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A los pocos dias de haber llegado a Chile hace la siguiente descripcion de las ventajas obtenidas por los indíjenas: «Los << naturales (son) tan despiertos a la malicia que con la larga esperiencia han conocido los medios de su conservacion i defen«sa, creciendo en fuerzas i atrevimiento que exceden a la esti«< macion de jente bárbara que sin dependencia de gobierno ni república tienen conformidad jeneral i mucha pulicía i valor <«<en los casos de guerra. La que de dos años a esta parte han <«< continuado ha sido tan sangrienta i rigurosa que, sin respecto « de los copiosos socorros que el virei del Pirú ha inviado a este «< reino, le han puesto en evidente riesgo de su total perdicion i ruina, como lo está al presente con cuatro ciudades i fronteras « despobladas. I entre ellas la de Valdivia en el puerto de ma«<yor consideracion de la mar del Sur, i La Imperial que era la << silla i cabeza de este obispado, i Angol i Santa Cruz, las fron<< teras i principales estribos de toda la guerra. De manera que, « faltando el escudo i ofensa que hacian al enemigo, ha quedado <«< señoreado de mas de cien leguas de terreno donde no gozaba « veinte seguras respecto de las fronteras que le inquietaban por «< todas partes, estrechándole a las montañas i sitios abrigados de <«< la aspereza dellos. I con la pérdida de tan importantes estri«bos, fuera de la reputacion i fuerzas que el enemigo ha gana« do, queda la guerra tan estendida que es imposible poderla <«< alcanzar en todas partes con un solo cuerpo de jente » (16).

Como Alonso de Rivera lo hacia notar al rei (17), era empresa mas ardua que la conquista el dominar a esos indios ya aguerridos; que usaban las mismas armas de los españoles, a los cuales se las habian quitado o comprado; que habian perdido el terror con que al principio se miró en América por los naturales a los conquistadores; que estaban provistos de caballos i eran destrísimos jinetes, i cuyo número, en fin, habia aumentado para la guerra. Si sus cálculos son exactos, al principio de la

(16) Citada carta al rei, de 10 de marzo de 1601.

(17) Carta al rei, fechada en Santiago el 22 de setiembre de 1601.

conquista los indios de guerra no pasaron de ocho a diez mil hombres i, segun creian el mismo Rivera, García Ramon i muchos otros militares, habia a la llegada del primero de treinta a cuarenta mil indios rebelados (18).

Segun estas cuentas, no era mucho lo que Rivera pedia al rei cuando le aseguraba que para concluir la guerra se necesitaban tres cuerpos de ejército de quinientos hombres cada uno, divididos de la manera siguiente: el primero para los estados de Arauco i Tucapel; el segundo para los territorios que ocupaban Santa Cruz, Angol i La Imperial, i el tercero para las ciudades mas australes de Chile (19).

(18) Francisco Galdames de la Vega, en el parecer que, respondiendo a Rivera, dió el 18 de febrero de 1601, especifica el número de indios rebeldes que hai en cada provincia: la suma asciende a treinta i tres mil quimientos.

Respondiendo a las mismas preguntas, los hace subir Alonso García Ramon a treinta i cuatro mil quinientos; los distribuye del modo siguiente: rebelados en les términos de Concepcion i Chillan, tres mil; en los de Angol, dos mil quinientos; en La Imperial, tres mil quinientos; en Villarica, cuatro mil; en Valdivia, dos mil; en Osorno, siete mil; en Chiloé, dos mil quinientos; en Puren, mil; en Tucapel, cinco mil, i en Arauco, cuatro

mil.

Rivera, aceptando este cálculo en la citada carta de 22 de setiembre de 1601, aumenta, sin embargo, algunas partidas i hace subir el total de indios rebeldes de treinta i seis a cuarenta mil, i este último número es el que fija en su citado auto de 16 de febrero de 1601.

(19) Citada carta de 10 de marzo de 1601.

CAPÍTULO VII.

PRIMERA ESPEDICION DE RIVERA.

Las fuerzas que trajo Rivera.-El cerco de Arauco.-Preparativos de la espe→ dicion.-Parte Rivera de Concepcion.-El monto de su ejército.-Lo que opina de los soldados de Chile.-Nombramientos de nuevos capitanes.-El envío de embarcaciones para el paso del Biobio.-El paso del rio.-Proposiciones de paz i su rechazo.-El viaje del gobernador.-La cuesta de Villagra.-Emboscada de los indios.-El paso de la cuesta.-Lo que Rivera dice de los conatos de ataque de los indijenas.-Llegada a Arauco.-La permanencia de Rivera en el fuerte.-El correjidor i el cura de Arauco.-Proyecto de un fuerte en Santa Cruz.-Las ventajas -No puede realizar el proyecto. -¿Pensó el gobernador socorrer por mar a Villarica i Osorno?-Razones con que se disculpa por no haberlo hecho.-Dos nuevos fuertes: sus ventajas.— El de Talcahuano.-El de Lonquen.-Hace construir Rivera tres molinos. -Llegada a Buenos Aires del refuerzo venido por Lisboa.-Queda en las provincias de Cuyo hasta que pase el invierno.-Viene Rivera a Santiago.

Por triste i desconsoladora que fuese la opinion que desde los primeros dias hubo de formarse Alonso de Rivera acerca de los medios de que podia disponer en Chile, era preciso hacer algo en lo que aun quedaba de verano i ya hemos visto que, entre las tres espediciones que se proponian como necesarias, él optó por el socorro de Arauco, a juicio de todos la mas urjente i al de él la única realizable por entonces.

Alonso de Rivera que debia venir a Chile, segun lo dispuesto por el rei, con trescientos hombres de refuerzo i que habia obtenido de don Luis de Velasco sesenta mil ducados para pagar la tropa, trajo invertida la mayor parte de esta suma en jéneros que él califica de excesivamente caros i vió reducirse el refuerzo con muertes, enfermedades i deserciones a poco mas de doseien

tos cincuenta hombres, con los cuales desembarcó el 11 de febre

ro en Concepcion (1).

Si al atacar a García Ramon negaba Rivera la efectividad del cerco de Arauco, cuando trata de motivar la resolucion de ir en socorro de ese fuerte, posponiendo las demas necesidades de la guerra, su lenguaje es mui diverso: entónces habla de los « grandes cercos i asaltos» que los sesenta defensores de Arauco han tenido que sostener, en el último de los cuales, poco ántes de su llegada a Chile, le tuvieron «ganado un lienso de <«< la muralla, arrimándole muchas escalas sin respeto de la arti<«<llería i buena defensa de armas con que se libraron de tan « grave peligro, quedándoles otro mayor de perder las vidas por «hambre sin esperanza de socorro ni remedio alguno por estar <«<metidos en la mayor fuerza i dificultad del reino. » I esto debia saberlo cuando lo decia, pues lo escribia en la misma plaza (2).

Antes de emprender la espedicion a «sitio tan reputado don«de en mas de cuatro años no habian entrado españoles por tie« rra » (3), preparó el envío por mar de un barco «< con trescientas fanegas de trigo i dieziseis vacas saladas i ciento sesenta i una «<arrobas de carne de la que salió del Pirú i veinte sacos de ha«rina de los que de allá vinieron i siete arrobas de tocino.......... <«< i sesenta vestidos...... i otras muchas cosas » (4), entre las cuales «< cinco mil tejas para cubrir» el castillo (5).

Este barco salió del puerto de Concepcion el mismo dia que partia tambien por tierra Alonso de Rivera (6), es decir, el 21

(1) En el cuadro comparativo que publicamos en el capítulo anterior, Alonso García Ramon hacia subir el número de soldados traidos por Rivera a 260 i Rivera a 268; pero este último, contradiciéndose, lo reduce a 250 en el citado auto de 16 de febrero de 1601 i en las cartas escritas al rei, la primera desde Santiago el 22 de setiembre del mismo 1601 i la segunda desde Colina el 10 de setiembre de 1605.

Rosales, libro V, capítulo XXI, dice que llegó a Chile Rivera con 260 hombres, al mando de los capitanes "Juan de Armenteros i don Diego "Henriquez, sobrino del conde de Fuentes."

(2) Carta de Alonso de Rivera al rei, fecha el 10 de marzo de 1601.

(3) Id. id.

(4) Citada carta de Rivera al rei, fecha en Arauco el 17 de marzo de 1601. (5) Rosales, libro V, capítulo XXI.

(6) Citada carta de 10 de marzo de 1601.

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