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tudes y ansiedades de espíritu; igual conmoción aparecía en la gente baja, aunque por diverso principio, por creer ésta que la tal excomunión, siendo fulminada por un europeo, y que aún no estaba consagrado, era ineficaz, con lo que había ya cierto desprecio de la censura.

Temiendo que éste creciera con el hecho escandaloso para el público, de que se levantara la excomunión por la fuerza, y temiéndose por otra parte que si no se levantaba hubiera derramádose mucha sangre y originado otros gravísimos males entre el pueblo, dividido ya en partidos, casos en que asienta el Ilmo. Ligorio con otros que cita, puede levantarse la excomunión, aún permaneciendo los delincuentes en su contumacia, juzgué, á consulta de teólogos y juristas que oí en junta celebrada al efecto, que en dichas circunstancias era conveniente y aún necesario fijar rotulones, levantando la excomunión, con lo que en efecto se sosegó la inquietud del pueblo rudo y no se despreció escandalosamente la censura, ni se siguieron los otros daños mayores que en tal concepto fueron de temerse, los que traté de impedir por este medio, y mucho más, creyendo que con la llegada de nuestras tropas no tomaría incremento la insurrección, evitando entretanto los referidos males.

Pero ahora que por la providencia misericordiosa de Dios, vemos apoyada la autoridad de la Iglesia por las armas del Rey, y que habiéndose ahuyentado [Dios nos es testigo de las aflicciones que hemos padecido hasta los últimos momentos del día

27] tres ó cuatro hombres temerarios que conmovían la plebe, y hubieran comprometido absolutamente esta ciudad, está este pueblo en estado de poder formar juicio de las cosas y oír las voces de los que deben dirigirlo, puedo ya manifestar, como encargado del gobierno espiritual, que la censura impuesta al Cura don Miguel Hidalgo por el Ilmo. Sr. Dr. don Manuel de Abad Queipo, así contra él como contra todos los que lo siguen, y si necesario es, por calificarse de legítimamente suspendida, yo, en uso de la autoridad que en mí reside, los declaro incursos en ella, como igualmente lo han declarado todos los Ilmos Sres. Diocesanos de este Reino; y exhorto á todos los fieles á la debida obediencia, esperando de todos los curas vicarios y demás eclesiásticos seculares y regulares, que, como depositarios de la sana doctrina, harán conocer, así en exhortaciones públicas como privadas, el respeto y obediencia que, á pesar de las seducciones, deben prestar á la Iglesia sus verdaderos hijos.

Y para que llegue á noticia de todos, mando se lea en esta santa iglesia catedral y demás conventos de religiosos y religiosas de esta ciudad, fijándose en sus puertas, mandando igualmente testimonio. por cordillera, que se remita á los curas de este Obispado para que se publique.

1 Y el Exmo. é Ilmo. Sr. Metropolitano, don Francisco Javier de Lizana.-Nota del original.

Dado en la Secretaría de Gobierno de Vallado

lid, diciembre 29 de 1810.

El Conde de Sierragorda.

Por mandado del Sr. Gobernador,

Ramón Francisco de Aguilar,

Notario Oficial Mayor de Gobierno.

III

CARTA DEL VIRREY D. FRANCISCO JAVIER VeNEGAS AL R. P. GUARDIÁN DE SAN FERNANDO RECOMENDÁNDOLE PROCURE LA ADHESION del Reino á la causa de S. M.-29 de sepTIEMBRE DE 1810.

Dedicado sinceramente al descubrimiento del origen que tienen los males que afligen á este Reino, y de las calamidades que nos amenazan si no se le pone un próximo y eficaz remedio; no hallo otro más principal que la emulación y aun enemistad que, con harto sentimiento mío, veo tan injustamente entabladas entre españoles ultramarinos y españoles americanos. Persuadidas de esta verdad personas de autoridad, de talento y de acreditado patriotismo, han procurado en varios escritos que recientemente se han publicado, atajar aquel fuego de discordia que apresuradamente corre á minar los fundamentos del edificio social. Pero todo ha sido inútil hasta el presente, pues

sigue la rivalidad en un término que compromete la seguridad pública y amenaza á la constitución del Estado.

En tales circunstancias, y considerando que la expresada emulación procede de un equivocado concepto; que la infracción del juramento de fidelidad al Gobierno legítimamente establecido, que pudiera temerse como consecuencia de aquel funesto principio, ha atraído siempre sobre los pueblos la ira de Dios y las mayores calamidades; que el furor de las pasiones encendidas produce mayores males aún que la misma tiranía; que ha llegado el tiempo venturoso para toda la Nación Española de poder libremente clamar por el remedio de sus males mediante la representación en Cortes que tiene toda ella; y por último, que el interés de unos y otros españoles consiste en la recíproca y cordial unión entre sí y con la madre patria, sin la cual seremos indispensablemente la presa del tirano que nos hace la guerra, ó de cualquiera otra poderosa nación que intente subyugarnos, pudiendo, por el contrario, elevar la nuestra al superior grado de dignidad y prosperidad si continuamos reuniendo nuestros poderosos esfuerzos para conseguir tan altos fines; he creído conveniente valerme de la ilustración, celo y apostólicas virtudes. de Vuestra Reverencia y demás prelados, para que, exhortando á todos sus súbditos, procuren, ya en los púlpitos como en el confesonario y aún en las conversaciones de sociedad, inspirar á todos los habitantes de este Reino el amor recíproco y la justa

adhesión á la sagrada causa de la patria y al Supremo Gobierno que la rige en representación de nuestro adorado Monarca.

El alto concepto de sabiduría y patriotismo que tan justamente me merece Vuestra Reverencia y el influjo que por aquellas circunstancias debe tener en la pública opinión, me han decidido á confiarle un asunto de tanto interés, que me prometo desempeñará á mi satisfacción y de todo el Reino. Dios guarde á Vuestra Reverencia muchos años. México, 29 de septiembre de 1810.

Venegas (rúbrica).

Reverendo Padre Guardián de San Fernando.

IV

OFICIO DE LA CONGREGACION DE ECLESIÁSTICOS DE SAN PEDRO, EN QUE MANIFESTO AL VIRREY SU DETERMINACION DE INSPIRAR HORROR Á LA REVOLUCION, EN LOS CONFESONARIOS, EN LOS PULPITOS Y EN LAS CONVERSACIONES PRIVADAS. 5 DE OCTUBRE DE 1810.

Exmo. Sr.:

La Ilustre, Antigua y Venerable Congregación Eclesiástica de Nuestro Padre el Señor San Pedro, que se compone de la mayor parte de los sacerdotes naturales de esta capital y Arzobispado, se juntó de orden mía la mañana de hoy en su Colegio Apostólico é iglesia de la Santísima Trinidad;

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