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Cuarenta leguas de aquí hay indios gentiles que llaman lacandones, y habiendo fundado aquí los jesuitas, podran ir á predicar el Evangelio á estas gentes, que segun me dicen, pasan de ochenta mil; y si en mi tiempo fundasen, prometo á V, M. acompañarles á esta faccion, y fie á mi cargo todo lo que condujere al mejor logro de dieha fundacion, sin que perjudique á las religiones, al patronato real, á la ciudad, ni á persona alguna, por lo cual, soy de sentir que debe dar V. M. licencia para dicha fundacion por el bien de las almas, servicio de V. M. y glo. ria de Dios que guarde la católica real persona de V. M., como ha menester esta monarquía. Ciudad Real y marzo 20 de 1676.—El obispo de Ciudad Real de Chiapas,"

El informe del cabildo secular, dice así:,,A 18 de marzo del año presente recibimos una cédula de V. M. fecha en 9 de abril del año pasado, y habiéndonos juntado en la sala de cabildo de esta ciudad el alcalde mayor y demas capitulares, obedecimos dicha cédula, y pusimos sobre nuestras cabezas, y habiendo entendido lo que V. M. en ella nos manda, que es que informemos la conveniencia ó inconvenientes que tendrá fundar un colegio de la Compañía de Jesus en esta ciudad, decimos: lo primero, que luego que vimos dicha cédula, dimos muchas gracias a nuestro Señor de que V. M. se haya dignado de pedir informe; porque es tanto el deseo que tiene esta ciudad de ver lograda la fundacion, que no es posible esplicarlo, pues los hijos de esta ciudad y provincia, carecen de enseñanza de gramática y facultades, por cuya razon se malogran muchos sugetos por tener tan distantes las escuelas donde pudieran ocurrir. De aquí resulta el carecer de personas que se empleen en los beneficios que ha habido alguno que es el de Ayuta, que ha estado nueve años vaco y servido de un substituto por no haber habido quien se opusiese á él hasta el año pasado. Las demas religiones no pueden recibir perjuicio de dicha fundacion, pues la de Sto. Domingo, que es la mas numerosa, tiene suficientes rentas de que sustentarse, y la de S. Francisco y la Merced lo hacen de la caridad de los fieles y capellanías que tienen; y mas cuando la religion de la Compañía no es de las que reciben limosna de misas con que esta no puede estraviársele á las otras; y tenemos entendido que la hacienda de Cacahuatal que Doña María de Alvarado mandó en su testamento para fundaeion de dicho colegio importará mas de treinta mil pesos, y la del Lic. Juan de Figueroa mas de diez mil. Y ademas de esto tenemos entendido se les ha de agregar otra hacienda que se compone de ganado ma

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Mision á la cárcel de cor

te.

yor, que por no saber de su valor no lo informamos, porque dicha hacienda está en la jurisdiccion de Tabasco; pero sabemos que es bien cuantiosa; y dichas cantidades tenemos reconocido ser muy suficientes para la fundacion de un colegio, y todos los vecinos que se hallan con algun posible, están en ánimo de ayudar en lo que cada uno pudiere. Y así, suplicamos á V. M. se sirva de conceder la licencia para la fun. dacion de dicho colegio, así por lo que tenemos representado, como por el consuelo universal de toda esta ciudad y su provincia, que en ello recibiremos particular beneficio. Guarde Dios nuestro Señor la católica real persona de V. M. como la cristiandad ha menester. Ciudad Real de Chiapa y marzo 20 de 1676.-D. Andrés Ochoa de Zárate.-D. Gabriel de Abendaño.-D. José de la Madrid.-D. José de Velasco Ochoa.-D. José de Valcarzar.-Ante mí.-Juan Macal de Me

neses,

Tales eran las ansias piadosas de la ciudad de Chiapa. En México, entre tanto se emprendió por el mes de mayo una fervorosa mision á la cárcel de corte. Se habia divulgado por aquellos dias el rumor de ciertos ruidos nocturnos que se oian en las piezas y calabozos de la cárcel. Sea lo que fuere la verdad del hecho, esta comun persuacion tenia sobrecogidos de temor los ánimos de aquella gente á quien poco basta para asustar en la miserable condicion á que se hallaban condenados. Los hombres de Dios, y verdaderamente celosos, saben aprovecharse de las menores ocasiones para la edificacion y utilidad de sus prójimos. El padre José Vidal que entre sus demas ministerios apostólicos miraba como uno de los principales la visita de cárceles, se vatió de esto para persuadir á aquellos infelices que mirasen aquellos ruidos como avisos de Dios para reformar sus costumbres, para estirpar ciertos vicios muy comunes entre este género de gentes, y para componer y sosegar mas que todo las inquietudes de su inícua conciencia por medio de la confesion. Para este efecto, tomado el beneplácito de los Sres, alcaldes de corte se promulgó una mision de seis dias, con tan feliz suceso, que no quedó uno que no se reconciliara con Dios en los Sacramentos de Penitencia y Eucaristía; dejando así santificado aquel lugar, partió el mismo fervoroso misionero á la villa (hoy ciudad de Sta. Fé y Real de Minas de Guanajuato.) La fama del hombre apostólico tenia mucho ántes prevenidos en su favor los ánimos, y aun parece que el cielo se interesaba tambien en darle á conocer. Tenian muchos de aquel lugar la piadosa costumbre de juntarse á la ora

cion en la iglesia á rezar el rosario ante una milagrosa imágen que en ella se venera. Depusieron muchas de las mas autorizadas personas que concurrian á tan devoto ejercicio, que les parecia haber visto en el púlpito un jesuita, segun el color y forma del vestido, y lo mismo afirmaron despues algunos señores que velaban sobre tres de la santa imágen. Con tan felices prenuncios, fueron recibidos los misioneros jesuitas, como unos hombres enviados del cielo para salud de aquel pais, El blanco principal de su predicacion fué estirpar los ódios y rencores envejecidos entre las familias principales, de donde se derivaba tambien al mismo pueblo dividido todo en bandos y facciones. De este fatal principio dimanaban las muertes de muchos en las guerras 6 sasemis de unos barrios con otros, que no han podido remediarse á pesar de las mas severas providencias. Quiso Dios dar tanta eficacia á las palabras de sus ministros, que interrumpian tal vez el sermon las voces de los que pedian perdon, arrodillándose públicamente á sus mortales enemigos. Los primeros que ejercitaron un acto tan heróico fueron algu. nos eclesiásticos, ó porque tuviesen entre sí alguna enemistad, ó porque quisieron con su ejemplo apartar de los seculares aquella perniciosa vergüenza que las mas veces fomenta los escándalos. Efectivamente, á los dichos eclesiásticos siguieron muchos de los mineros y personas distinguidas, que seguramente lo necesitaban mas. Era un espectácu. lo muy agradable al cielo, y de mucha edificacion ver salir del templo unidos en caridad y tratarse familiarmente en lo de adelante, sugetos y familias enteras que antes por largo tiempo se huian y evitaban cuida. dosamente unas á otras por no corresponderse en las salutaciones que exige la cortesanía y caridad cristiana.

De

co é incendio

paso para México entraron nuestros misioneros en Zelaya, lugar Mision en Zeque era entonces de la administracion de los padres franciscanos, y se laya y Méxihallaba allí actualmente el reverendo padre provincial. Estos religio- de S. Agustin sos padres oyendo con gusto el mucho fruto que hacian en los lugares vecinos los misioneros jesuitas, les suplicaron con instancia que hicie. sen allí mision y no privasen á aquellas sus ovejas del saludable pasto que tan liberalmente repartian á otras muchas. Pasó á esto en persona el mismo padre provincial, y ya que por la estrechez del tiempo que los llamaba á México no pudo conseguirlo del todo, propuso que á lo ménos un dia sacasen la procesion de penitencia con un devoto crucifijo que se venera en aquel convento y predicase en su iglesia el padre José Vidal. Hízolo así por obedecer, aunque haciendo por su humil,

dad mil protestas de su inutilidad, respecto al favor y celo de aquellos ejemplares religiosos, y el cielo bendijo sus palabras con fruto tan abundante, que en algunos dias despues de su sermon tuvieron mucho en que trabajar doce confesores para satisfacer á la piadosa importunidad de los penitentes. Lo restante del camino, siguiendo las buellas del Salvador, lo pasaron haciendo bien por todas partes, y sanando muchas almas de sus espirituales dolencias por medio de la confesion, sermones y conversaciones santas, tal vez mas eficaces é insinuantes que las vehementes declamaciones. Llegados á México, hallaron toda la ciudad ocupada en grandes preparativos de regocijos, de toros, carreras, máscaras y torneos para celebrar la jura del Sr. D. Cárlos II, que despues de su menor edad habia tomado las riendas del gobierno. El padre José Vidal, conociendo que la virtud y prácticas cristianas son la mas firme columna de los reinos, y el recurso al cielo el mejor inedio para alcanzar el acierto y prosperidad de las monarquías de aquel Señor que tiene en su mano los corazones de los reyes, determinó hacer, como decia con gracia, sus fiestas mas agradables al cielo y mas provechosas á la corona. Bien conoció el prudente misionero que si publicara la mision con el aparato y publicidad que otras veces, los partidarios del mundo y enemigos de la cruz de Jesucristo habian de levantar el grito, y condenar la accion como împrudente, y aun tal vez como injuriosa á la magestad real, á cuyo honor se dedicaban aquellos regocijos, que como de esos colores negros tiene á mano el mundo pa. ra desfigurar los mas santos designios de los hombres apostólicos; por esta razon tomado el beneplácito de los superiores, sin dar á otro alguno aun de los nuestros, parte de sus intentos, comenzó sus sermones sobre tarde en la iglesia de la Encarnación. Como aun en medio del tumulto y ruido del mundo jamas faltan al Señor ovejas escogidas que conocen su voz y la siguen con docilidad, à pocos dias por el ejemplo de algunos ministros reales y otras personas de distincion, creció tanto el concurso, que siendo ya muy estrecho aquel templo hubieron de pasarse al de Jesus Nazareno. Se destinó para la comunion general con autoridad del ordinario el domingo 3. de adviento (13 de diciembre de 1676.) El viernes antecedente, 11 del mismo mes sobre tarde, se hizo la última plática, y queriendo Dios honrar el ministerio de su divina palabra, puso al padre Vidal en la boca unas voces en que arrebatado y fuera de sí por el fervor, predijo claramente la calamidad que amenazaba á México, y como estaba ya para prorrumpir en un estruen

do. Efectivamente, aquella misma noche sin haberse podido impedir con providencias algunas, prendió fuego en el suntuoso templo de S. Agustin, y en pocas horas todo el techo, coro y capillas, quedaron reducidas á cenizas. La lluvia de plomo de que estaba cubierta la tecumbre, no permitió librar del incendio cosa alguna de la iglesia, y au. mentó de suerte la voracidad de las llamas, que iluminada toda la ciudad, parecia haber de perecer enteramente. El concurso de todo género de gentes y extraordinaria coninocion de ánimos, obligó al Illmo. y Exmo. Sr. D. Fr. Payo Enriquez de Rivera, virey y arzobispo, á que llevando en procesion al Santísimo Sacramento, fuese S. E. I. desde la Catedral á la iglesia de Jesus Nazareno, para que allí donde los dias antecedentes se habian cogido tan copiosos frutos de penitencia, se dignase su Magestad como en un lugar de propiciacion, de admitir ruegos de la afligida ciudad. Este aviso del cielo contribuyó mucho á las grandes demostraciones de compuncion que en todos sexos y condiciones se vieron el domingo siguiente en la procesion de sangre con que se concluyó la mision. †

los

En el colegio de Tepotzotlán falleció este año el padre Melchor Muerte del P. Paez, de 72 años de edad, y mas de 20 de misionero en Sinaloa. Go- Melchor Paez y hermano bernó los colegios de Guadalajara y Valladolid con singular prudencia, Francisco Es y hubiera continuado en los primeros gobiernos de la provincia, si lo pinosa. hubieran permitido sus enfermedades. Con ellas le probó el Señor por largo tiempo, sin que jamas se le oyese, ó conociese siquiera en el semblante el menor indicio de los gravísimos dolores que le afligian. Edificaba á toda la comunidad su conversacion en este tiempo y de pensamientos de la eternidad, que eran la contínua materia de su meditacion. Murió el dia 22 de diciembre. Poco ántes habia pasado á mejor vida en el colegio máximo el hermano Francisco de Espinosa, novicio recibido para coadjutor temporal. A pocos meses de entrado en Tepotzotlán, reconociendo en él los superiores una virtud sólida y á prueba de los mayores trabajos, lo destinaron para enfermero del colegio real de S. Ildefonso, entre cuyos individuos habia prendido un ramo de

+ El padre jesuita Cabo, data este suceso en el mismo dia que el padre Alegre; yo solo debo advertir que en el antecoro de S. Agustin se conserva un cuadro de S. Nicolás de Tolentino, en el que se lee que aquella imágen se vió andar por las cornizas de la iglesia apagando el fuego, lo que creo falso porque todo lo consumió. Témome igual desgracia en la iglesia de la Merced de México muy vieja y cubier La de plomo.-EE.

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