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Pretension de colegio en Valladolid de Comayagua. Se abre pliego y se halla nombrado provincial el padre Juan Antonio de Oviedo. Muerte del padre Juan de Ugarte en la California. Fundacion de un hospicio de la Compañía en la villa de Leon. Entrada de los primeros je. suitas en Guanajuato. Elogio del padre Domingo de Quiroga. Fundacion de tres misiones en la Pimería. Pasa el padre Tamaval á reconocer unas pequeñas islas de la costa del Sur de la California. Pa. sado el trienio, succedió en el gobierno de la provincia al padre Juan Antonio de Oviedo el padre José Baóba. Sedicion en las misiones del Sur de la California. Los sediciosos matan á los padres Carranco, y Tamaral. Muerte en Puebla del padre Zorrilla, que fundó el colegio de gramáticos de S. Ildefonso, y emprendió la fábrica de la casa de ejercicios de Puebla. Entra en el gobierno de la provincia el padre Antonio de Peralta, y por su muerte entra el padre Juan Antonio de Oviedo. Epidemia en México. La ciudad de México jura por su principal patrona á nuestra Señora de Guadalupe. Muerte y elogio del marqués de Villapuente. Se abre el pliego, y se halla nombrado provincial el padre Mateo Anzaldz. Sedicion en Sinaloa. Convocacion de la vigésimasetima congregacion provincial. Entra en el gobierno de la provincia el padre Cristóbal Escobar. Inútiles esposi ciones al Cayo de los Mártires. Fundacion de la residencia en la villa del puerto del Príncipe. Restauracion del hospicio de Leon. Llega pliego en que viene nombrado provincial el padre Andrés García. Inútil espedicion al Moqui. Rebelion de los pimas. Convocacion de la vigésimaoctava congregacion provincial. Fundacion de la casa de cjercicios de México. Perfecciónase cl real colegio de indias mexicanas. Horrible temblor en Guatemala. Provincial el padre Ignacio Calderon. Vigésimanona congregacion, convocada por el padre provincial Agustin Casta. A principios de 1760 entró á gobernar la provincia el padre Pedro Reales. En 1763 le succedió el padre Fancisco Cevallos. Muerte en México de los padres Juan Antonio de Oviedo, José María Genovesi, y Francisco Javier Lazcano; en Puebla de los padres Francisco Javier Solchaga, Antonio Ordeñana, y del hermano Juan Gomez: en Taraumara del padre Francisco Hermanno Glandsff.

1701.

A los principios del presente siglo y del año de 1701, el padre Juan Pasa el padre María Salvatierra pasó de California al puerto del Ahome en solicitud

Salvatierra a

la costa de en- de algunos socorros en las grandes necesidades que padecia aque. ca de socor. lla poblacion. Halló efectivamente un pequeño alivio en la cris

frente en bus

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tiana piedad de D. Andrés Rezaval, gobernador de Sinaloa, y de D. Pedro Lacatra, su teniente, como tambien en los padres misione ros de aquella costa, que todos deseaban tener alguna parte en la fundacion de la nueva cristiandad de California. De aquí determinó su. bir por la costa ácia el Norte al puerto de Guaimas, poco ántes descu. bierto, y que por orden del padre provincial se habia declarado pertenecer á la mision de Loreto. En Ecatacarí, primer pueblo ácia aque. lla parte de la Pimería baja, bautizó dos parvulillos, y exhortó á sus mo. radores á agregarse á la mision del padre Nicolás de Villafañe, uno de los mas fervorosos y apostólicos misioneros que entonces tenia aquella provincia á juicio del mismo padre Salvatierra. Logró el fruto de sus consejos, pocos meses despues en el estío de este mismo año en que los gentiles de Ecatacarí se redujeron á poblacion y vida cristiana bajo la direccion de dicho padre Villafañe. Las llúvias continuadas obligaron al padre Juan María á dejar la costa y entrar á Matape en el centro de la Sonora, de donde habiendo alcanzado de D. Domingo Gi. ronza una escolta de doce hombres, determinó el pasar á juntarse con el padre Kino á examinar con él de raiz la union de la California y PiEl padre Sal- mería, que juzgaba ser muy importante para el fomento de una y otra vatierra se jun mision. Esta opinion que hace á las Californias una península unida dre Kino pa por el Norte al continente de la América, habia sido comun á los geóla California grafos á la mitad del siglo XVI. A fines de este, con los viages y reera península laciones de Francisco Drack, comenzó á tomar cuerpo la opinion contraria, Los viages de D. Juan de Oñate, comenzaron á hacer dudar,

ta con el pa

ra examinar si

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y en el dia prevalece la antigua sentencia, aunque está por decidir to-
davía la disputa. En la ocasion presente tenian los dos misioneros
muchas congeturas que les hacian creer muy fácil la solucion de aquel
problema. Los cocomaricopas, entre otros donecillos, habian enviado
solo se hallan en las costas
al padre, Kino muchas conchas azules, que
del mar del Sur, el que por tanto creían, ó estar muy cerca, ó que con-
finaban entre sí las naciones para que pudiesen venir de mano en ma-
no. La abundancia y el uso que hacian de la pitaya, daba á conocer
mucha analogía de las tierras, y mas aun el tejido de madejas, de que
se vestian las mugeres de los 32 grados y medio para el Norte; cosa
que admiraron y celebraron mucho algunos californios que acompaña.
ban al padre Salvatierra. Añadian estos que en los tiempos pasados,

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habian llegado hasta la última punta de la Califórnia algunos cuchillos acompañando el gran baile que llaman en su idioma micó. Este baile era un género de visita que se hacian mútuamente unas á otras las naciones contiguas, y en que de unas á otras se iban entregando algunos dones en señal de alianza y de hermandad, y semejantes cuchillos no podian haber llegado hasta el cabo de S. Lúcas, comenzando el baile de lo interior de la tierra ácia el Norte, si la California no estuviera por aquella parte unida al continente. Estas razones alentaban mucho á los padres, y para el 16 de febrero resolvieron su viage en compañía del capitan Juan Mateo Monge, del ayudante Juan Bohorquez, y diez soldados con algunos indios pimas y californios. Entre tanto, una invasion de los apaches en Saracatri y en Cucuzpe, demoró algun tanto la marcha hasta los 27 del mismo mes.

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1

En 21 de marzo se hallaron á las orillas del mar Pimico, en altura de 32 grados: vieron con toda distincion la alta cordillera de la Cali. fornia. Por el cacique de Sonoidac y algunos ancianos del pais, supieron que aquellas sierras habitaban los quiquimas y yumas, de donde venian las conchas azules: que para llegar á aquellas montañas se pasaba un estero en que entra el rio Colorado: que este en tiempo de llú. vias se pasaba en balsas, y en la seca con la agua á poco mas de la cintura...

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...

2

1.7

Antes de ponerse el sol, (dicen estos padres) divisamos la California y dicha cordillera con mucha claridad y distinción, aunque con mayor despues de puesto el. sol. Notamos que subiendo la cordillera ácia el Norte, se iban cerrando los montes á modo de arco; pero una faja de cerros de la Nueva-España, que llegaba hasta el mar por el mismo lado del Norte, impedia reconocer si era encerramiento perfecto el que hacia dicha cordillera. Por esta duda determinaron, dejando, la cara. vana, proseguir solos los dos padres con el capitan Mange algunas quince ó veinte leguas mas al Norte, lo que no pudieron ejecutar has ta el 31 de marzo. Vimos (dice otra vez el padre Salvatierra) que el medio arco de sierras, cuyo remate nos tapaban ántes los cerros de la Nueva-España, se venia cerrando y trabando contíuuamente con otros cerros y lo mas de dicha Nueva-España, y era la vista ni mas ni ménos á lo léjos, que la del mar Tiracuo y Ligustico en la corona de montes que encierran y juntan las dos riberas de Génova. Al dia siguiente,

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1. de abril, habian resuelto los dos padres caminar ocho ó diez leguas mas adelante para desde un cerro mas septentrional, reconocer con mas

es península.

T

inmediacion la trabazon y continuacion de los montes, por si acaso la distancia hubiese causado algun engaño ó ménos certidumbre á la vista; pero algunos soldados españoles se habian escondido de temor, y los naturales mismos del pais, acaso inducidos de los pimas, ponian tanPersuádese el tas dificultades, que los padres hubieron de retroceder á S. Marcelo. El padre Salvatierra de que padre Salvatierra quedó tan persuadido de que la California era penínla California sula, que no dudó afirmarlo en carta escrita al padre provincial y al padre general Tirso Gonzalez, fecha en 29 de agosto de este mismo año. El padre Kino afirmó lo mismo en sus relaciones, aunque prometiendo en ellas otros viages para certificarse mas. El capitan Juan Mateo Mange no parece que asintió tan del todo, que no le quedase mucha duda. En el diario que tenemos á la vista de este viage, se dice:....Acia el Sudeste de donde estábamos, comienza una cordillera de sierras en tierra de Californias que corre de Sudeste para el Nordeste y declina al Este formando como una media luna, y parecia proseguir adelante del desemboque de los rios Colorado y Gila en el mar, como que va á juntarse la sierra con esta costa de Nueva-España ácia el Nordeste, ó por lo ménos parece llega á tanta angostura el brazo de mar, que apenas tendrá de cinco á seis leguas, y á la distancia de mas de treinta en que estábamos, nos parecia que se juntaban las dos costas y no podiamos apercibir tal mar. Lo que á mí me hacia fuerza era que aquel flujo y reflujo de las olas tan impetuosas, no las podian causar solos los dos rios, cuando segun la relacion de D. Juan de Oñate, el mismo mar hace rebalsar y retroceder las corrientes de dichos rios, cinco leguas la tierra dentro, que solo comunicándose este brazo con el mar del Sur, podia causar tan fuertes corrientes, y aunque fuese angostando ácia el Norte, como parecia podia volver á ensanchar, como el de Gibraltar en España con el Mediterráneo. Que comenzando este seno á mas de doscientas leguas de distancia de donde nos hallábamos, si allí feneciera, estaria el remate en leche y pacífico, y no se ha. llarian allí tantas ballenas como hay. Tales eran las dudas que ha. cian al capitan Mange disentir de la opinion de los dos padres.

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De vuelta en S. Marcelo (ahora S. Miguel Sonoidac), los dos padres, el padre Kino siguió al Oriente á la vista de los sobaipuris de S. Javier del Bac. El padre Salvatierra caminó ácia el puerto de Guaimas donde debia embarcarse para California. Dió fondo en Loreto el dia 12 de mayo. A su arribo tuvo el consuelo de hallarse con un nuevo compañero y fervorosísimo operario, el padre Juan de Ugarte, que

habia saltado en tierra el 23 de marzo. Su celo activo y las fuertes inspiraciones con que se sintió llamado de Dios á la conversion de los californios, le hicieron renunciar el rectorado del Seminario de S. Gregorio y arrojarse en un barco falto de un palo, y de gran parte de jar. cia, cables y velas, con admiracion y aun con susto de los padres misioneros del Yaqui que no pudieron detenerlo. Habia quedado por procurador de la mision en Nueva-España el padre Alejandro Romano. Toda su actividad y esfuerzos, y aun todo el socorro que habian procurado llevar consigo los padres Ugarte y Salvatierra, no era bastante para impedir la hambre, y falta de otras muchas cosas que parecia deber arruinar enteramente la mision. Llegó á tanto, que aun el magnánimo corazon del padre Salvatierra, no pudiendo obligar á los padres ni á los presidiarios al inmenso trabajo de que necesitaban para man. tener la vida, hubo de juntarlos y proponerles con dolor, el abandono de la empresa. Hasta aquí hemos hecho cuanto alcanzaban nuestras débiles fuerzas (les dijo) para conservar á Dios y al rey la conquista de estos paises. En una edad avanzada no hemos perdonado fatiga ni diligencia alguna. Las limosnas de nuestros bienhechores eran prometidas á los primeros cinco años que ya se han cumplido: las pocas que se recogen faltan barcos para conducirlas. Se han hecho repetidos informes al virey y audiencias de México y Guadalajara, y aun á la córte de Madrid; pero la Europa está muy lejos, y muy perturbada la monarquía para que puedan llegar nuestras voces al trono; y acá las necesidades del real erario no dejan arbitrio á los ministros. Con los catecúmenos crecen cada dia las bocas, y la necesidad se aumenta. La tierra es estéril por sí misma, é invencible cuasi la fuerza de sus naturales para hacerlos emprender su cultivo. Cedámos al tiempo y á la necesidad: no ha llegado aun la hora feliz para la conversion de la California, 6 Dios quiere servirse de instrumentos menos proporcionados é indignos que yo para una empresa de tanta gloria suya... Así concluyó con lágrimas el padre Salvatierra †. Los oficiales y soldados se miraban unos á otros, y un profundo silencio reinaba en

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+ El que copia este pasage tambien las derrama, afectándose de los sentimientos de este grande hombre; y si fuera pintor, trazaría un cuadro en que se represen. tase esta escena tan patética de dolor que conmovería al firmamento al representarse. No menos me conmueve lo que sigue del padre Ugarte. ¡O Dios! Proteje á hombres que así se interesan en estender tu nombre sobre la tierra y darte gloria. Enviánoslos para que te la aumenten en nuestra patria!....

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