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del matiz verde predominante en la huerta. Como se comprenderá, desde luego, la parte estética de la agricultura no entraba en el cultivo. Todo se reducía á asegurar la ensalada para el año.

NICOLÁS HEREDIA (Leonela).

PALABRAS NUEVAS.

Pronunciación, ortografía y significado de las palabras.

vestigios

anchura

fustetes

hondonadas guásimas

piedrezuelas robles

bejucos anidaban emplazadas fachadas aleteos desequilibrio simetría trechos pindárico burguesa sabanetas espirales

zaguán

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LA SUPERIORIDAD DEL HOMBRE. I.

El hombre es la obra maestra de la naturaleza por la estructura de su cuerpo, por su inteligencia, y más aún, por su conciencia.

¿Qué bomba hidráulica por más ingeniosa que sea, se puede comparar con el corazón humano, el que sesenta veces por minuto aspira

y repele la sangre, y con sus válvulas invisibles en nuestro cuerpo facilita la circulación de la misma?

¡Con qué admirable precisión y regularidad funciona nuestro aparato respiratorio! No hay máquina que se le pueda comparar por su delicadeza y perfección.

¿Podría el más hábil fotógrafo reproducir cuadros tan exactos, tan verdaderos como aquellos que, á cada momento, se forman en el fondo de nuestro órgano visual, donde los montes, los valles, los campos, las casas, las poblaciones se reflejan en un espejo, cuya dimensión no excede de la cabeza de un alfiler ?

También tienen los animales superiores su cuerpo organizado como el nuestro; respiran como nosotros, su sangre circula de la misma. manera que la nuestra; y aun tienen ciertos sentidos más desarrollados que los del hombre. El perro, el caballo, el elefante toman cariño á su dueño; y á veces son sensibles y recuerdan los buenos tratos que se les da.

El instinto de algunas aves se aproxima hasta cierto punto á la inteligencia. El zumbido de los insectos, el canto de las aves, la voz de los mamíferos constituyen una especie de lenguaje.

Pero hay una inmensa distancia entre el más perfecto de los animales y la más ruin de las criaturas humanas, porque el animal nada inventa. Las golondrinas de hace millares de años construían sus nidos de la misma manera que los construyen las golondrinas de hoy; el hombre, por el contrario, aprovecha la experiencia de sus antepasados; estudia, combina, inventa, perfecciona.

PALABRAS NUEVAS.

Pronunciación, ortografía y significado de las palabras.

obra

bomba

aparato fotógrafo hidráulica respiratorio

válvula perfección mamíferos naturaleza funciona maestra dimensión estructura superioridad

LECCIÓN XLVIII.

LA SUPERIORIDAD DEL HOMBRE. II.

En Europa, que es la parte del mundo más civilizada y adelantada, es donde vamos á encontrar los más estupendos prodigios en las ciencias y en las artes.

En Estrasburgo, una ciudad alemana en la margen izquierda del Rin, hay una catedral céle

bre por su grandiosa arquitectura y por su maravilloso reloj astronómico.

El reloj esta hecho de modo que rija por mil años.. Indica los sesenta segundos del minuto, los sesenta minutos de la hora, las veinte y cuatro horas del día, los veinte y ocho días de la luna, los veinte y ocho, veinte y nueve, treinta ó treinta y un días del mes, los trescientos sesenta y cinco ó trescientos sesenta y seis días del año.

Marca las fases de la luna, los eclipses del sol, la posición de la tierra en cada estación, y la de los astros.

El día treinta y uno de Diciembre, al toque de media noche muda el milésimo, aparece nueva fecha y queda inmóvil hasta el siguiente treinta y uno de Diciembre.

Á las seis de la mañana y á las seis de la tarde, un gracioso niño avanza, quince minutos después de cada hora, levanta un badajo y toca el cuarto de hora; un mozo armado con una flecha toca las medias horas; y un hombre en la fuerza de la edad, un guerrero, personificando las luchas de la vida, viene á tocar los tres cuartos; y después un viejo con su molino, toca los cuatro cuartos de hora.

Estos cuatros personajes alegóricos desfilan lentamente por delante de la Muerte, un esqueleto descarnado, con una cara amenazadora. Después de tocados los cuatro cuartos, un Genio renueva su reloj de arena, que tardó sesenta minutos en vaciarse, y la Muerte toca la hora. Durante el silencio de la noche, el niño, el mozo, el hombre y el viejo descansan, pero la Muerte continua en su obra.

Todos los días después de las once, una afluencia de visitantes se dirigen á la vasta catedral y se agrupan delante del reloj. Al toque de medio día los apóstoles pasan inclinándose ante un Cristo, que extiende sus manos hacia ellos y los bendice. Un gallo en lo alto de una columna, bate sus alas, alarga el pescuezo, y por tres veces hace oír su voz vibrante.

¡Qué maravilla! dirán Vds. ¡ Pero qué mayor maravilla no era la inteligencia del sabio constructor de este reloj! Era á un tiempo mecánico, geógrafo, astrónomo y matemático. Todo lo calculó, lo combinó todo de antemano á fin de que funcionase con regularidad esa obra maestra.

Este poder creador no es la única diferencia que nos separa de los animales. En todo lo que

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