Personalidad literaria de doña Gertrudis Gómez de Avellaneda: conferencias pronunciadas en el Ateneo científico, literario y artístico de Madrid el año de 1897

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Imprenta Teresiana, 1898 - 285 páginas
 

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Pasajes populares

Página 249 - ¡Perla del mar! ¡Estrella de Occidente! ¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo la noche cubre con su opaco velo, como cubre el dolor mi triste frente.
Página 255 - Mas ¡ay! yo en mi patria conozco serpiente que ejerce en las aves terrible poder... Las mira, les lanza su soplo atrayente y al punto en sus fauces las hace caer. ¿Y quién no ha mirado gentil mariposa siguiendo la llama que la ha de abrasar?
Página 254 - Volaban los años y yo vanamente Buscando seguía mi hermosa visión.. Mas dio al fin la hora ; brillar vi tu frente: Y «es él», dijo al punto mi fiel corazón. Porque era, no hay duda, tu imagen querida — Que el alma inspirada logró adivinar — Aquella que en alba feliz de mi vida Miré para nunca poderla olvidar. Por...
Página 261 - En él se pone en escena, valiéndonos aquí de las propias palabras de la poetisa en su elocuente dedicatoria, *la caída del Imperio babilónico, señalada por celeste prodigio; y esta caída fue más que el hundimiento de un trono; fue un gran suceso providencial de más alta trascendencia que otras revoluciones análogas. Ciro anunciado por los profetas era el escogido para romper las cadenas del pueblo de Dios, para levantarle nuevo templo, aquel templo en que resonó la divina palabra del Mesías.
Página 250 - Yo soy quien murmura del rio en las aguas , Rizando sus ondas de candida espuma; Yo soy quien se mece con blando desmayo De la luna en el nítido rayo. Yo soy quien impulsa los céfiros gratos Y empapa sus alas en fresco rocío; Yo soy quien les presta los músicos sones Que preludian ignotas canciones. Yo soy quien inventa las flébiles notas Que ensaya en la selva la tórtola triste ; Yo soy quien modula los tonos que imita Filomena que insomne se agita. Yo soy quien exhala perfumes suaves, Que...
Página 245 - Soy un gusano del suelo, cuyo anhelo se alza a tu eterna beldad; soy una sombra que pasa, mas se abrasa ardiendo en sed de verdad. Soy hoja que el viento lleva, pero eleva a Tí un susurro de amor...
Página 247 - Tú, que este anhelar del al tria entiendes, y en quien su alta ambición reposo alcanza, hoy, que en sublime fe mi pecho enciendes, préstale alas de fuego a mi esperanza! ¡Pueda tus huellas adorar de hinojos; pueda entrever las orlas de tu manto; y un rayo hiera de tu luz mis ojos, y un soplo aspire de tu aliento santo!
Página 39 - ... impetuosa, ya mística y profunda de todos los anhelos, tristezas, pasiones, desencantos, tormentas y naufragios del alma femenina. Lo femenino eterno es lo que ella ha expresado, y es lo característico de su arte: la expresión robusta, grandilocuente...
Página 276 - Caballero; mientras que como poetisa lírica no admite comparación ni halla competencia ni en España ni en otros países. Como poetisa lírica no tiene ni tuvo nunca rival en España, y sería menester, fuera de España, retroceder hasta la edad más gloriosa de Grecia, para hallarle rivales en Safo y en Corina, si no brillase en Italia, en la primera mitad del siglo XVI, la bella y enamorada Victoria Colonna, Marquesa de Pescara.
Página 273 - Valenzuela, hombre de ingenio, poeta activo, ambicioso de gloria, hubiera podido ser de provecho y de honra para su patria, si no se le hubiese arrancado de su esfera natural de acción para convertirle en mal ministro; si la miseria y el abandono en que se arrastra en España la literatura, no le hubiesen obligado a renegar de su vocación, buscando por la intriga y el favor lo que no podía alcanzar por el mérito.

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