Imágenes de páginas
PDF
EPUB

demostrado en la ciencia, que están llamados á enseñar, ciertamente que no podrán sacar de esas enseñanzas los frutos que tiene derecho á exigir el país, si no conocen á fondo los antecedentes y los métodos de estas mismas enseñanzas, las condiciones en que han de exponerlas á sus discípulos y los efectos que en el espíritu de esos discípulos han de producir (1).

Esta falta de estimación de los estudios pedagógicos en nuestro país es necesario combatirla sin tregua; y por eso he acometido la empresa de someter á vuestra consideración este voto particular, porque, lo confieso ingenuamente, ese dictamen del Consejo de Instrucción pública llenó de amargura mi alma; y como yo vengo hace tiempo dedicando mi atención á estos estudios, y tengo por importantísimas sus enseñanzas, creo que es necesario entrar de lleno en el camino de estas ideas, para que podamos obtener en la enseñanza los resultados que obtienen otros paises. Mientras esto no suceda, es imposible que la enseñanza en España alcance los progresos que se notan en otras par

(1) He aquí lo que escribe Mr. Octavio Greard, eminente pedagogo francés Vicerector de la Academia de París: «Nadie, en efecto, pone en duda que hay una ciencia pedagógica. Historicamente, se recogen á porfía las nociones esparcidas entre los filósofos y los moralistas á contar de Aristóteles á Kant, de Montaigne á Pestalozzi. de Mdme. de Maintenon á Miss Edgevvoth; filosóficamente, se discuten sus principios, Además, se ha generalizado ya la opinión de que la pedagogía tiene reglas para todas las edades. de que abraza el conjunto de la cultura humana-cultura física, cultura intelectual y cultura moral y de que considerada en sus principios y en sus efectos precisos, no es otra cosa que una aplicación de la Psicologia. Y en verdad, la Pedagogía moderna no es más que un conjunto de ideas fundamentales_tomadas de la Psicologia propiamente dicha, de la Moral y de la Higiene; se ha convertido en una enseñanza que domina, ilustra, y disciplina toda clase de conocimientos, por lo cual tiene sus cátedras en las Escuelas Normales y en las Facultades. Por los privilegios que se le reconocen, por la autoridad que debe ejercer y ejerce, es en cierto modo lo que la Teología quería ser en la Edad Media: maestra de la escuela y luz de la vida, magistra scholae, lux vitae».

tes, y para esto es necesario una organización técnica de ese Centro ministerial que atienda exclusivamente al régimen de la instrucción en España.

Yo, si otro fuera el estado de la Cámara, si, como antes he indicado, tuviera el valor que se necesita para abusar de vuestra benevolencia en estas circunstancias, que sería verdaderamente demostrar un valor heróico, yo entraría en el examen de las estadísticas, y de ese estudio deduciría la comprobación de estas afirmaciones que ante vosotros hago, y tengo la seguridad de que podría de este modo dejar demostrado que nuestro país atiende como el que más á la enseñanza en todos sus ramos, y que las deficiencias de la enseñanza, tanto de la primaria como de la secundaria y de la superior, obedecen pura y exclusivamente á esa falta de dirección que por desgracia tenemos que reconocer en los centros de que hoy depende la instrucción en España. Pero como eso sería abusar de vuestra paciencia, y yo confieso que no tengo ánimo bastante para acometer tal empresa, prescindo por ahora de esa demostración, ya que acaso tenga mejor ocasión de hacerla más adelante desde el banco de la Comisión, contestando á algunos oradores de la minoría republicana. (1) Aplazo, por consiguiente, esta demostración de las conclusiones que me he permitido sentar sin más pruebas ante el Parlamento.

(1) Véanse los discursos que siguen y se coleccionan en este volúmen.

El presupuesto de Instrucción Pública

Y paso al segundo punto que abraza el voto particular, que vengo sosteniendo. He solicitado ya de vuestra consideración, que acordárais qué las atenciones todas de la enseñanza figuraran en un presupuesto especial, aparte del presupuesto general del Estado.

Si atrevida parece la primera afirmación en el voto particular consignada, seguramente que no es menos atrevida para vosotros, señores Diputados, la que paso á examinar; porque parecerá á primera vista peregrina la idea de que todas estas atenciones de la enseñanza pasen á formar un presupuesto especial.

Ya, saliéndose del camino por donde marchan las conclusiones que mi voto particular sustenta, mi distinguido amigo el Sr. Alvarez Capra, ha entendido que esta pretensión mía. en estos momentos en que tan triste es la situación del Tesoro, y tan crítico el estado económico del país, era improcedente, porque la realización de la obra, cuya conveniencia yo me propongo llevar á vuestro ánimo, implicaría un aumento en el presupuesto, y la exigencia de un presupuesto de instrucción pública, me parece que se ha dicho, de 125 millones.

[ocr errors]

Nada más lejos de mi ánimo, nad más contrario á las pretensiones, que vengo á sostener ante el Parlamento, que esa idea formulada por el Sr. Alvarez Capra. El presupuesto especial de Instrucción pública, que yo pido, no es ni

más ni menos que el presupuesto, que hoy día paga el país para atender á los gastos de la enseñanza en todos sus diversos ramos. Yo no pido al Tesoro un céntimo más que aquello que hoy paga y aquello que debe pagar por los servicios, que hacen referenci á la instrucción pública.

Lo que yo deseo y reclamo del Parlamento es, que aquello que en los presupuestos generales del Estado figura como crédito bastante para atender á las exigencias de la enseñanza, se satisfaga con fondos del Estado y esas mismas cantidades vayan á ingresar en ese presupuesto especial; que aquellos créditos, aquellas cantidades que en los presupuestos provinciales figuran hoy como afectos á las exigencias de la enseñanza en las provincias, esas cantidades vayan á aumentar los ingresos de ese presupuesto especial; y que todas aquellas cantidades, que hoy los municipios pagan para subvenir á las necesidades de la instrucción primaria en sus respectivos territorios, esas cantidades vengan á nutrir el presupuesto especial de instrucción pública.

No se trata, pues, después de todo, Sres. Diputados, más que de una variación de forma; pero en cuanto al fondo no puede oponerse ese argumento basado en la necesidad de economías, con el cual parece que pretendía combatir mi idea el digno individuo de la Comisión que ha hablado contra la toma en consideración del voto pirticular que estoy defendiendo. Las atenciones de la enseñanza, en sus diversos ramos, sa

ben los Sres. Diputados que se satisfacen hoy por el Estado en cuanto á la enseñanza universitaria; pero estas atenciones de la enseñanza universitaria se sufragan con los fondos mismos de esta enseñanza, con lo que ingresa por el pago de matrículas, derechos de grados y otros conceptos; y además una partida, que es necesario tener en cuenta, y es el producto de la venta de aquellos bienes procedentes de las Universidades, de los que se incautó el Estado, y cuyas rentas deben subvenir á las atenciones de los centros universitarios (1).

Según una estadística del año 1850, esas rentas y esos bienes de las Universidades ascendían á las siguientes cifras:

(1) Según el presupuesto de 1891-92 los valores ya liquidados y corrientes que ingresaron en el Tesoro procedentes de los bienes de Universidades y Establecimientos de 2.a enseñanza importaron 5.500,000 pesetas,

« AnteriorContinuar »