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mos á demostrar lo dicho con el análisis de la admirable obra de la Santa titulada las Moradas, obra en su esencia metafísica, obra que enseña más filosofía, y mucho más verídica que la de Kant, de Cousin y de todos los que causan hoy tanto ruido en el mundo, como demostrarémos en el siguiente artículo.—Béjar, Noviembre 28 de 1876.

NICOMEDES MARTIN MATEOS.

El Doctor D. Francisco de Paula Montells y Nadal, catedrático de Química durante cuarenta y tres años no interrumpidos en Granada, primero de la clase de Química aplicada, dependiente del Real Conservatorio de Artes y Oficios de Madrid, y despues de la Facultad de Ciencias de aquella Universidad, se propone publicar un trabajo que intitula UNA EXCURSION HISTÓRICA, CIENTÍFICA Y MONUMENTAL POR LA PROVINCIA DE GRANADA, dividida en cuatro tomos.

Vamos á dar á nuestros lectores un extracto que dicho señor nos remite de la Introduccion al tomo tercero, que corresponde á Granada bajo el punto de vista científico, y que el autor le ha dado el epígrafe de

MIS CONVICCIONES.

ARTÍCULO PRIMERO

PARA QUE SIRVA DE INTRODUCCION.

Impulsados por un sentimiento de dignidad, damos á la prensa estos apuntes científicos acerca la provincia de Granada, que ordenados en forma de Memoria, estaban destinados para un objeto muy distinto.

Léjos de toda presuncion, ajenos de afectada modestia y sin aspiraciones de ninguna clase, darémos á conocer el territorio que comprende una de las partes más encantadoras de la Península, donde la mano omnipotente del Altísimo ha derramado con profusion sus inmensos beneficios.

No se nos oculta las grandes dificultades que á cada paso tendrémos que vencer, por los notables y grandiosos accidentes que en ella so presentan, por la variedad de su clima, por la diversidad de

productos así orgánicos como inorgánicos, por esa red de rios que la cruzan en todas direcciones, por las respetables alturas de muchas de sus montañas, las cuales ostentan en la mayor parte del año su blanca cabellera, y especialmente por la intolerancia de algunos, que sin haber, tal vez, saludado el pico venerable de Muley-Hiscen, se creen autorizados para lanzar su anatema sobre los escritos que no son producciones de sus amigos y parciales. Monopolio funesto que muchas veces proviene de los centros oficiales más elevados.

Durante nuestra juventud, en que el cerebro está excitado por ideas halagüeñas y por la noble ambicion de aprender, en esa edad florida de ilusiones y esperanzas, en la cual áun no han empozoñado el corazon las mezquinas rivalidades, las ingratitudes de los hombres, ni las injusticias de los gobernantes, hemos emprendido llenos de fe y entusiasmo viajes temerarios, excursiones atrevidas, estudios complicados y penosos, recorriendo en todas direcciones el antiguo reino granadino.

Muchas veces cansados de un laborioso dia y fatigados por un calor de cuarenta grados (1), hemos descansado á la sombra de añosa encina, contemplando la exuberante naturaleza en los risueños valles de la Nevada Sierra; otras, corriendo en pos de un porvenir lleno de esperanza hemos atravesado con el corazon palpitante los montes que circundan á la morisca metrópoli por el Norte y el Oeste, penetrando en el reino de Jaen por tierras de Alcalá la Real. Y siempre fascinados y sostenidos por nuestra fe, y satisfechos con los resultados conseguidos, buscando con anheloso entusiasmo ese más allá que anima y enloquece á la juventud y es el móvil de las grandes resoluciones, nos hemos internado por las espesuras de los Trujillos, examinando. las sierras de Colomera y Benalua de las Villas, las de Iznalloz y Arana con todas sus dependencias y enlaces, siguiendo luego por la cuerda de Cardela hasta llegar á las vertientes de La Sagra en la jurisdiccion de Huescar; es decir, las estribaciones septentrionales de la gigantesca Sierra que viene á formar el sistema Penibético.

(1) En estos apuntes científicos sólo se usa de la escala centígrada.

En ocasiones dadas, correspondiendo á los compromisos de verdadera y desinteresada amistad, nos hemos visto precisados á atravesar por varios puntos una buena parte de Sierra Segura, las sierras de Baza y de Gor, recorrer las de Castril y Cúllar, y estudiar la de los Filabres en la provincia de Almería, dependencias todas del sistema Ibérico en sus últimos relieves. Tambien hemos examinado con especial cuidado la pintoresca y accidentada sierra de Gador y la Alpujarra, con su célebre Contraviesa, estudiando algunos de sus antros que han dado pábulo á cuentos y consejas, para internarnos en seguida por la sierra de Lujar y de la Almijara, hasta penetrar en la provincia de Málaga por Sierra Tejeda, ó bien descender á la costa que baña el Mediterráneo; todo lo cual constituye las estribaciones meridionales de Sierra Nevada.

No han faltado ocasiones, en fin, que nuestro amor á la ciencia, ó tal vez el cumplimiento de un deber semioficial, nos ha conducido de la Sierra Nevada á la de Almagrera, de ésta á las de Cabrera, Alamilla y Cabo de Gata (Cabo de las Ágatas), para luégo venir recorriendo la costa, hasta las sierras de Albuñol, Motril y Almuñecar, que vienen á ser dependencias de las de Lujar y Almijara, buscando Sierra de Mijas, la Bermeja y Parda junto á Estepona, allá al confin de la provincia malagueña, y que forman parte del sistema Penibético.

En estas diferentes y afanosas excursiones se ha podido apreciar y comparar científicamente el litoral de las provincias de Almería, Granada y Málaga, incluyendo tambien la renombrada Serranía de Ronda, contemplando la riqueza mineralógica que encierran todos aquellos terrenos; los establecimientos metalúrgicos, ora argentíferos ó plomizos, ora cobrizos ó siderúrgicos en actividad; los accidentes y metamorfosis que pudieron tener lugar en remotas épocas y en períodos seculares; el espectáculo de una naturaleza siempre engalanada con la imágen de la vida, que brota ufana bajo el benéfico sol del Mediodía, para volvernos despues por las sierras de Antequera y Archidona, atravesando por Loja y Montefrío en la provincia de Granada, por Martos y Arjona en la de Jaen, y terminando nuestra excursion en Linares ó Andújar, ó bien en Montoro, situado á la falda de Sierra Morena en la provincia de Córdoba.

Por placer, ó quizá por estudio, hemos subido en tres ocasiones distintas al Pico ó Picacho de Veleta, y una al de Muley-Hiscen en Sierra Nevada; hemos doblado más de una vez la sierra de Filabres por el cerro de Nimar junto à la renombrada Teta ó Tetica de Bacares, y nos hemos embelesado contemplando los magníficos panoramas que se descubren desde tan inmensas alturas, así como los encantadores paisajes que se presentan desde la cúspide de Parapanda, del Pico de La Sagra ó del calar de Santa Bárbara.

¡Cuántas veces en nuestras excursiones hemos visto ocultarse el astro del dia al traves de rosadas nubecitas! ¡Ah! El crepúsculo vespertino despide su luz coloreada de ligero carmesí, que se extiende sobre el fondo azul del hermoso cielo de Andalucía. Mil poéticos murmurios producidos por multitud de bulliciosos arroyuelos que sobre verde prado nacen y serpentean para reunirse y engrosarse, y luego confundirse en las corrientes de cercanos rios; el ambiente con sus suaves perfumes derrama sobre el hombre un bienestar indefinible; la naturaleza pura y majestuosa viene á imprimir en el alma una melancolía inefable, que la eleva hasta el Autor de todo lo creado.

Entónces mil encontradas ideas en confuso torbellino se agolpan en nuestra mente, y en medio de aquel silencio misterioso, donde la vida terrestre se ostenta con todas las galas de la Creacion; allí donde áun no se ha rebajado ni envilecido la fuerza única y central á la que obedece la materia, bien á pesar suyo, con arreglo al tipo de cada individuo; allí donde las conquistas de la civilizacion y del progreso no interrumpen con sus estridentes silbidos la mágica ilusion de aquella soledad infinita, ni el humo la trasparencia del aire, ni los miasmas breosos los perfumes balsámicos de las flores, la mente concibe sin esfuerzo alguno un poder creador, un poder organizador que preside la unidad viviente del mundo. ¡Ah! la verdad suprema no puede ocultarse del sér racional. Sus manifestaciones le llaman la atencion por todas partes, y el mundo fenomenal regido por leyes inmutables que el filósofo no puede variar ni modificar, le hacen entrever la realidad despojada de sus falsos atavíos, y presentan al hombre pensador, al sér dotado de razon y de inteligencia, con toda su esplendorosa aureola que lo enaltece y eleva sobre los demas. Entónces las seductoras galas que le prestó la poesía; los reflejos de esos

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