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1691. Entra en la

el nombre mezcladas y confundidas con los apaches, nacion indomita, numerosa y astuta, que hasta el dia de hoy tiene en contínua inquiétud aquellos pueblos. De los taraúmares altos entraron en la faccion algunos sediciosos, y aun fueron los primeros autores con ocasion de vengar la violencia hecha á los tubarist por lo que mira á los pimas, se es. tuvo al principio en la persuacion de que eran los principales conjúrados. En vano se esforzó el padre Kino á disipar esta opinión tan injuriosa. Sin embargo de sus protestas, mandaron los superiores reti. rar á los misioneros de los Remedios y S. José de los Hymeris. El padre Kino perseveró en los Dolores, y el tiempo manifestó bien presto que los pimas no habian tenido en el motin parte alguna.o. ang niluo :: El padre Juán María Salvatierra por la primavera del año siguiente pasó á la Pimería y partido de Dolores. Halló en el padre Eusebio Pimería el paKino un hombre muý semejante á sí mismo en el fervor y espíritu dre Kino. apostólico: confirieron varios asuntos importantes á la salvacion de aquella gentilidad. Para desvanecer las adversas preocupaciones que se habían en México formado de los pimas, pareció conveniente entrar juntos en el Norte y al Oriente de la tierra, y examinar cuidadosamente la disposición de los ánimos. En efecto, de los Dolores pasaron á los Hymeris, Caborca, Tubútama y demas misiones poco antes fundadas, de donde vinieron á formar el proyecto de conquistar los demas pimas tendidos al Poniente ácia el mar de California, y luego por otro rumbo los de Saric y Tucubabia, en cuyos distintos partidos se hacian el cómputo de mas de dos mil almas que poder agregar á Jesu. cristo. Intentaban pasar á Cocospera cuando vinieron á encontrarlos algunos caciques enviados de los sabaypuris de mas de cuarenta leguas al Norte, suplicando ser admitidos al bautismo, y puestos á la direccion de los padres. No se les pudo negar este consuelo, y hubieron de caminar quince leguas al Norte hasta Guevavi, donde se habian adelantado á recibirlos los principales de la nación. Se dió el bautismo á algunos párvulos, y se consoló á los demas con la esperanza de que volvería el padre Kino á visitarlos mientras se negociaban en México misioneros que se encargasen de su cultivo. En Cocospera, para donde marcharon inmediatamente, se dividieron los dos padres; el padre Salvatierra prosiguió su visita de las demas misiones, dejando muy encargada al padre Kino la conversion de los sabaypuris, y del Poniente de la Pimería hasta el de la California. La comunicacion y trato edificativo de los dos fervorosos operarios habia encendido mútuamen

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1692.

Pretension de

Оахаса,

1693.

te en sus ánimos un ardiente deseo de procurar por todos los medios posibles la salud espiritual de los californios tentada tantas veces, y tantas veces desamparada. Imaginando que el fértil terreno que ha bian descubierto en la Pimería podia subministrar los víveres que hasta entonces habian hecho tan dificil la poblacion de California, y resuelto el padre Salvatierra á acalorar esta empresa, trató con el padre Eusebio Kino que en las costas de la Pimería se fabricase un barco para su conduccion, cuyo éxito veremos adelante.

Este año y el siguiente de 92 no ofrecen alguna cosa digna de conun seminario sideracion en lo restante de la provincia; (pero sí para la Nueva Esde indios en paña, pues acaeció un gran tumulto). A fines de este y principios de 93 se comenzó á tratar con calor en Oaxaca de la fundacion de un colegio Seminario de indios, agregado al que tiene en aquella ciudad la Compañía, á la manera que el de San Gregorio al colegio de San Pedro y San Pablo en México. † Era autor de tan bello y fructuoso proyecto el Lic. D. Antonio de Grado, cura del partido de Xicayan. Fincaba la fundacion y sustento de dicho Seminario en tres haciendas unidas, y una de labor que poseia en el valle de Exutla contiguas al ingenio de Santa Inés, y otras tierras que eran fondos de aquel colegio. Los seminaristas debian ser por lo menos doce, al cuidado de dos padres, que debian aprender las lenguas zapoteca y mixteca de la costa, con la obligacion de hacer cada tres años misiones en varios pueblos de uno y otro idioma, de que informó menudamente el padre provincial Ambrosio Oddon en carta fecha 22 de diciembre. El Illmo. Sr. D. Isidro Sariñana, obispo de aquella ciudad, con quien el piadoso beneficiado habia comunicado sus designios, escribiendo al padre provincial con fecha de 2 de enero de 1693, dice así: „El intento de D. Antonio me ha sido sumamente agradable, y lo tengo por especial inspiracion de Dios, pues no solo acierta en la substancia de la obra, sino tambien en la circunstancia de ponerlo en manos y al cuidado de la Compañía, en cuyo fervorosísimo celo se afianza con la gracia del Señor la consecucion de sus piadosos deseos." Escribió tambien en

+ El colegio llamado de Santa Cruz, que es el Seminario de Oaxaca, mandaba en comunidad diariamente á sus colegiales al colegio de la Compañía á cursar sus cátedras hasta la época del Sr. obispo D. Buenaventura Blanco en que se pusieron cátedras y dió enseñanza en dicho Seminario. Habia otro colegio de teólogos pasantes llamado de S. Bartolomé, que hoy es cuartel de tropa, llamado de la Sangre de Cristo; sus colegiales se agregaron al Seminario. Su veca es larga y encarnada, y la del seminario corta y tambien encarnada con un escudo de la Santa Cruz. EE.

el mismo tenor el padre Nicolás de Vera, rector del colegio de Oaxaca, que aun pasó personalmente al reconocimiento de las haciendas, y asegura ser las mas pingües de aquella jurisdiccion. Cuando llegaron estas cartas á México, concluido el gobierno del padre Ambrosio Oddon, habia entrado en el oficio de provincial el padre Diego de Almonazir, quien maduramente examinado el asunto con los padres consultores no juzgó conveniente admitir aquella fundacion.

-mo.

Revelacion

ble Francisca

El padre Oddon pasó inmediatamente al gobierno del colegio máxiHizo entre otras cosas muy memorable el trienio de su rectorado de la venerael famoso suceso que vamos á referir, y que entre las cartas anuas de San José. manuscritas hallamos puesto en el año de 1693.

Florecia en México con singular opinion de virtud la venerable Francisca de San José, del órden tercero de Santo Domingo, vírgen de muy sublime y muy probado espíritu, que murió el año de 1725 de este siglo. En aquel tiempo no trataba ni conocia alguno de los jesuitas, cuando en uno de sus maravillosos raptos vió el colegio máximo de San Pedro y San Pablo bajo la forma de un florido jardin, y á la Santísima Vírgen que con el niño en los brazos se paseaba entre aquellas flores, cortando ya una, ya otra, hasta el número de diez y seis, de las cuales formando un ramillete lo ofrecia á su dulcísimo niño. Entendió la sierva de Dios ser aquellas flores otros tantos sugetos de aquel colegio que debian pasar muy presto de la militante á la triunfante Compañía del cielo; y sabiendo ser los mas de ellos estudiantes jóvenes de bellas esperanzas, se sintió movida á pedir á Dios no se llevase tantos de un golpe que podian ayudar mucho á las almas, singularmente de los gentiles. Condescendió la Vírgen Santísima con los ruegos de aquella alma devota, y tomando ocho de las flores escogidas, volvia á plantarlas en el lugar de donde habia tomado cada una. La venerable, con su acostumbrada sinceridad y exactitud, dió luego cuenta de esta vision á su confesor, que lo era un reverendo padre presentado del órden de Santo Domingo, director que tenia muy bien conocido y examinado el espíritú de su hija: la envió con el padre Ambrosio Oddon, rector de aquel colegio, mandándole que se confesase con él y le diese cuenta de aquel favor del cielo, dejando á su discrecion que sabria valerse oportunamente y con destreza de tan importante noticia. Cumplió ella con la órden de su director, refiriendo al padre Oddon cuanto habia visto y entendido: especificó los nombres de los ocho jesuitas, lo que hizo para certificarle que no entraban en

el número dos estudiantes que actualmente se hallaban enfermos y desauciados, y que sin embargo convalecerian. No ignoraba ente. ramente el padre Oddon lo mucho qué se decia en México de las heroicas virtudes de aquella sierva de Dios. Sin embargo, mientras piensa, mientras consulta, mientras delibera, cae enfermo y muere á pocos dias uno de los nombrados.

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El aviso de su muerte, que por su prudente desconfianza no se habia Muerte de los atrevido á darle el padre rector Ambrosio Oddon, se lo dió el cielo de ocho sugetos un modo muy singular. Con ocasion de la mision que tanto para esta del colegio máximo. como para la provincia de Filipinas habian traido de Europa los padres Juan de Estrada y José Tardá, era muy estrecho alojamiento el del colegio máximo y se veian precisados á vivir tres y cuatro en algunos aposentos. De cuatro que vivian en uno de ellos, dormian en una noche los tres, y el otro que velaba estudiando, vió entrar un jesuita de muy venerable semblante con una luz en la mano. Volvió á verlos á todos con bastante apacibilidad y espacio, y luego dijo en voz perceptible:,,Preparaos, hermanos, que uno de vosotros ha de morir muy breve." Dicho esto, salió del aposento. Uno de los que dormian era el hermano Nicolás de Laris, que sabiendo luego de su compañero lo que habia acontecido, no dudó ser él el señalado, y ser aquel aviso de N. P. S. Ignacio de quien era singularmente devoto. En esta persuacion, los dias que pudieran quedarle de vida determinó emplearlos en unos fervorosos ejercicios, que concluyó con una confesion general de toda su vida. A pocos días enfermó de riesgo, y fué el primero de los ccho que verificaron la prófética vision de la venerable vírgen. * Visto esto el padre rector Ambrosio Oddon, en el mismo dia del entierro, sin declarar mas, amonestó generalmente á todos que se preparasen con santas obras porque al hermano Laris seguirian en breve otros siete, como efectivamente murieron dentro de dos meses los mis. mos, y en el mismo órden que los habia nombrado la sierva de Dios. Ni es justo que jamas se olviden sus nombres, y fueron en este órden. Hermano Nicolás de Laris: hermano Casimiro de Medina: hermano Francisco Estrella: hermano Francisco Javier Zapata: hermano José Menano: padre Pedro Polanco, coadjutor espiritual: hermano Juan de Angulo, coadjutor temporal; y padre Cristóbal Mendez, estudiante de cuatro años de teología.

* El retrato de esta buena beata existe en la sacristía de la tercera órden de Santo Domingo, en que se refieren sus virtudes.-EE.

Este memorable suceso se halla en nuestras cartas anuas manuscritas latinas, y en la vida de la venerable Francisca de San José, escrita por uno de sus confesores, y de los hombres de mas ilustrado espíritu que ha tenido esta provincia, el padre Domingo de Quiroga, en que debemos notar que contestando las dos relaciones en la subs tancia, tienen alguna variedad en el tiempo. El padre Quiroga dico con duda haber tenido la sierva de Dios esta vision por los años de 90 á 91, y haber muerto los dichos sugetos en este año de 1693; pero si la vision hubiera sido tanto tiempo antes, su confesor no la hubiera mandado á consultar y referirla al padre Ambrosio Oddon como á rector de San Pedro y San Pablo, segun afirma el mismo padre Quiroga, pues este no entró en el oficio de rector hasta principio de 1693 en que dejó de ser provincial. El padre Santiago Zamora, colector ý traductor de las anuas, en la de 1733 dice haberse manifestado la sierva de Dios por: órden de su confesor al padre Domingo de Quiró. ga; pero él mismo lo desdice: ni pudo ser segun el tiempo, pues el año de 1693 no estaba el padre. Quiroga destinado á confesar en la iglesia, siendo aun jóven lector de veintinueve á treinta años, y que aca. baba de llegar de Europa á la Casa Profesa. Añade el padre Zamora la circunstancia de la nocturna vision que tuvo el hermano estudiante, lo que confirman otros manuscritos, y mas que todo, la cons. tante tradicion que hasta hoy llama á aquel aposento el de la Muerte, en memoria de este suceso. En la Casa Profesa de México murió a principios del año, el 13 de Muerte del enero, el padre José Ramirez, natural de la Puebla de los Angeles. Fué padre Ramihombre de rara aplicacion y constancia en los ministerios de los pró- choacán. Jimos, de admirable inocencia y sencillez en medio de no vulgares talentos. Su amortá la pureza se hizo muy notable aun en sus t tiernos años, en que se le vió evitar cuidadosamente da compañía de aquellos jóvenes á quienes una vez oia palabras menos decentes, persuadido ser este el camino mas comun ý mas seguro que lusa el comun enemis go para pervertir el corazón. En la devocion al Santísimo Sacramento y sacrificio de la mísa fué tan ardiente, que en los muchos años que vivió en la Profesa jamás dejó de celebrar hasta los últimos dias de su enfermedad, y aun dos de ellos lo hizo estando ya con la fiebre maligna que á pocos dias le acabó la vida. Los padres Pedro Gu. tierrez y Antonio Ramirez evangelizaban por esto tiempo á los pueblos del obispado de Michoacán á petición del Illmo. Sr. D. Juan de

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