las cartas de U. el Sr. Fiscal, el Dr. Riva y yo: y marcharon inmediatamente; y porque la del Sr. Medina se detuvo algo mas, marchó despues, para cuya remision hice quedar dos indios, que salieron de aquí á las doce del dia.

Nuestro Señor guarde á U. muchos años. Paz, 4 de Noviembre

de 1781.

Señor D. José Reseguin.

Sebastian de Segurola.

TRATADO CELEBRADO CON MIGUEL TUPAC-AMARU.

En el campo de Patamanta, término del pueblo de Pucarani, provincia de Omasuyos, en 3 de Noviembre de 1781. Ante mí, el Escribano de S. M. y testigos, parecieron de la una parte, el Sr. D. José Reseguin, Teniente Coronel de los Reales Ejércitos, Comandante General y Gobernador de armas del distrito de la Real Audiencia de Charcas, haciendo personería por la Católica Real Magestad de Nuestro Rey y Señor natural D. Carlos III [que Dios guarde]; y de la otra D. Miguel Tupac-Amaru, Inca, substituto y mandado, que dijo ser de su tio, D. Diego Cristoval Tupac-Amaru, Inca, residente en la provincia de Azángaro, y sus coroneles, D. Gerónimo Gutierrez, D. Diego Quispe mayor, D. Diego Quispe menor, D. Matías Mamani, D. Andrés Quispe y D. Manuel VilcaApasa, todos naturales ladinos en la lengua española; y sin embargo por interpretacion del capitan D. Nicolás Tellería, versado en la lengua general, y todos siete de mancomun é in solidum, renunciando, como espresamente renuncian las leyes de la mancomunidad, como en ellas se contienen, y dijeron:-Que ha tiempo de un año la Nacion Indica de las provincias de Tinta, Azángaro, Lampa, Carabaya, Larecaja, Paucarcolla, Chucuito, Pacajes, Sicasica, Yungas y

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