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« García Ramon tuviere del señor visorei, podrá determinar lo << que mas apropósito conviniere i le estuviere » (8).

I al dia siguiente de negarse de esta manera a pedirle sus servicios a García, pronunciaba otro auto citando a un consejo de guerra, presidido por el mencionado García Ramon, a los jefes i oficiales que éste designara, los cuales debian tomar en consideracion diversas preguntas hechas por Rivera i responder a ellas. En esas preguntas, el gobernador no se limitaba a esponer la situacion del reino i a pedir a cada cual su parecer, sino que comenzaba por emitir el suyo i refutar, sin nombrar a su predecesor, el que éste le habia dado.

Apenas leyó Alonso García Ramon el auto de Rivera, comprendió que ese documento era la esplicacion i confirmacion del de la víspera i, ántes aun de reunir el consejo a que se referia, se presentó el mismo dia 16 de febrero al gobernador para pedirle lo autorizara a salir del reino. No oculta sino que espresa francamente el motivo de su conducta.

« Alonso García Ramon, gobernador que ha sido en este rei«< no, dice: que por un memorial ha dado a Vuestra Señoría a << entender el deseo grande que tiene de corresponder con lo que «< el señor virei don Luis de Velasco, virei del Perú, le manda; « al que Vuestra Señoría ha respondido que siga la órden que « de Su Excelencia tengo. La cual es que, atento a la larga esperiencia que desta guerra tengo, me quede por un año sir<< viendo a Vuestra Señoría, solo a fin de advertir lo que yo «< hiciera con las fuerzas que al presente hai en la tierra; en «< conformidad de lo cual, he dado por escripto lo que en Dios i <«< en mi conciencia alcanzo i lo que yo hiciera si estuviera a mi «< cargo, no habiendo otro mejor parecer, a lo cual me someto. << I Vuestra Señoría es de parecer i cree que es lo acertado no «< dividir sus fuerzas hasta tanto de haber peleado con el enemi«go, por lo cual mi persona i asistencia no será de ningun efec

(8) Providencia puesta por Alonso de Rivera al memorial que el 15 de febrero de 1601 se le presentó por parte de García Ramon.

« to en la tierra. I asi suplico a Vuestra Señoría cuán encareci«damente puedo, tener por bien darme licencia para mí i para « Cristóbal García Ramon, mi sobrino, i mis criados i que en << ello recibiré merced de Vuestra Señoría. »

Era lo que Alonso de Rivera deseaba, verse libre de la presencia de su antecesor, i en el mismo dia dió la autorizacion que se solicitaba, fundándola en causa mui distinta de la espresada por García i no economizando a éste los elojios.

« En la cindad de la Concepcion, en 16 de hebrero de 1601, « se presentó este memorial ante Su Señoría el gobernador deste « reino Alonso de Rivera i, habiéndolo visto, decretó lo siguien«te: Que aunque el valor de la persona del dicho señor goberna«dor Alonso García Ramon i su mucha esperiencia son de la esti« macion que se conoce para cualquier efecto del servicio de Su Majestad; pero, atento a la poca salud con que dice que al « presente se halla i mui adeudado i pobre, es justo que acuda « al remedio dello i a recibir la merced que merece por sus « grandes méritos.-ALONSO DE RIVERA. »

Pero al hablar asi Rivera no pensaba sino manifestarse cortés hácia su antecesor i de ningun modo intentaba ocultar la causa de la ida de García Ramon, causa conocida de todos i que él mismo Rivera espresa al rei con toda claridad:

«Luego que (Alonso García) supo de mi llegada vino a la Concepcion, donde tratamos los negocios del servicio de Su « Majestad como mas pareció convenir. Quiso quedarse conmi«go este verano i yo tambien lo tuviera en mucho; pero des«pues fueron su parecer i el mio tan diferentes que pareció a << entrambos que de ninguna manera podriamos venir el uno en « lo que el otro queria, i asi se resolvió a ir» (9).

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CAPÍTULO IV.

LOS DOS ALONSOS.

II.

Lo que intentaba Rivera en su auto.-Estado del fuerte de Arauco.-Necesidad de socorro.-Importancia de dominar las riberas del Biobio.-La 66 guerra continuada i no salteada "-Cómo queria Rivera llevar el socorro al sur.-Imposibilidad de hacerlo en ese año.-Las noticias que comunicaban los tres cautivos españoles fujitivos.-Lo que debia esperarse de la opinion del consejo de guerra.-Reúnelo García Ramon.-Quiénes lo compusieron.-El parecer de García Ramon.-Servicio que ha hecho Rivera à la historia.-El parecer de don Luis Jufré: lo único que, segun él, puede hacerse por las ciudades australes.-Cómo procuran otros lisonjear a Rivera al no apoyar su plan. La informacion del gobernador cesante.-Acúsala Rivera posteriormente de falsedad: cómo dice que le arrancaron la firma.-Acusa tambien a García Ramon de haber pretendido engañar con su parecer al virei i al rei.

En el auto de 16 de febrero, que motivó la ida de García Ramon, comenzaba Rivera por resumir el tristísimo estado del reino i despues entraba a examinar una a una las tres cosas que su predecesor queria hacer al propio tiempo. Al hablar de las distintas partes de este plan de campaña i al dar su parecer sobre cada una de ellas, no mencionaba a García Ramon ni se podia colejir de las palabras del auto que intentaba refutarlo; pero, como hemos dicho, no era otro el intento del gobernador en

trante.

Aceptaba i proclamaba la necesidad de socorrer la plaza de Arauco: Parece mui necesario i preciso ejecutarlo luego ante « todas cosas, por la necesidad i peligro en que está la dicha jen<«<te de Arauco, i meterles comida i reforzar aquel presidio de

manera que pueda ofender i hacer daño al enemigo i reparar « los que (éste) ha hecho con ordinarios cerco i asaltos, por no « haber en el dicho fuerte suficiente fuerza de jente para salir a pelear con los indios, los cuales, ocupando la playa del mar, <«<suelen impedir la comida que se le envía en barcos. Por no podella desembarcar, en diversas ocasiones ha padecido la « jente del dicho fuerte grandes trabajos i necesidades de ham«bre, comiendo caballos, perros i gatos i sustentándose, por fal«ta dellos, con grano de mostaza i navos, como lo están actual«mente, sin que al presente sirvan de ninguna importancia por « ser pocos i estar a pié encerrados. I conviene reparar el dicho <«< inconveniente, entrando con el campo en el estado de Arauco, «que es el de mayor reputacion i fuerza del enemigo, donde se <«<le podria hacer mucho daño en las comidas, que están próxi«mas a la sazon de recojellas i se podria pelear i alcanzar con «el favor divino alguna importante victoria, quebrantando al enemigo la sobervia i avilantes que tiene i dejar el dicho « fuerte ofensivo i defensivo i basteado. »>

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La segunda parte del plan de campaña, construir un fuerte para adueñarse del Biobio, si no era calificada por Rivera de absolutamente necesaria como la anterior, era, a lo menos, declarada utilísima. No se ocultaba al recien llegado gobernador la capital importancia del Biobio. Dueños de sus riberas los enemigos, no habia seguridad alguna para Concepcion i Chillan: los indios podian escojer a su placer el momento i el lugar del ataque i tenian siempre guardadas las espaldas i segura la retirada mientras pudiesen pasar i repasar el Biobio. Al contrario, desde el instante en que los españoles se apoderasen de las riberas de ese rio i establecieran en ellas definitivamente su dominacion, adquirian toda clase de ventajas sobre los indios: las ciudades del norte quedaban, por el hecho mismo, defendidas; se podian trabajar las « haciendas i heredades » de los alrededores de Chillan i Concepcion, entónces abandonadas por falta de proteccion, i que tan necesarias eran para procurar el sustento a los defensores i vecinos de esas ciudades; se conseguia dar la mano con otro

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