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CAPÍTULO XXVIII.

ENTRADA DE RIVERA EN LA PROVINCIA DE PÜREŃ.

Establece Rivera el fuerte de San Pedro.-Da a su hermano Jorje el mando de los de Yumbel i Buena Esperanza.-Proposiciones de paz.-Respuesta de Rivera,- Plazo que piden los rebeldes. Tala Rivera las mieses. Sumision finjida i fuga de los de Talcamávida. Fundacion del fuerte de Nacimiento. -Refuerzo llegado del Peru.-El licenciado Fernando de Talaverano Gallego.-Va Rivera a Concepcion.-Recíbese Talaverano del destino de teniente jeneral.-Llega del Perú Pedro Cortés con trescientos setenta i un soldados. -Escasa caballería. Sueldo que el virei asigna a los militares de Chile. -Pide Rivera que se aumente.-Descubierta al mando de Alonso Cid Maldonado. Fructuosas escursiones de la caballería, Sale Alonso de Rivera hácia Puren. - El desertor Prieto. Doña Isabel de San Martin. - Intima Rivera rendicion a los caciques de Puren.-La respuesta de Pelantaro.-El cautivo García Jaramillo. Libra Serrano a cinco cautivos.-Refújianse los indios en la ciénaga de Puren.-Persíguelos Rivera.-La isla de Paillamacho.-Los preparativos para entrar en ella.-El asalto. Escasos resultados. -Lo que se propuso Rivera con su entrada en Puren.-Vuelta a Concepcion.

Escaramusas en el camino.

El 21 de noviembre de 1603 (1) salió Alonso de Rivera de Concepcion i, despues de pasar el Biobio, a fin de hacer practicable el camino por tierra con Osorno, edificó « el fuerte de San « Pedro de la Paz por donde entra Biobio en la mar » (2), en el lugar denominado « el bado de Chepe.» Construyó un « barco « para facilitar aquel pasaje, que es mui importante; porque aquel puerto cubre la Concepcion i su comarca i quita al enemigo su tierra » (3).

(1) Carta de Alonso de Rivera al rei, fechada en Rio Claro el 23 de febrec ro de 1604.

(2) Id. id.

(3) Id. id.

H.T. II.

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Estando ahí envió a su hermano el capitan de caballería Jorje de Rivera, a los fuertes de Yumbel i Buena Esperanza en reemplazo de Alvaro Nuñez de Pineda, que con su compañía i cien indios amigos debia ir a acompañar en la guerra al gobernador. De camino, a su paso por Talcamávida, destruyó Alvaro Nuñez algunas rancherías, mató seis indios i cautivó noventa mujeres i niños. Por recobrar estos prisioneros i evitar que les destruyesen los sembrados, le ofrecieron los indios la paz. Les dijo que fuesen a tratarla con el gobernador, quien los recibió mui bien; pero les notificó que sus sembrados iban de todos modos a ser destruidos i que si ellos realmente deseaban la paz se establecieran al norte, con los demas indios amigos, i recibirian como éstos racion para el sustento de sus familias. Replicaron los indios que antes de aceptar esas condiciones tenian que tomar el parecer de los otros caciques i que en tres dias mas traerian su respuesta (4).

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Como ella nada deberia cambiar en el plan del gobernador, sin esperarla empezó éste a talar « las comidas del enemigo en lo « que llaman de Andalican, Colcura, Talcamávida, Curalebo, Millapoa, Neboa, Pirenávida, Arengo, Maricauco, Maregua«<no, Tabolero, Peterebe i Meredebe» (5). Esas mieses eran de trigo i cebada, únicos granos de que « habian sembrado este año «gran cantidad, pareciéndoles que no habian de salir a campaña « a tiempo de cortárselas. I por esa razon dejaron de sembrar «maices i por habérselos cortado tres años ántes » (6).

En la imposibilidad de resistir, los caciques de Talcamávida aceptaron las condiciones impuestas por Alonso de Rivera i, una vez que fueron a habitar el lugar que se les designó, recibieron no pocos regalos i las mujeres que les habian hecho prisioneras. Apénas las tuvieron en su poder se fugaron con ellas a la tierra rebelada a continuar la lucha (7).

(4) Estos datos los tomamos de Rosales, libro V, capítulo XXIX.

(5) Citada carta de 22 de febrero de 1604.

(6) Id. id.

(7) Rosales, lugar citado.

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No pensó Alonso de Rivera en castigarlos por de pronto sino en seguir dominando poco a poco la tierra de guerra, i a este fin construyó « otro fuerte en las juntas del estero de Vergara i el «rio de Biobio, delante del de Santa Fe de Rivera, que está so«bre la isla de Diego Diaz, de la otra parte, a la vuelta del enemigo (8). Por el dia en que llegó al lugar donde hizo este nuevo fuerte, 24 de diciembre, le dió el nombre de Nacimiento. I fué fuerte mui necesario i de grande concurso; porque allí acudian todos los indios enemigos a los rescates con los mensajes i a todos los tratos de paz. Dejó en esta fortaleza a su sar-jento mayor con cien hombres i al capitan Francisco de Betanzor, i partió con la caballería i los indios amigos a reforzar el «fuerte de Nuestra Señora de Halí, donde estaba Gonzalo Ro«driguez por capitan, i levantó una fuerte estacada con que « quedó bien fortalecido » (9).

Mientras andaba en el sur el gobernador, llegó a Concepcion i desembarcó en ella el 18 de diciembre (10) el capitan Francisco de Orellana con sesenta i cinco hombres mandados del Perú por el virei don Luis de Velasco (11).. Era el primer resultado. del viaje a Lima de Pedro Cortés i éste avisaba a Rivera que mui pronto vendria él a la cabeza de un refuerzo mucho mas con-siderable.

Con Orellana llegó a Chile el nuevo teniente jeneral, que venia en reemplazo del anciano i respetable Pedro de Vizcarra. El licenciado Fernando de Talaverano Gallego, así se llamaba el sucesor de Vizcarra, que habia de figurar en primera línea. en Chile, salió de España en abril de 1603 i llegó a Lima el 3 de octubre. El 10 de noviembre se embarcó en el Callao e hizo. hasta Penco un viaje de treinta i cinco dias, que él llama felicísimo i mui corto i que realmente lo era en aquella época (12). /

(8) Citada carta de 22 de febrero de 1604.

(9) Rosales, lugar citado.

(10) Carta de 22 de febrero de 1604.

(11) Id. id.

(12) Carta del licenciado Talaverano al rei, escrita en Santiago el S de marzo de 1604.

Alonso de Rivera fué a Concepcion a recibir el refuerzo del Perú el 5 de enero de 1604 (13) i resolvió permanecer en esa ciudad hasta que llegase Pedro Cortés, a quien se aguardaba de un dia a otro.

Talaverano partió el 17 de enero para Santiago a recibirse de su destino. Se recibió de él con toda solemnidad el 2 de febrero. Conoceremos mui pronto la impresion que en el ánimo del nuevo majistrado produjo el estado en que veia a Chile i lo que pensaba de las medidas adoptadas por el gobernador para mejorar i adelantar el reino.

Alonso de Rivera no volvió a salir a campaña hasta despues de la llegada del nuevo refuerzo del Perú. El 12 de febrero (14) arribó a Penco el galeon Nuestra Señora de las Mercedes, en el cual traia Pedro Cortés trescientos setenta i un hombres en cuatro compañías (15) al mando de los capitanes Juan Peraza de Polanco, Salvador de Cariaga, Bernardo Carreño i Francisco Jimeno Pintor.

Para no perder tiempo, el gobernador habia estado esos dias en la denominada Estancia del Rei, « cojiendo las comidas i en« cerrándolos i basteciendo los fuertes » (16).

Apenas llegó Cortés, hizo Rivera reunir toda la tropa para entrar en campaña; pero no tuvo tanta como pensaba: al revistar a los recien llegados notó sesenta i seis hombres ménos que los que Cortés creia traer i fué preciso dejar en Concepcion otros sesenta enfermos o imposibilitados de salir a la guerra. Agréguese que, pues tanto habia ensalsado el gobernador la in

(13) Carta del licenciado Talaverano al rei, escrita en Santiago el 8 de marzo de 1604,

(14) Cartas de Rivera al rei fechadas el 22 de febrero de 1604 i 18 de setiembre de 1605,

(15) En su carta de 22 de febrero de 1604 dice Rivera que los soldados traidos por Cortés eran mas de cuatrocientos; pero mes i medio despues, el 13 de abril, advierte que rectificadas las cuentas habian salido sesenta i seis ménos de los que decia Cortés i da el número exacto que apuntamos. En la carta de 18 de setiembre de 1605 escrita en Colina los reduce a trescientos seis; pero creemos que esto es equivocacion, porque el año anterior hablaba cuando concluia de revistar la tropa.

(16) Carta de 13 de abril de 1604.

fantería i hecho tan poco caso de la caballería, se encontró con no tener casi fuerza alguna de esta última arma. No podia sin ella emprender la campaña i necesito quitar a los fuertes i a las ciudades cuantos tenian para reunir doscientos caballos. Quedaron, de consiguiente, « la ciudad de la Concepcion, Chillan i los « demas fuertes sin ellos; que, agrega al rei Alonso de Rivera, << aunque no lleve a la guerra destos pueblos mas de cuatro o <«< cinco vecinos, están todos tan pobres que los mas dellos no pueden tener siquiera un caballo con que acudir al servicio de « Vuestra Majestad » (17).

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Junto con los mencionados refuerzos recibió el gobernador veintiun mil pesos en dinero corriente i lo demas en efectos hasta enterar los ciento veinte mil ducados (18) que asignó el rei como situado para ese año i los siguientes, a fin de mantener en Chile un ejército de mil quinientos hombres.

Se recordará que el virei no habia querido fijar el sueldo de los militares de Chile, aunque estaba comisionado por el rei para hacerlo de acuerdo con Rivera. Cediendo, por fin, a las instancias del último, lo fijó don Luis de Velasco en la forma siguiente:

Al maestre de campo asignó ciento dieziseis ducados mensuales; al sarjento mayor, sesenta i cinco; al capitan de caballería, cincuenta i cuatro i cincuenta al de infantería; veinticinco a los ayudantes, a los alféreces, abanderados i tenientes de caballería, veinticinco pesos de a nueve reales; a los sarjentos, quince; a los cabos, doce; a los soldados de caballería, diez pesos tres reales i ocho pesos tres reales a los de infantería, Advierte Rivera que este sueldo se aumentará con los gajes de la guerra « en las oca<<siones de aprovechamiento de indios que vacaren i se pusieren de paz e conquistaren de nuevo e otras cosas: se les irá repar« tiendo e premiando a cada uno conforme a la calidad de su « persona e servicios. »

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(17) Carta de 13 de abril de 1604.

(18) Rosales, en el capítulo XXX del citado libro V dice que el situado de ese año fué de ochenta mil pesos. En el documento que citamos en la nota siguiente se ve que ese aserto es equivocado.

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