Imágenes de páginas
PDF
EPUB

3. Descríbase el grabado: valerosa acción de Ana-se sube en una silla enciende la farola —

4. Sentimientos del padre: alegría — orgullo.

LECCIÓN XIV.

COMO SE DEBE LEER. IV.

Ya sabemos lo que quiere decir énfasis y para qué se usa. Ahora vamos á aprender como y cuando debe usarse. Supongamos que decimos: "El sol sale."

"El sol está muy alto y quema mucho para pasear ahora. Esperemos á que se ponga."

En la primera frase "sol" es una cosa nueva. Estábamos leyendo ó hablando antes de otra cosa; ahora queremos que queremos que la persona á quien hablamos piense en el sol, y hacemos enfática la palabra "sol," á fin de que se piense en ella.

Después de la primera frase, "sol" no es más una idea nueva, pero las ideas de que el sol está "muy alto" Ꭹ quema mucho" para pasear

66

ahora, son las ideas nuevas respecto al sol, sobre las cuales queremos llamar la atención; y por eso debemos pronunciar con énfasis esas palabras

nuevas. Vemos, por consiguiente, que las ideas nuevas que se usan en una frase deben decirse con énfasis, á fin de llamar la atención hacia ellas, por lo que podemos establecer la regla siguiente:

Las palabras que expresan ideas nuevas deben decirse con énfasis.

Dejaremos que piensen y respondan por sí solos á estas dos preguntas.

¿Qué se entiende por ideas nuevas?

¿Por qué pronunciamos con énfasis las palabras que expresan estas ideas nuevas? Léanse las frases siguientes como están escritas y respóndase á las preguntas que se hacen después.

Los canarios vuelan. Los oí cantar esta madrugada.

¿Crees que este año van á hacer nidos los pajaritos?

¿Por qué se pronuncia con énfasis canarios? ¿Cuál es la idea nueva en la segunda frase? ¿ Cuántas ideas nuevas hay en la última?

Cópiense las oraciones siguientes y subrayense las palabras que deben ser pronunciadas con más fuerza que las otras.

Por fin no pudo soportar más el torrero tanta angustia. Se arrojó dentro del bote y estaba ya á punto de darse á la

vela con dirección al faro, cuando ¡oh felicidad! una gran luz brilló en medio de la obscuridad. La farola estaba encendida. Las abejas trabajadoras hacen los panales y los llenan de miel.

LECCIÓN XV.

NO PUEDO, NO QUIERO, Y PROBARÉ.

1. Había hace mucho tiempo un pobre hombre que tenía tres hijos: No Puedo, No Quiero, y Probaré. Eran tan diferentes que difícilmente se hubiese pensado que eran her

manos.

2. No Puedo era un muchacho muy holgazán y sumamente cobarde. No se atrevía á saltar una zanja por temor de caer dentro de ella. Ni jamás se subía á un árbol por miedo de caerse.

3. Cuando le pedían que hiciese alguna cosa, con toda seguridad respondía que no podía hacerla, sin tan siquiera intentarlo. Lo mismo era en las clases que en el recreo. Si se le hacía una pregunta, decía: "No sé." Si tenía que estudiar una lección, repetía: "No puedo estudiarla."

4. No Quiero no era ni holgazán, ni torpe; pero tenía muy mal genio y era muy obstinado.

Si se le metía en la cabeza no hacer una cosa, no había medio de obligarle á hacerla.

5. Si estaba disgustado, por más que hiciesen sus compañeros, no podían conseguir que fuese á jugar. Y si quería jugar, dejaba de estudiar sus lecciones aunque tuviese la seguridad de que iba á ser castigado por no saberlas.

6. Aborrecía á sus compañeros cuando jugaba con ellos, porque quería ser él solo el que entendiese de todo; no obtenía buenos resultados en sus estudios, porque no hacía lo que le mandaban. Lo cierto era que nadie le quería á causa de su mal genio y su deseo de imponerse á todos los otros.

7. Probaré era un niño delgado y pequeño y el más joven de los tres. Pero aun así pequeño tenía ánimo y energía, y estaba siempre dispuesto á hacer todo lo que sus padres y maestros le ordenasen.

8. Si se le preguntaba á Probaré si él podía hacer alguna cosa, por muy difícil que fuese, respondía: "No sé si podré hacerlo, pero probaré." Algunas veces no conseguía lo que se proponía, pero casi siempre obtenía satisfactorios resultados.

9. Una vez intentó saltar un riachuelo, pero

éste era tan ancho que el pequeño Probaré cayó dentro del agua. Á pesar de todo no lloró. Se consoló pensando que cuando creciese un poco más haría otra prueba. Poco tiempo después podía saltar el riachuelo hasta por sus lugares más anchos sin dificultad alguna, y hasta llegó á ser la admiración de todos sus compañeros por su agilidad, destreza y decisión.

10. Cuando fué á la escuela el maestro le preguntó: "¿Sabes leer?" "No, señor," respondió él, "pero voy á probar si puedo aprender." "Eso es lo que yo quiero," dijo el profesor. "Necesito en mi escuela niños que quieran tratar de aprender."

11. En pocos meses Probaré llegó á ser el primero de su clase, mientras No Puedo y No Quiero eran los últimos en las suyas. ¿Cuál creen Vds. que era el más feliz de los tres hijos?

12. Con el tiempo llegaron á ser hombres. No Puedo era criado de un amo llamado Es Preciso; No Quiero era soldado bajo las órdenes del capitán Lo Harás; y Probaré era socio de la casa de comercio de los Sres. Éxito y Compañía.

« AnteriorContinuar »