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3 emprendieron de nuevo la marcha, viniendo á pernoctar en la Estancia.

| nuida en mas de la mitad; sin embargo, recibió algunas partidas de refuerzo con alguna artillería, el Lic. Aldama se le reunió en Aculco con gente de San Miguel, y todo reunido daba un total de mas de cuarenta mil hombres, con doce cañones, Siendo inevitable la batalla, se escogió para darla la loma casi rectangular, que desde el pueblo se estiende hasta el cerro de Aculco, alto, aislado y cercano á los montes espesos de la Sierra. La loma domina el pueblo y la campiña; tiene á la espalda el camino para Santa María Amealco, dicho de la sierra, y al pié del cerro otro camino que se dirige á la misma poblacion de, Amealco: al Oriente y al Norte, cortando la vía de Arroyozarco, defiende la altura un arroyo y una barranca bastante difíciles; la meseta por el lado menor, de unas cuatrocientas varas, termina en la montaña, y por el mayor de mil quinientas varas, principio de la sierra, es una falda suave en el comienzo, empezando á ser escabrosa á una media legua. Los insurgentes, apoyan

El 4 llegó Calleja á San Juan del Rio, é hizo publicar á nombre del virey un bando con cuatro artículos: 1. Se perdona á los habitantes que han tomado parte en la revuelta, "con tal de que entreguen ó delaten inmediatamente á aquellos que se hayan declarado principales cabecillas y hayan cooperado á fomentar y propagar la insurreccion: "2.° En el término de seis horas traerán todos á la casa de mi alojamiento, cuantas armas de fuego y blancas, inclusos machetes y cuchillos, existieren en su poder, así como la pólvora y demas municiones de guerra que tuvieren, en el concepto de que al que las ocultare, ó no delatare á los que las mantuvieren en su poder, serán tratados y castigados como cómplices en la insurreccion. El subdelegado del partido cuidará de recoger las armas y muuiciones que hubiere en los demas pueblos y rauchos de la jurisdiccion, con responsabilidad de las resul tas: "3. El subdelegado, los justicias y los gober-do su derecha en el pueblo y su izquierda en el cernadores, no permitiran á nadie salga de su pueblo sin permiso; prohibirán toda junta que pase de tres personas; cuidarán de la tranquilidad, y vigilarán bajo su responsabilidad, de los pasquines y de las conversaciones sediciosas: "4. Los habitantes de este pueblo y su jurisdiccion tendrán entendido que toda la piedad que han encontrado ahora en las tropas del rey, se convertirá en rigor si volviesen á delinquir, pues si justificase que toman las armas ó favorecen de algun modo a los insurgentes siguiendo su partido, y no hicieren lo que esté de su parte para la defensa del pueblo y de los derechos de su legítimo soberano, serán tratados sin conmiseracion alguna, pasados á cuchillo, y el pueblo reducido á cenizas (1)." Prosiguió Calleja el 5 á San Antonio, y el 6 por la mañana sus avanzadas dieron en la hacienda de Arroyozarco con una partida de insurgentes, con los cuales hubo un pequeño tiroteo. Por los prisioneros, y por las noticias da das por Emparan, que con mil doscientos caballos y dos piezas ligeras se adelantó por aquel rumbo, se supo de positivo que el ejército de Hidalgo estaba en el pueblo cercano de San Gerónimo Aculco. Reconocida la posicion por los espías y por el general español en persona, los realistas vinieron á acampar á dos leguas de sus enemigos.

ro, se formaron en dos líneas, siguiendo el frente para el camino que traían sus contrarios, y entre ellas colocaron una figura oblonga de gente, defendiendo los bordes de la loma con la artillería: á la retaguardia quedaba una reserva, compuesta la mayor parte de caballería, y de la altura á la poblacion iba, ademas, otra línea de batalla.

Al nacer la aurora del dia 7 de noviembre, los realistas se pusieron en marcha de su campamento, formados en cinco columnas. La de la derecha estaba compuesta del regimiento de dragones de México, dos escuadrones del de San Luis, un piquete del de Querétaro, cuatro escuadrones de lanceros con dos cañones de artillería de á caballo, á las órdenes de D. Miguel Emparan; la de la izquierda la formaban tres escuadrones de provinciales de Puebla y el cuerpo de caballería de frontera de la Colonia, al mando del coronel D. Manuel Espinosa; y las tres del centro los dos batallones de alta fuerza de la columna de granaderos provinciales y el regimiento de la Corona, con dos cañones cada una, mandadas por sus jefes, coronel D. José María Jalon, teniente corouel D. Joaquin del Castillo y Bustamante, y coronel D. Nicolas Iberri: quedaba á retaguardia el regimiento de dragones de San Cárlos, con el sargento mayor de Puebla, D. Miguel del Campo; formaban la primera línea de reserva un escuadron de dragones de España, dos de los de San Luis y uno de Puebla, con el teniente coronel D. José María Tovar; y la segunda seiscientos lanceros, mandados por D. Pedro Meneso: las tropas ligeras, que eran ciento veinte hombres de los patriotas de Potosí, cuarenta y ocho granaderos, igual número de infantes de la Corona y una compañía de escopeteros á caballo del cuerpo de frontera, iban derramados en tiradores al frente, sosteniendo la caballería de la derecha: los rancal-chos y bagajes se quedaron en el lugar donde se habia pernoctado. En esta formacion anduvo el ejército basta ponerse á tiro de la artillería insur gente; entonces, la caballería de la izquierda y los voluntarios europeos que ocupaban unas lomas ten

De Ixtlahuaca Hidalgo tomó el camino para Querétaro, pensando en apoderarse de la plaza abandonada por Flon; sabia que este jefe se habia reunido con Calleja, y que todo el ejército marcha ba á la capital, mas ignoraba el rumbo que traía y las operaciones que habia ejecutado, de manera que cuando los dispersos de Arroyozarco le comu nicaron la presencia de los realistas, quedó tan sorprendido como el general español: se encontraron ambos ejércitos sin buscarse; vinieron á las manos porque la ocasion se presentó. Un gran número de indios se quedaron desbandados en el camino, calándose que la fuerza de Hidalgo estaba dismi

(1) Gaceta, núm. 134, del 13 de noviembre de 1810,

pág. 945.

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á los fugitivos hasta donde lo permitió el terreno, siendo el primero el conde de San Mateo Valparaiso con sus lanceros del Jaral.

didas frente al pueblo, recibieron la órden de simular un ataque contra Aculco, para llamar la ⚫ atencion; las columnas formaron en batalla, para disminuir así los efectos del fuego enemigo, la línea Los realistas recobraron los dos cañones y el carse estendió hácia la derecha, y los dragones de aquel ro de municiones perdidos por Trujillo en las Cruflanco tomaron la eminencia conocida con el nom ces, y se apoderaron ademas de ocho piezas de á bre de la Presa de Arroyozarco, amenazando en cuatro, una de á ocho sin cureña que se quedó en volver la izquierda contraria y cortar la retirada. el campo embalada y desmuñonada, otra de irregu Los independientes rompieron el fuego con sus calar calibre, otra pequeña de dos ruedas, ciento veinñones; pero muy mal servidos, las punterías dema-te cajones de pólvora, cuarenta cartuchos de bala siado altas no causaban estrago y no contuvieron y metralla, tres cajones de municiones, cincuenta ni un momento el avance de los realistas. Estos lo- balas de fierro tomadas en el monte de las Cruces graron ponerse bajo los fuegos, y formando de nuevo de las seis mil remitidas de Manila el año de 1809, la infantería en tres columnas de ataque, atravesa- diez racimos de metralla, dos banderas del regi ron la barranca y el arroyo, treparon á la loma sos-miento de Celaya, una del de Valladolid y cuatro tenidos por su artillería, y vinieron á formarse en la cima. Todas estas maniobras, ejecutadas al son de los instrumentos bélicos, con la gravedad y ór den de una parada, asombraron á los paisanos indisciplinados de Hidalgo, que gozaban de aquel espectáculo por la primera vez, recordaron allí el daño recibido en las Cruces, y se desbandaron sin combatir, abandonando cuanto tenian, y con tanta prisa, que al desplegar en batalla el primer batallon de granaderos, primero que llegó á la cumbre de la loma defendida, no encontró enemigo alguno con quien pelear. No habia habido combate; poseidos de pánico terror, los independientes se dieron á huir sin afrontar el peligro (1). La caballería persiguió

(1) Detal de la batalla, dado por Calleja, é inserto en el núm. 137 de la Gaceta. En la pág. 969, dice: "La pérdida de los enemigos escede ciertamente de diez mil hombres, entre muertos, heridos y prisioneros: segun las noticias mas exactas que se me han comunicado posteriores á la accion, pasa de cinco mil el número de los tendidos en el campo; y si á éste se agrega el de los heridos y estraviados que habrán perecido en las barrancas, y el de cerca de seiscientos prisioneros que se hicieron en la accion, y cuyo pormenor manifiesta la relacion núm. 2, asciende su pérdida á un número exorbitante, que habria sido mayor si las dos columnas de caballería que destiné á cortarles la retirada hubieran tenido facilidad de pasar, &c.

El mismo Calleja, en la introduccion al bando que publicó en San Juan del Rio el 9 de noviembre, es decir, dos dias despues del encuentro, asienta :-"El ejército de los rebeldes, capitaneados por los traidores Hidalgo, Allende, Aldama, Abasolo y otros, ha sido derrotado enteramente el dia 7 por las armas del rey que están á mis órdenes, en las inmediaciones del pueblo de Aculco: toda su artillería, bagajes y municiones ha caido en mi poder; su pérdida escede de tres mil hombres entre muertos y heridos, y sus restos vagan fugitivos por los montes." (Gaceta núm. 134, página 947.)

Puesta primera en tres mil la pérdida de los insurgentes, y en seguida en diez mil, segun el parte del justicia de Aculco, fechado el 15 de noviembre de 1810. (Bustamante, tomo I, pág. 93.) "El número de muertos que hubo en la batalla de este campo de Aculco, inclusive los de Arroyozarco, son ochenta y cinco, y nada mas: los heridos fueron cincuenta y tres, de estos han muerto diez: entre ellos no parece el comandante de artillería, que por V. S. se me encarga, y solo uno de los heridos dice que dicho comandante artillero se pasó al regimiento de V. S."

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peculiares de los insurgentes, diez cajas de guerra, un carro de víveres, mil doscientas cincuenta reses, mil seiscientos carneros, doscientos caballos y mu las, diez y seis coches, trece mil quinientos cincuenta pesos, un cajon de cigarros, varias piezas de plata, porcion de fusiles, seis cajones de zapatos, equipa. jes, ropa, papeles, seiscientos prisioneros, entre ellos, veintiseis soldados de varios cuerpos, el Dr. D. José María Gastañeta y Escalada, Br. D. José Mariano Abad y Cuadra, Fr. José María Esquerro (agustino), Fr. Manuel Orozco (franciscano), D. José Fulgencio Rosales, teniente de Celaya, y coronel de insurgentes, D. José Antonio Valenzuela, D. José Mariano Galvan, y ocho muchachas de buen parecer, que Calleja llama el serrallo de los insurgentes (1). Quedaron libres los coroneles conde de Casa Rul y García Conde, y el intendente de

Las pomposas exageraciones del gobierno quedaron, pues, reducidas á bien poca cosa. "Estas exageraciones (dice Alaman, tomo I, pág. 496) fueron tales en el progreso de la guerra, que habiendo un curioso resumido en un estado el número de muertos que referian los partes de los jefes realistas, resultaba una cantidad tal, que á ser cierta, la poblacion hubiera disminuido de una manera notable. El redactor de este resúmen se dice que fué reprendido y aun castigado por haberlo formado." Añade el mismo Sr. Alaman en nota: "No es esto inverosímil, pues el conde de Valenciana fué reprendido, segun él mismo me dijo, por; que no creia las Gacetas.

En cuanto á la pérdida de los realistas, Calleja, que estaba para equivocarse, asienta en el parte inserto en el núm. 132 de la Gaceta, que consistió en un muerto y dos heridos, rebajando en el detal á un muerto y un herido. Tal vez sean verdaderos estos números y no haya ocultacion, supuestas las malas punterías de los insurgentes y que no hicieron cara; mas tambien en rebajar las pérdidas habia furibundas exageraciones. Mientras se contaba alegrémente, en cualesquiera escaramuza, que el campo habia quedado cubierto de insurgentes, las tropas reales no habian tenido mas de un herido, algun contuso de una pedrada. Esto hacia reir mucho á un anciano prebendado de Puebla, á quien conocí, y quien, cuando esta ba para burlas, contaba con la mayor seriedad haber leido en la Gaceta que, llevado de un cañonazo medio caballo con la mitad de su ginete, las otras dos mitades siguieron combatiendo briosamente hasta poner en fuga á los contrarios: en esa batalla hubo de pérdida, segun el parte, medio hombre y medio caballo.

[1] Bustamante, t. 1, pág. 92.

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Valladolid Merino, que Hidalgo conducia presos en su ejército.

ACXOTECATL (CRISTOBAL): hijo mayor del cacique de Atlibuetza, y protomártir de la nueva cristiandad de nuestra América. Recien hecha

Calleja permaneció en el campo aquel dia recogiendo los despojos, y haciendo fusilar con dictá-la conquista y comenzando á predicarse el Evange men de asesor, el quinto de los soldados prisioneros, destinando el resto á diez años de presidio. Al dia siguiente salió en persecucion de los insurgentes, dejando su marcha á México que ya no era necesaria, y el 9 publicó en San Juan del Rio un bando ofreciendo "indulto y perdon general á favor de todos los que hallándose en el ejército de los insur-á gentes lo abandonen y se retiren á sus casas; en el concepto de que no serán molestados en sus personas, haciendas é intereses por esta causa, esceptuando de esta gracia los cabecillas:"-"el que presentare alguna de las cabezas de los principales reos Hidalgo, Allende, los dos hermanos Aldamas y Abasolo, ademas de la seguridad de su persona, será gratificado inmediatamente con la cantidad de diez mil pesos." Esta providencia, dada despues de la victoria de Aculco sin duda para alcanzar del desaliento mejores resultados de los obtenidos has ta allí, junta con la promulgada el dia 4 en la misma poblacion, se insertaron en la Gaceta número 134, con la aprobacion y confirmacion del virey, fecha 12 de noviembre, haciéndose tres declaraciones: primera, que el término del indulto sea de ocho dias perentorios, contados desde el dia de su publicacion, y los que no cumplieren con las condiciones prescritas, pasado el plazo quedarán sujetos á las penas que las leyes imponen á los perturbadores del órden público, aplicándoselas sin la menor indulgencia: segunda, las armas se entregarán "sin que valga el pretesto de que algunas de ellas sean instrumentos del uso de labradores, gañanes ú operarios, pues para que se les provean de los que necesiten despues de regresados á sus territorios y domicilios, me reservo providenciar con oportunidad lo conveniente:" tercera, "que si se verificare que alguno de los cabecillas esceptuados de la gracia, entregue á los demas ó alguno de ellos, quedará tambien indultado de la pena capital que deberia sufrir por su atroz delito." Semejantes medidas, fuertes en demasía y adoptadas con la esperanza de que surtirian pronto y eficaz efecto, quedaron en todo su vigor sin recibir rebaja del beneficio del indulto, por el breve término fijado por el virey para obtenerlo. De esta manera, los bandos, en lugar de infundir terror produjeron exasperacion, los que se creian criminales despues de ocho dias se juzgaron incapaces de perdon, y con la seguridad del castigo prefirieron la aventura de seguir por el camino comenzado; y si bien despues los plazos no fueron perentorios, y se recibia al indulto a cuantos lo pretendian, el resto miraba tal condescendencia como obra de debilidad, y se tenia en poco una gracia á que se podia llegar á la hora que se quisiera.

M. O. Y B.

ACUTLA (SAN ANTONIO): pueblo del distr. y fraccion de Huajuapan, depart. de Oajaca; situado en una loma, goza de temperamento frio, tiene 566 hab., dista 30 leguas de la capital y 13 de su cabec.

lio, se dió órden á los principales señores de los pueblos, que mandasen á sus hijos á los conventos de los religiosos para ser instruidos en la fe. Algunos de aquellos gentiles desobedecian esta disposicion, y ó no mandaban á sus hijos, sino algunos criados en su lugar fingiendo serlo, ó solo enviaban alguno escondiendo á los demas. De este número fué el padre de nuestro Cristóbal, que tenia su señorío en el pueblo referido, distante como legua y media de la ciudad de Tlaxcala, el que de cuatro hijos que tenia en diversas mujeres, mandó solo tres al convento de los franciscanos, ocultando al mayor que seria como de doce á trece años en su casa; pero llegando esto a noticias de los religiosos, consiguieron que se los entregase, é instruido bastan te en la fe lo bautizaron, poniéndole el nombre de Cristóbal. La gracia del sacramento obró tan eficazmente en el corazon de este niño, que de neúfito pasó a predicador, y comenzó desde luego á enseñar la doctrina á los criados y vasallos de su padre, y aun reprendia á este mismo por sus muchos vicios, especialmente la embriaguez y deshonestidad que le tenian dominado el corazon. El padre, que era uno de los indios mas guerreros y mas obstinados en los errores de la idolatría, despreciaba las exhortaciones de su hijo, y lejos de variar de vida, cada dia se obstinaba mas y mas en sus maldades. El celoso Cristóbal viendo lo poco que aprovechaban sus predicaciones, pasando á las obras, destrozaba cuantos ídolos le venian á las manos y derramaba el licor con que se embriagaba su padre, inutilizando cuanto podia los tinacales en que se fermentaba el pulque. Esto irritaba en sumo grado al viejo Acxotecatl, el que azuzado por una de sus principales mujeres llamada Xuehipapalotzin, madre de uno de otro de los niños, que deseaba que su hijo heredase el cacicazgo, se resolvió á quitarle la vida de la manera mas cruel y atroz. En efecto, habiendo hecho traer un dia á sus hijos del convento, con el pretesto de una fiesta, se encerró con Cristóbal en una pieza retirada, y despues de haberle magullado á golpes todos los miembros, hasta romperle los huesos de los brazos y piernas, lo arrojó á una hoguera, y viendo que aun no moria, ocurrió furioso á traer una espada para atravesarlo con ella. El niño, en medio de tantos padecimientos no hacia otra cosa que rezar las oraciones del catecismo, y con mas valor que el que permitian sus años exhortaba á su desnaturalizado padre á que mudase de vida y abrazara la religion de Jesucristo, á quien confesaba voz en cuello por Dios. Mientras el padre fué á traer la espada, un indio de la casa compadecido del niño, lo sacó del fuego, y envolviéndolo en ana manta lo ocultó, de suerte que no pudo su verdugo encontrarlo por mas diligencias que hizo. Cristóbal sobrevivió todavía aquella noche, y haciendo á la mañana siguiente que le llamasen á su padre, volvió de nuevo á exhortarle á que abandonase el paganismo, y confesando repetidamente la fe que

habia recibido en el bautismo, espiró tranquilamente dejando llenos de asombro por su valor cristiano á cuantos presenciaron aquella última despedida. Todo esto pasó el año de 1527. Acxotecatl fué castigado por aquel delito con la pena capital; y el martirio glorioso de su hijo se ha perpetuado en las historias de nuestro pais, y aun ha pasado sa memoria á algunas de las biografías estranjeras, en donde hemos hallado este nombre junto con el de otros niños mártires del cristianismo.-J. M. D. ADEQUES (SANTA CATARINA): pueblo del dist. de Teposcolula, part. de Nochixtlan, depart. de Oajaca; situado en una loma elevada; goza de temperamento frio y húmedo, tiene 300 hab., dista 21 leguas de la capital y 11 de su cabec.

ADEQUES (SAN MIGUEL): pueblo del dist. de Teposcolula, part, de Nochixtlan, depart. de Oajaca; situado en loma pedregosa; goza de temperamento frio y húmedo, tiene 204 hab., dista 18 leguas de la capital y 10 de su cabec.

ADIVINAS: el 9 de setiembre de 1649 prendió la inquisicion á tres ó cuatro mujeres, que vivian en el barrio de Santa Catarina Mártir de México, y á su confesor, presbítero Lic. D. José de Vertiz. Muy conocidas de las familias ricas de la ciudad, recibian cuantiosas limosnas de que se sustentaban con mucha decencia. Tenian fama de saber cuanto acaecia á todas la personas de la colonia; y cuando alguno queria hallar remedio á algun mal ó necesidad, recobrar lo perdido ó componer cualquiera otra cosa, ocurria á ellas, y mediante la limosna ó retribucion que pedian, daban á todo cumplida salida. Visitadas por lo mejor de la po blacion y la nobleza, gozaban de mil distinciones, y se daban sobrada importancia. El rumor de los prodigios que obraban las puso en las cárceles del Santo Oficio, el cual, como primera diligencia, les secuestró todos sus bienes.-Sociedad bien organizada para esplotar la credulidad del siglo, no la libró la presencia de un sacerdote, para caer en garras de un tribunal que la castigó precisamente por lo que no era culpable.

de diversos modos, y adornada con hermosos penachos, especialmente en los bailes y en la guerra.

Es difícil hallar una nacion que reuniese tanta sencillez en el traje, á tanta vanidad y lujo en los adornos del cuerpo. Ademas de las plumas y joyas de que cubrian la ropa, usaban pendientes en las orejas, en el labio inferior, y muchos en la nariz; collares, ajorcas, pulseras y argollas, á guisa de collares, en las piernas. Los pendientes de la gente pobre eran de conchas, de cristal, de ámbar, ó de alguna piedrecilla reluciente; los de los ricos, de perlas, esmeraldas, amatistas, y otras piedras preciosas engarzadas en oro.

ADRIANO (FR. JUAN): dos veces provincial de su órden de San Agustin de la provincia de México, de cuya casa fué prior tres veces, otras tres del convento de la Puebla, y otras tantas definidor: fué uno de los que mas trabajaron en el aumento de su provincia, y á él se debe la fundacion de los conventos de Jalisco, Tonalan, Ocotlan, Zacatecas, Oajaca y Atlisco: poseyó en grado eminente la lengua tarasca, y administró por muchos años los curatos que su órden tenia en la sierra: fué catedrático de escritura de la universidad de México, uno de los mayores predicadores de mas nombradía en su tiempo en esta capital, y de los mas estimados en toda la república: tan observante de las constituciones de su instituto, que aun mucho despues de muerto era citado en la órden como ejemplo y dechado á quien imitar en todas cuantas cosas se ofrecian: era como un proloquio decir en todas esas ocasiones: "No hay mas regla que: esto dijo, esto hizo, esto le sucedió á nuestro P. Adriano:" fué el primero que estendió en nuestro pais la devocion á Sta. Cecilia, haciendo celebrar su fiesta, como se hace en nuestros dias, por todos los músicos de la capital: murió con grande ejemplo de la provincia, el año de 1593.—J. M. D.

ADRIANO (FR. JUAN): natural de la antigua España, de la órden de S. Agustin, de cuyo colegio de Alcalá pasó á esta América: aprendió la lengua llamada Tarasca en la provincia de Michoacan, de donde fué llamado á México, para leer la cátedra de Sagrada Escritura en la Universidad, despues de haber doctrinado á aquellos indios y co

ADOBES (SAN ANTONIO DE): congregacion del dist. y part. de Lagos, depart. de Jalisco; situada al pié de las dos mesas nombradas de Parada, en un punto alto, seco y sano, á 44 leguas de distan-gido cia de la capital del departamento, y 8 al S. S. O. de la del distrito. Es cabecera de curato; tiene juzgado de paz, escuela municipal y 1,416 habitantes, cuyo giro principal es la labranza; habiendo producido en el año de 1840 su fondo de propios y arbitrios, la cantidad de 675 pesos. En su comprension existen varias presas que sirven para regar grandes sementeras, y para mover algunos molinos de trigo. La mayor y mas conocida es la del Vinculo, del condado que se titulaba de la Presa de Jalpa.

ADORNOS DE LOS MEXICANOS: todos los mexicanos dejaban crecer el cabello, y tenian á deshonra el cortarlo, escepto las doncellas que se consagraban al servicio del templo. Las mujeres llevaban la cabellera suelta, y los hombres atada

abundantes frutos espirituales. Fué tres veces prior del convento de Puebla, otras tantas del de México, y dos provincial: la primera en 1572 y la segunda en 1590. Obsequió en su convento de la capital con fraternidad generosa á los primeros jesuitas que vinieron á fundar. Instituyó un certámen poético en culto y elogio de Santa Cecilia, de quien era singularmente devoto. Murió en 1593 con sentimiento general por sus religiosas virtudes y por su doctrina y elocuencia. El P. Grijalva en su Crónica, y el Illmo. Eguiara en sus Borradores aseguran que dejó MSS. "Varios opúsculos teológicos, concionatorios y poéticos," cuyos títulos no espresan. Ni debe pasarse en silencio que el Maestro Adriano fué fundador de los conventos de su órden de S. Agustin en Jalisco, Tonalan, Ocotlan, Zacatecas, Oajaca y Atlixco.-BERISTAIN.

ADUANAS MARITIMAS DE LA REPUBLICA DE MEXICO (1): las aduanas marítimas son las oficinas que el gobierno tiene establecidas en los puertos, con el objeto de cobrar derechos de entrada ó importacion á todas las producciones frutos y artefactos estranjeros, que envia para su venta el comercio de las naciones que tienen celebrados tratados de amistad, comercio y navegacion, con México. La ley que fija y señala las cuotas quejeros debe pagar cada efecto, segun su calidad, ancho, peso ó medida, se llama Arancel (véase esta palabra.)

cantes que formaban una flota, cuyo sistema quedó definitivamente organizado por la real cédula de 16 de julio de 1561, y duró mas de doscientos años. Al puerto de Acapulco venia regularmente cada año un buque de alto bordo que llamaban la Nao de China, y conducia mercancías de Canton y de las Islas Filipinas, cuyo valor era de 500 á 700,000 pesos. En los puertos ya citados, los efectos estranpagaban un derecho llamado de almojarifazgo, otro llamado de avería de Veracruz y de México, otro de millones y otro de alcabala marítima. El primero de estos impuestos consistia en el 7 po del valor de los efectos, el segundo en el 13 p, pagadero en Veracruz, y el 24 que satisfacian en México, el tercero en 1 pg, y la alcabala en 3 pg. En fines del siglo pasado se estableció en San Blas un Departamento de Marina, y en la época del virey conde de Revilla-Gigedo, comenzaron á visitar los mares del Sur algunos barcos estran

Durante el tiempo de la dominacion española, los únicos puertos por donde se verificaba la importacion eran, Veracruz en el Golfo de México, y Acapulco en el mar del Sur. El comercio se hacia por la vía de España, y los traficantes y armadores de Sevilla y Cádiz ejercian el monopolio, conduciendo á la América cada cierto tiempo, efectos estranjeros y españoles, en diversos buques mer-jeros.

(1) Las siguientes son las principales obras publicadas sobre aduanas, las cuales se han tenido presen

tes al escribir este artículo.

Nueva Coleccion de decretos, impresa por Mariano Galvan Rivera.-México, 1853.

Origenes y estado actual de las Rentas Generales de la Federacion, por D. Guillermo Prieto, 1 tomo 4. mayor, impreso por Ignacio Cumplido, calle de los Rebeldes núm. 2.-1850.

Arancel de Aduanas marítimas y fronterizas, y coleccion de todas las disposiciones concernientes á las Aduanas de altura y cabotaje, 1 tomo 8., impreso en México, por José Mariano Lara.-1850.

Arancel general de Aduanas marítimas y fronterizas de la República mexicana, 1 tomo 8, impreso por Vicente García Torres, calle del Espíritu Santo núm. 2.-1845.

Ley de 24 de enero de 1853, llamada por el comercio: Arancel Ceballos.

Arancel general de Aduanas marítimas, publicado en Veracruz en 1 de marzo de 1853, de órden del coronel comandante de aquella plaza, D. Manuel Gamboa.-Veracruz, imprenta de R. Sayas.-1853.

Guía de Forasteros y Repertorio de conocimientos útiles, por el general Juan N. Almonte, 1 tomo 16. impreso por Ignacio Cumplido.-Mexico, 1852.

Legislacion ultramarina, por D. José María Zamora y Coronado.-Madrid, imprenta de Alegría y Charlain.-1844.

Comercio esterior de México, desde la Conquista hasta hoy, por D. Miguel Lerdo de Tejada, 1 tomo 4? mayor, impreso por Rafael Rafael, calle de Cadena núm. 13.-1853.

Reflexiones sobre la Hacienda, el crédito y los aranceles, por M. Payno, 1 tomo 8, impreso por Ignacio Cumplido.-1853.

Coleccion de Leyes y Decretos publicados desde 19 de enero de 1844.-Edicion del Constitucional.—Imprenta en Palacio.-1851.

Memorias de Hacienda, de 1823 en adelante, muy especialmente la publicada por el Sr. D. Luis de la Rosa, y formada por D. Manuel Payno y Bustamante, impresa en México, por Ignacio Cumplido.-1846.

Esposicion que el Ministro de Hacienda dirige á las Cámaras sobre el estado de la Hacienda pública en el presente año, 1 tomo 8-Tipografia de Vicente García Torres.-México, 1850.

Las córtes españolas, por su decreto de 9 de noviembre de 1820, declararon puertos de Depósito de primera clase, Acapulco, San Blas, Campeche y Veracruz, y de segunda, á Guaymas, Monterey y Tampico, y habilitados para el comercio de entrada y salida, á Tehuantepec (Goatzacoalcos), Mazatlan, San Diego de la Alta California, Tlacotalpan, Tamiagua y Soto la Marina.

Por el arancel de aduanas marítimas de 1822, se declararon habilitados únicamente para el comercio estranjero, á los puertos de San Blas, Acapulco, Veracruz, Alvarado y Tampico.

Desde 1822 hasta la fecha, se han cerrado algunos puertos y se han abierto otros nuevamente en virtud de leyes y decretos del gobierno ó de los congresos, volviéndose á repetir esta operacion, ya á causa de las guerras intestinas, ya por los intereses mas o menos justos y legales de las personas y poblaciones nuevas.

En la actualidad hay trece puertos habilitados por leyes vigentes para el comercio estranjero, y son los siguientes:

En el Golfo de México.

Matamoros (departamento de Tamaulipas.)
Tampico de Tamaulipas, id.

Veracruz (departamento de Veracruz.)
San Juan Bautista de Tabasco (departamento
de Tabasco.)

Campeche (departamento de Yucatan.)
Sisal,

id.

En el mar Pacífico ó del Sur.

Isla del Cármen.

Acapulco (departamento de Guerrero.)
id.
San Blas (
de Jalisco.)
Manzanillo (territorio de Colima.)
Mazatlan (departamento de Sinaloa.)

En el Golfo de Californias.

Guaimas (departamento de Sonora.)
La Paz (territorio de California), baja.

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