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del Parlamento, ciertamente que ni el Gobierno, ni el partido conservador creerán que al cumplir este propósito falto á aquellos compromisos de mi partido, y que al ofrecer á vuestra consideración algunas modestísimas consideraciones en apoyo de mi opinión, me anima propósito alguno de dificultar la pronta terminación de estos debates.

Como el Sr. Alvarez Capra ha manifestado al Congreso, varios puntos abraza el voto particular que se está discutiendo. Al formularlo me había propuesto, Sres. Diputados, traer á discusión varios de aquellos transcendentales problemas que hacen referencia á la instrucción pública, y que creía conveniente separar un poco del estrecho cauce en que pueden tratarse estas cuestiones al discutirse las cifras del presupuesto.

Deseaba, al discurrir sobre estos temas, obtener el concurso de algunas personalidades ilustres del Parlamento y competentes en estas materias. de las que me había propuesto solicitar declaraciones especiales respecto á todas estas cuestiones, para ver si podíamos llegar á soluciones concretas y prácticas. Claro es que la ocasión no es oportuna para hacerlo, si no me he de salir del estricto cumplimiento de mi derecho.

Metido ya en esta empresa, tengo que cumplir con la obligación que me impone el Reglamento, pero lo haré con aquella circunspección y brevedad que me demandan la situación de la Cámara y vuestra benévola atención.

Prescindiendo, pues, de solicitar para esta empresa la cooperación de esas ilustres personalidades que pudieran ilustrar estos debates con su palabra brillante y su reconocida competencia, me limitaré á solicitar muy especialmente la atención del Sr. Ministro de Fomento sobre estas cuestiones, ya que una palabra salida de ese banco, respecto á asunto tan transcendental, habría de compensar con creces la molestia que yo os impongo en estos momentos y la prueba de paciencia á que, bien á pesar mío, tengo que someteros á los que queráis escuchar las breves consideraciones que paso á exponer.

Ministerio de Instrucción Pública

He dicho que, como acertadamente ha indicado el Sr. Alvarez Capra, son varias las cuestiones que entraña el voto particular que estamos discutiendo. Pido yo en primer lugar,' al Parlamento, que, teniendo en cuenta las necesidades de la enseñanza y la de organizar convenientemente los servicios afectos á ella, quede suprimido desde 1.o de Julio del año actual el Ministerio de Fomento, y reemplazado, con arreglo al decreto de 7 de Mayo de 1887, por dos Ministerios de nueva creación, que se denominarán "Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes,, y "Ministerio de Obras públicas y de Agricultura, Industria y Comercio.,

Verdaderamente, Sres. Diputados, que sería osadía indisculpable en mí venir á reclamar

del Parlamento estas declaraciones si no tuvieran ya un precedente, y precedente importante, y si no hubieran sido ya hechas idénticas solicitudes ante el Senado, por el ex-ministro de mi partido Sr. Balaguer (1) y hasta llegado á obtener solución práctica en el Diario Oficial; pues que, como saben los Sres. Diputados, una ilustre personalidad del partido liberal hubo de llevar estas ideas, que yo expongo, á la Gaceta en un decreto (2) que, como se indica en la primera parte del voto particular, está fechado el 7 de Mayo de 1887 y autorizado con la firma del ilustre hombre público Sr. Montero Rios.

El Sr. Alvarez Capra, sin duda alguna, habrá leido, como yo, el preámbulo de aquel decreto; y siendo así, podría S. S. haberse ahorrado la tarea de oponerse á esta pretensión mía, considerando que el Sr. Montero Rios, al llevar á la Gaceta estas declaraciones, hizo presente que la reorganización de los servicios en la forma que yo propongo, que no es otra que la adoptada por el Sr. Montero Rios, no solamente no podía traer dificultade para la buena marcha de los servicios, sino que, por el contrario, la facilitaba, y sobre todo poseía la ventajosísima circunstancia, digna de tenerse en cuenta en estos momentos críticos para el Tesoro, de traer al presupuesto de Fomento una economía, que el Sr. Montero Ríos calculaba en 8 millones.

(1) Véase Apendice Tercero. (2) Véase Apéndice Cuarto.

Yo no he querido traer á la consideración del Parlamento las reformas de las plantillas deese Ministerio, ni las reformas complementarias precisas para llevar á cabo este pensamiento, porqué no es de la competencia legislativa ni he podido estudiar en todos sus detalles la reorganización que proponía el señor Montero Ríos; pero es indudable que de la división del Ministerio de Fomento en dos no resultaría aumento de gastos para el Estado.

Por consiguiente, la única objeción, el único argumento que pudiera tener eficacia en estos momentos en contra de estas pretensiones, el argumento de que con esta proposición se aumentarían los gastos, no tiene fundamento, puesto que, evidentemente, no resultaría tal aumento.

Pero si es indudable que no hay ese aumento de gastos, es de igual modo incuestionable que con esa división tendrían los servicios un desarrollo que no podrán lograr con la organización actual. Esto es indudable, Sres. Diputados; sería tanto como negar la realidad de las cosas el oponerse á la conveniencia de la división del Ministerio de Fomento en los dos que yo propongo. Todas aquellas ilustres personalidades que han pasado por el Ministerio de Fomento saben que no es posible llevar la inteligencia y la actividad á todos los diversos ramos que comprende aquella organización, y que, por muy grandes que sean la inteligencia de los Ministros y la actividad y el celo de que

estén animados, no es posible que puedan atender á todas las exigencias de los servicios afectos á ese Departamento; porque son tales y tan múltiples las cuestiones que solicitan su atención y muchas de ellas tan urgentes, que no pueden acudir con igual prontitud y eficacia á todas ellas. Así es que no hay más que recordar la historia del Ministerio de Fomento desde su creación, para ver que cuantos hombres ilustres han pasado por ese Departamento, ó han sido Ministros de Obras públicas más que de los otros ramos, ó han sido Ministros exclusivamente de Instrucción pública; es decir, que ni la instrucción pública, ni la agricultura, ni la industria, ni las obras públicas han podido estar atendidas por igual en el modo y forma que tan importantes ramos requieren.

Si se recuerda el origen y el desarrollo que ha tenido la Dirección de Instrucción pública, se podrá comprender fácilmente la importancia grandísima que esa organización administrativa ha tenido en el desenvolvimiento y progreso de la instrucción pública en España. Seguramente que los dignos Diputados que me escuchan conocen mejor que yo aquellas páginas brillantes que dedica á la creación de la Dirección de Instrucción pública y á su influencia en el desarrollo de la cultura pátria el Sr. Gil y Zárate. (1) Con una autoridad de que yo carezco y una magia de estilo inimitables, podrían aquellas importantes consideraciones del

(li De la Instrucción Pública en España por don Antonio Gil de Zárate, Director general que ha silo de este ramo - Madrid-1855 -Tomo I. - Cap. XI, pag. 199,

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