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Habiendo espuesto cuál es el estado actual de la casa de la Acordada, salta naturalmente el deseo de su reforma, bajo unas bases mas conformes al espíritu del siglo, y por un método mas económico que el que hasta ahora ha estado en práctica. De este deseo se pasa tambien naturalmente á la investigacion de si la reforma requerida es posible, atendida la escasez en que hoy se hallan los fondos con que debiera emprenderse.

Hace muy cerca de un año que el congreso de la nacion, convencido de la urgente necesidad de que se reformasen las cárceles de la República, espidió en 27 de enero de 1840 el decreto siguiente:

"ART. 1.-Las cárceles se dispondrán de manera que haya los departamentos necesarios para incomunicados, detenidos y sentenciados; y en general para que todos se ocupen en algun arte ú oficio, que á la vez les produzca lo necesario para subsistir, y que inspirándoles el amor al trabajo, los aleje de la ociosidad y de los vicios. Al efecto, el gobierno hará que se formen desde luego los diseños y presupuestos correspondientes, y los pasará al congreso para su exámen y aprobacion.

"ART. 2.-En los Departamentos que carezcan de fondos para disponer sus cárceles conforme al artículo precedente, las juntas departamentales propondrán dentro de dos meses, contados desde la publicacion de este decreto, los arbitrios que estimen bastantes para llenar el objeto."

El primero es el de Pensilvania, situado cerca de Filadelfia, en el lugar llamado Cherry-Hill. El edificio es de un estilo gótico, tiene un aspecto severo, y solo su vista indica el objeto á que está consagrado. Es el único establecimiento de este género que conserva la disciplina penitenciaria en toda su pureza, segun la cual, cada preso, durante todo el tiempo de su condena, permanece en su celda aislado y sin comunicacion alguna. Para evitar el fastidio consiguiente á la soledad, que la esperiencia enseñó ser funestísimo, se introdujo el trabajo en las celdas, y los presos lo acogieron con gusto, no solo como una especie de distraccion, sino como una ocupacion consoladora, sin la que no podrian subsistir. "En compañía del trabajo, dice un sabio viajero, pero solos con su conciencia, permanecen entregados á las reflexiones que ésta les sugiere: la lectura de la Biblia, y las pláticas del ministro, suavizan su posicion, el ejercicio los distrae, el rayo de esperanza que la filantropía de las leyes derrama en su celda solitaria, les sostiene en meditaciones pacíficas, les inclina á una reforma moral y á ser hombres honrados, practicando las máximas que se les inculcan, y ejerciendo la profesion que se les en

seña."

Veamos ahora la distribucion interior del edifi

cio. La prision está construida en forma de estrella, para que el jefe del establecimiento pueda insEstando, pues, legalmente autorizados los gobier- peccionar desde la rotunda central las siete galerias nos de todos los departamentos para proceder á la que la forman. Cada una de las cuatro mas largas reforma de sus cárceles, levantando antes los planos tiene dos pisos de calabozos, en número de 136, y para la nueva construccion de los edificios, y propo- 100 en las tres mas cortas, de modo que la prision niendo arbitrios para el gasto, parece conforme bus-puede contener 844 presos. Ocupa una área de diez car primero modelos á que arreglarse, é imponerse de los resultados que han tenido los ensayos del nuevo sistema de prisiones adoptado en algunos paises de Europa; pero como los mas de ellos lo han adquirido de los Estados-Unidos del Norte, es decir,

acres de tierra (1), cercados por un muro de 30 piés de elevacion, y se calcula su costo en 560,000 pesos.-El encarcelado pasa el tiempo dentro de su celda, en hilar, tejer, hacer zapatos, &c., y todos la buena salud. Las habitaciones son bastante esmanifiestan un aire de resignacion y el aspecto de de una nacion tan vecina á la nuestra, no creo que debemos ir mas lejos á buscar el modelo, cuando lo paciosas, están abovedadas, tienen su piso de matenemos casi á nuestras puertas.. En efecto, de to dera: en el invierno se calientan por medio de un das partes se dirigen viajeros á visitar aquellos ad- tubo de hierro, y reciben la luz por una claraboya mirables establecimientos, en que el ingenio humano que el preso abre y cierra á su arbitrio. Cada viha sabido conciliar la reforma moral del delincuen-vienda contiene una cama alta, un banco, una mete, con sus comodidades personales y la economía en su mantenimiento. Todos han ido á esplorar la distribucion interior del local, el estado de sus talleres, la calidad de sus manufacturas, el monto de los gastos, las utilidades líquidas, y sobre todo, los resultados que ha producido el sistema penitenciario en el mejoramiento de los criminales. Provistos de noticias preciosas sobre tan importantes cuestiones, han vuelto á sus respectivos paises encomiando y recomendando la institucion americana; y en consecuencia, la Alemania, la Francia y aun la España, han comenzado ya á ocuparse de objeto tan primordial, y han hecho levantar hermosos planos para la construccion de los edificios. Para entender el que se ha proyectado para Madrid, se hace preciso presentar primero dos modelos de prisiones, escogidos entre los muchos que ofrecen los Estados de la Union.

sa, un vaso fijo, que derrama en un caño de agua corriente, y un patiecillo donde á ciertas horas puede salir el preso á gozar del aire libre y del sol, y a hacer un poco de ejercicio. Los criados no entran jamas á las celdas, sino que presentan la comida por un postigo, tomándola el preso de un carrito que rueda á lo largo de la galería. El alimento de estos solitarios, consiste en café y una libra de pan, formado de dos tercios de centeno y uno de maiz, para almorzar: á medio dia sopa hecha de caldo de carne, 12 onzas de ésta, y papas de harina de maiz: para cenar, papas tambien, y una porcion de melaza; estas dos cosas se dan á discrecion. La comida se prepara, no en calderos de cobre, tan nocivos á la salud, sino en tinas de madera, por medio del

(1) El acre tiene una estension de 4,822 varas cuadradas.

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vapor desnudo que proporciona un aparato muy sen- | tar, se usa un régimen distinto al de la de Filaldecillo.

La esperiencia ha demostrado que el trabajo aislado de los presos no ofrece en esta prision las grandes utilidades que el que se hace en comun en talleres y por contratas en las penitenciarías de otros estados. Segun las noticias que tengo á la vista, el año de 833 el trabajo de los tejedores causó una pérdida de 1,336 pesos, aunque el de los zapateros dió la utilidad de 1,154. No deben parecer estraños estos resultados, porque los presos pasan en aprender casi todo el primer año, y porque el trabajo aislado de estos solitarios, absorbidos la mayor parte del tiempo en meditaciones melancólicas, no puede producir las ventajas que son consiguientes, trabajando reunidos en talleres, y bajo la vigilan cia de una persona interesada en la bondad y prontitud de la manufactura.

Los frutos del sistema de perpetuo silencio y total aislamiento que se observa en esta penitenciaría, se hacen consistir en que la soledad impide la corrupcion con el trato de otros presos, ó cuando menos asegura que no saldrán mas viciosos de lo que entraron; en que estrecha á la meditacion mejor que cualquier otro recurso, obrando como un remedio eficaz sin ser cruel; en que al volver el preso á la sociedad, no recele encontrar quien denuncie ni divulgue su pasada conducta; y por último, en que proporciona un castigo, que aunque duro, no exaspera el ánimo del preso, ni le irrita de nuevo, despues de que por su crímen se puso en guerra con la sociedad.

Los efectos morales producidos en los presos de la penitenciaría de Filadelfia, pueden calcularse por el resultado siguiente. De mas de ciento que salieron desde su establecimiento (1), á 1835, que es hasta donde alcanzan las noticias con que me hallo, solo tres reincidieron en sus delitos, y aun estos habian estado muy poco tiempo en la prision. Allí no se usa castigo alguno corporal para conservar la disciplina: á los pertinaces se les refrena poniéndopan y agua, y casi no se necesita de otra correccion.

los

fia, pues aunque se observan tambien las reglas del silencio y del trabajo, éste lo practican reunidos en grandes talleres, vigilados por los empleados, y dirigidos por los contratistas ó sus agentes.

Se halla esta prision en una montaña escarpada, y el edificio tiene un aspecto imponente y severo. Contiene mil celdas en cinco pisos, y en cada una hay una ventanilla esterior que le da luz y ventilacion. En una galería central están colocadas las estufas, cuyos tubos corren por todo aquel vasto edificio. Las puertas de las celdas se cierran al golpe, y una barra de hierro, que corre sobre los marcos, permite el cerrar veinticinco á la vez, con solo dar movimiento á la palanca del estremo.

Los presos se hallan distribuidos en las canteras, en los talleres de aserrar mármol, en los de carpintería, cerrajería &c. A un toque de campana se forman en secciones dentro del gran patio, y se dirigen en hileras y estrechamente unidos pecho con espal da hácia la cocina, donde toman su racion. En el mismo órden de secciones suben las escaleras y entran en sus moradas respectivas. A un silbido del guarda llaman á sí la puerta del calabozo, dejando fuera una mano por entre las barras de la verja: el guarda da entonces un golpe á la palanca, la cual haciendo girar la barra de hierro, cierra toda una línea de puertas.

Tanto al formarse los presos en el patio, como al entrar en la prision, el guarda recuenta los de su cargo, y despues de haber entrado en sus calabozos los recorre tercera vez para cerciorarse de que ninguno falta, y el número revistado lo dice al empleado principal. Hecho esto se cierran las puertas esteriores de la prision, donde quedan comiendo cerca de mil hombres, sin que se oiga voz ni ruido de alguna clase.

A pesar de todas estas ventajas, los demas Estados de la Union americana, no han imitado del todo el método de Pensilvania, porque tiene los inconvenientes que paso á esplicar: primero, el enorme costo de las prisiones, por la capacidad que requieren las celdas y sus patios: segundo, que general-ó mente no pueden sostenerse con solo sus productos: tercero, que es difícil conseguir la completa incomunicacion de un preso con su vecino: cuarto, la dificultad de poder introducir un buen sistema moral y religioso; y quinto, que los efectos del régimen solitario, durante meses y años, de dia y de noche, pueden llegar á ser nocivos, así al cuerpo como al espíritu.

Así, que, en la penitenciaría de Sing-Sing (2), que es el otro modelo que me he propuesto presen

(1) Se comenzó en 1822, y se concluyó en 1829. (2) Perteneciente al estado de Nueva-York, y situada á la márgen izquierda del rio Hudson, á treinta y tres millas de la capital.

Causa á la verdad una profunda impresion el aspecto de aquel estenso y silencioso edificio celular, ileno de criminales sometidos à las reglas exactas de un silencio que solo puede concebirse presenciándolo, y no se sabe qué sea mas digno de admiracion, si el efecto de este silencio absoluto, ó el conjunto de condiciones que supone su precisa observancia de parte de los empleados. Cerca de mil hombres, todos robustos y vigorosos, son dirigidos por media docena de guardas, á pesar de que una sola accion un solo movimiento de aquella masa, bastaria para aniquilar tan débil custodia; pero esta idea que ocurre naturalmente á los que visitan las penitenciarías de los Estados Unidos, y cuya ejecucion parece tan fácil, es no obstante imposible, y la prueba es que nunca se ha intentado. Es verdad que se ha verificado una ú otra fuga y algunas resistencias individuales al trabajo y a otras reglas de la discipli na; pero jamas una sublevacion ni siquiera un conato. ¿Cuál es, pues, el agente maravilloso y secreto que refrena á un número tan considerable de criminales, provistos de armas terribles en los utensilios que manejan? ¿Qué causa oculta los retiene para no intentar con la muerte de sus guardas una facil huida, que seria favorecida por lo aislado y desierto del paraje que habitan? Este agente secreto, es

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total de una de estas, incluso el pan que se hace con
las harinas mencionadas, es de 6 libras

onzas.

El capellan desempeña la escuela de domingo, á la que asisten mas de 100 presos, que durante los últimos años han hecho admirables progresos. En cuanto á la instruccion religiosa les hace aprender de memoria cada dia un versículo de la Biblia, y el domingo toma por tema de su predicacion el asunLos deberes de los presos están reducidos á la to de los versículos aprendidos durante la semana. observancia inviolable de estos tres preceptos: aplicacion al trabajo, obediencia á las órdenes, silencio perpetuo.

La entrada de fondos á esta penitenciaría, ascendió en 1834 á 76.991 pesos, y los gastos á 55.594, quedándole por consiguiente un provecho de 21.397 pesos.

La esperanza de que esta prision cubriria con el trabajo de los presos todos los gastos de su sostenimiento, se halla en el dia mas que realizada; y si no ha ofrecido desde los principios un resultado semejante, debe atribuirse á que hasta el año de 1831 no empezaron los presos á emplearse en los talleres, porque la construccion material del edificio los ocupaba á todos.

ta causa oculta no es otra que la regla severa del | silencio, sin la cual es irrealizable el sistema penitenciario, y quimérica toda esperanza de evitar la corrupcion de los encarcelados. "El preso incomunicado, dice el sabio español D. Ramon de la Sagra, no puede contar mas que con su fuerza individual, pues ignora si en cada uno de sus compañeros hallará un apoyo ó un obstáculo, un brazo que le ayude ó una mano que le retenga. Esta duda y este temor son comunes á todos los presos, y reducen á la nulidad su fuerza física y su energía moral. Una y otra, por la prescripcion del silencio, forman allí parte de una máquina cuyo movimiento está en la voz del director de la prision, y á la cual obedece desde el amanecer hasta la noche, trabajando reunidos en los talleres. Pero llega la hora melancólica del recogimiento cuando esta unidad se deshace, y cada preso aislado en su celda recupera la existencia individual; y aun allí tiene un compañero inflexible, perenne, que le impide concebir un plan temerario y la idea de ejecutarle. Este compañero es la conciencia, fuerte y dominante en la soledad y el silencio, que si durante las horas del trabajo permitió algun ocio á la imaginacion del preso, en la noche la ocupa esclusivamente recordándole sus crímenes, su infortunio, las desgracias que causó á su familia, el llanto de la mujer, el hambre de los hijos.... Para reconciliarse algun tanto con este juez severo y hacer llevadera su inexorable presencia, no son ciertamente á propósito las ideas de nuevos crímenes; y en el mismo convencimiento de su impotencia y de las desgracias acarreadas sobre su vida y la de séres inocentes y queridos, el alma acude y se refugia en los sentimientos tiernos, percibe la necesidad de una reforma moral, y se entrega á la dulce esperanza de ser algun dia hombre honra-he do, centro de una familia feliz que sostendrá y educará ejerciendo la profesion que en su cautiverio ha aprendido, y las máximas de sana moral que le han enseñado. Desde este momento en que un rayo de esperanza penetra en su celda solitaria, la imaginacion del preso la acoge y acaricia; su conciencia de juez y verdugo melancólico se trasforma en compañero de consuelo, y la prision deja de ser mirada por él con horror, y los guardas con despecho: considera la una como escuela reformadora, y el tiempo de su condena como el tránsito de la vida borrascosa á la existencia tranquila, y á los otros como los agentes de su reforma moral. En medio de estas cavilaciones le coge el sueño, consolador del infor tunio; á él se entrega con el espíritu mas sosegado, y al oir la campanada que al amanecer le llama al trabajo, se levanta resignado y se dirige á los talleres, como si no existiesen guardas para su custodia." La racion de cada preso se compone de 16 onzas de buena carne, sin huesos, ó 12 onzas de carne de puerco: 8 onzas de harina de centeno y 12 de maiz con medio cuartillo de melaza. Para cada 100 raciones se suministran cuatro medidas de centeno para café, 2 botellas de vinagre, 2 onzas de pimienta 3 buskeles (fanegas) de patatas durante diez meses al año, y desde 15 de junio á 15 de agosto, 40 libras de arroz para dichas cien raciones. El peso

Por no difundirme demasiado, no me encargo de esponer minuciosamente el estado que guardan las demas penitenciarías de los Estados-Unidos, bastando á mi objeto la relacion que llevo hecha de las que juzgo mas principales. Sin embargo, no estará tos tres invariables principios: silencio inviolable, trapor demas añadir que todas están fundadas bajo esMás ingenioso me parece todavía el plano ideabajo en comun, y aislamiento durante la noche. do para Madrid por D. Anibal Alvarez, y que ya citado antes. En él están reunidas las ventajas del sistema radial de Filadelfia con las del concéntrico de Inglaterra, y trazado el edificio con absoluta abstraccion de las reglas del ornato, que no sirvieran en este caso siuo para hacer sacrificar á una frívola consideracion de belleza las austeras y que es la esencia del sistema penitenciario. filosóficas exigencias del gran pensamiento moral,

Siendo condiciones esenciales del aislamiento fiverse entre sí, que no salgan un momento desde que ladélfico, que los presos no puedan comunicarse ni entran en la celda hasta que vuelven á la sociedad: y por último, que sean constantemente vigilados por pocas personas, pareció embarazoso combinar estos principios con la instruccion moral y religiosa, con el cumplimiento de los preceptos de la iglesia y con otras muchas funciones que deben ejecutarse en comun, pues no era posible nî decir una misa, ni predicar un sermon, ni hacer las convenientes prevenciones á cada preso de por sí. Para lograr esto, se hicieron en Madrid diversos ensayos. En unos salian los presos en silencio por secciones clasificadas de cierto modo, y se colocaban en departamentos que tenian todos vista á un punto; pero ya se deja conocer cuán dificil ó quizá imposible seria evitar la comunicacion á pesar de la mas severa vigilancia. En otros se construyeron edificios circulares, viniendo todas las puertas á un punto céntrico; pe

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ro este método, á mas de que demandaba un gran- | sin retribucion alguna moral ni pecuniaria, debia de espacio de terreno, lo cual hacia quedar el centro muy lejano, costoso el edificio y dificil la vigilancia, no evitaba tampoco la comunicacion de los presos, que se veian unos á otros.

Estos inconvenientes no podian vencerse sino con la resolucion del siguiente problema: Hallar una construccion tal, que en ella tuviesen todos los presos despejada una visual, dirigida á un punto dado y cortada de tal manera, que de él no pudiera pasar, ó mas claro: conseguir que todos los presos pudieran ver un objeto colocado en un centro, sin que pudie ran verse entre sí.

Si alguna de las personas á quienes por derecho compete la facultad de promover la reforma de esta prision, tuviera la desgracia de habitarla siquiera por 24 horas; pero con la indispensable obligacion de permanecer todo este tiempo en cualquiera de los inmundos calabozos que muchas veces se destinan, no al delito, sino á la indigencia; si fuera testigo de los insoportables tormentos que allí sufre la triste humanidad, tanto mas crueles cuanto son mas lentos y parciales; si presenciara los asaltos nocturnos, los despojos violentos, las riñas que producen el juego y la embriaguez, y sobre todo, la ociosidad de mil y quinientos séres miserables que viven en aquel estrecho recinto amontonados, desnudos y hambrientos: si viera todo esto, repito, saldria tan horrorizado como dispuesto á procurar por todos los medios posibles la reforma de una prision que hace padecer mil suplicios tanto al culpado como al inocente, y que sin corregir la moral del primero ni ser menos dura para el segundo, solo se presenta como una escuela de depravacion para el hombre, como un gravámen ruinoso para el estado, y como una reunion temible para la sociedad.

Pero no es necesario habitar aquella cárcel horrible y tumultuosa para quedar convencido de la urgente necesidad que hay de reformarla: bastaria solo dar una rápida ojeada á sus oscuras mazmorras, á la masa moviente que las puebla, y al gasto anual que demanda su fatal existencia para persua dirse de ello. Sin embargo de este conocimiento, permanece hoy en peor estado de inmoralidad y de opresion que el que tuvo en su vicioso orígen; y no porque el legislador haya descuidado dar bases para su arreglo, sino porque las autoridades locales han querido cerrar los ojos para no ver los modelos que les presenta la filantropía del siglo, y los oidos para no escuchar el clamor de millar y medio de desgraciados, que por criminales que parezcan, pertenecen, como todos, á la especie humana. ¿Qué es, pues, lo que las detiene para no proceder á la reforma? La ley de 27 de enero de 1840 las autoriza á establecer una prision absolutamente nueva, puesto que prescribe se formen los diseños y presupuestos correspondientes á la construccion de los edificios, y se pasen al congreso para su exámen y aprobacion,

Por otra parte, la enorme cantidad que anual mente se invierte en la manutencion de los presos,

llamar fuertemente la atencion del gobierno políti co del departamento y de la municipalidad de Méxi co, aun cuando la reforma requerida solo fuera considerada por el aspecto puramente económico. En efecto, mientras que algunas de las penitenciarías del Norte han cubierto con sus productos, no solo el valor de los edificios, sino los gastos anuales de los establecimientos, dejando ademas considerables utilidades, México, siguiendo en esta parte el envejecido sistema español, y siempre vacilante en adoptar innovaciones, aunque le sean patentes sus ventajas, consume cada año en la Acordada:

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anualmente los comestibles, entre los 1,400 presos cesarios para tan noble empresa, y solo requiere que por término medio reciben raciones de caridad, proceder con actividad y energía. Desde luego dese hallará que cada uno hace el gasto anual de 21 beria comenzar por elegir un sitio bastante amplio, pesos 4 reales. ¿Y qué ocupacion industrial por para la construccion del gran edificio celular, capaz miserable que fuera, no seria capaz de producir la de contener dos mil celdas, á saber; mil seiscientas utilidad de un duplo por cada preso? ¿Qué zapate- para hombres y cuatrocientas para mujeres, con sus ro, qué saste, qué tejedor no gana al año cuatro ó respectivos talleres, enfermerías, cocinas, y un vascinco tantos mas del que hoy consume cada preso to muro esterior. Para el intento me parecen muy en la Acordada de México? ¡Infelices de estos ar-á propósito los egidos nombrados de la Verónica y tesanos si no fuera así! Pero yo no quiero suponer de la Horca, que lindan al Oriente con el Paseoahora sino un duplo; ¿no es esto lo bastante para Nuevo, al Poniente con el rancho de Casas-Blanapresurarse á la reforma prevenida por la ley? Na-cas, al Norte con parte del potrero de Atlampa y die puede desconocer que trabajando los presos en calzada para el guarda del Calvario, y al Sur, con talleres comunes, bien dirigidos, y bajo la vigilan- otra parte del mismo potrero, rancho de los Cuarcia de los inspectores, y de los dependientes de los tos y hacienda de la Teja. Este paraje goza de tocontratistas de las obras, no solo proveerian por sí das las ventajas apetecibles, no solo por su lejana mismos á su cómoda subsistencia, sino que cobra posicion de los cementerios generales, sino por su rian amor al trabajo, y dejarian al establecimiento saludable temperamento y por estar rodeado de una considerables utilidades. Aislados en sus celdas hermosa vegetacion. Se halla, ademas, inmediato por la noche como una medida de seguridad, y pa- á los acueductos que llevan á la ciudad dos clases ra preservarlos de la corrupcion y de los vicios, tan de agua, y el edificio podia disfrutar indistintamencomunes cuando viven unidos bajo un mismo techo, te de una y otra, á mucho menor costo que en cualy establecida una disciplina severa, que se haria quiera otra parte. El riachuelo inmediato que atraconsistir esencialmente en el silencio, al volver es- viesa cerca del pequeño cementerio de los Protestos presos á la sociedad, hallarian como por encantantes, podia servir, abriéndole cauce, de albañal to, corregida su moral, y se encontrarian convertidos en artesanos útiles, en buenos padres de familia. De otro modo ¿de qué serviria propagar la educacion primaria é inculcar al niño en la escuela las mejores máximas, si cuando regresa diariamente á En cuanto á operarios para la obra ¿qué no pola casa paterna, halla en los que le dieron el sér, dria hacerse con 1257 hombres sentenciados y por un ejemplo constante de los crimenes mas vergon- sentenciar (1) que viven hoy en la cárcel á espenzosos? ¿Qué importaria establecer cátedras de sa- sas de la caridad? Con ellos podria indudablemenna moral, si han de conservarse en las cárceleste fabricarse una ciudad en muy poco tiempo, y sin otras tantas academias de corrupcion, de ociosidad su auxilio la mano de obra seria costosisima. Para y de crímen? ¿A qué conduciria el asistir con esme- convencerse de la importancia del ahorro que proro á la infancia, si luego se le ha de dejar espuesta porciona ese gran número de brazos, basta hacer á los vicios, sin egida alguna contra la seduccion, y este sencillo cálculo: suponiendo que hubieran de sin medios para proveer á las necesidades de la ve- ocuparse 257 maestros, entre cucharas y medios cujez? ¿De qué serviria formar escelentes códigos cri- charas y 1,000 peones, ascenderia el gasto diario minales para castigar los delitos, si por otra parte de estos albañiles, á las cantidades siguientes: se ofrecen incentivos para el vicio, y estímulos para la relajacion? Así el jóven aislado y seducido, solo conoce la fuerza de las instituciones que hay para castigarlo, mas no para dirigirle, y la sociedad, como una madrastra cruel, permanece muda é indiferente cuando le ve acercarse al precipicio; y solo emplea su voz atronadora para confundirlo, y aterrarlo cuando ha caido en el abismo.

á la prision, y de seguridad las tropas que de continuo se acuartelan en la cercana Ciudadela. Ningun otro punto en los alrededores de México, es mas acomodado para fundar su gran penitenciaría.

100 cucharas á 6 rs...
157 medios cucharas á 4 rs.
1000 peones á 3 rs...

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[1] Digo sentenciados y por sentenciar, porque la ley de 27 de Enero de 1840, dice espresamente: "las cárAdoptemos, pues, por amor á la humanidad, ya celes se dispondrán de manera que haya los departaque no por propia conveniencia, las reformas que mentos necesarios para incomunicados, detenidos y en esta parte nos ofrece la América del Norte: sus sentenciados; y en general para que todos se ocupen felices resultados no pueden ser ni mas claros, ni mas en algun arte ú oficio que á la vez les produzca lo neperceptibles, é imitemos en lo que convenga, aun cesario para subsistir, &c. Esta palabra todos, demuessus propios reglamentos, no abandonemos del todo tra que no debe respetarse para el trabajo á los simá esos séres desgraciados que viven sumergidos en ples detenidos, especialmente cuando la detencion de la miseria y en el crímen, pues los mas son esposos cias al sistema perezoso y tardío de nuestra legislaun preso suele durar entre nosotros años enteros, gray padres de familia, y conozcamos al fin la impor-cion criminal. Por otra parte, la misma ley quiere que tancia de someterlos á un régimen penitenciario, que tanto se recomienda por sus resultados morales y económicos.

La reforma es posible: la municipalidad de México tiene á su disposicion todos los elementos neAPENDICE. TOмO I.

los presos subsistan á espensas de su trabajo, y no puede, á la verdad, haber cosa mas justa y racional, que secundar por medio de una ley humana el precepto divino, que condenó al hombre á vivir á espensas del sudor de su rostro.

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