Obras completas de D. Esteban Echeverria: Poémas varios

Portada
C. Casaralle, impr. y libreria de Mayo, 1870
 

Páginas seleccionadas

Contenido

Otras ediciones - Ver todas

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 38 - Jira en vano, reconcentra Su inmensidad, y no encuentra La vista, en su vivo anhelo, Do fijar su fugaz vuelo, Como el pájaro en el mar. Do quier campos y heredades Del ave y bruto guaridas, Do quier cielo y soledades De Dios solo conocidas, Que él
Página 434 - grandes esfuerzos por el bien público, en vano convocarán congresos, promoverán arreglos y atacarán las reliquias del despotismo; si los pueblos no se ilustran, sino se vulgarizan sus derechos; si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede, y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán á las antiguas, y
Página 44 - que las puntas ufanas De sus lanzas, por despojos, Llevan cabezas humanas, Cuyos inflamados ojos Respiran aún furor. Asi el bárbaro hace ultraje Al indomable coraje Que abatió su alevosía; Y su rencor todavía Mira con torpe placer, Las cabezas que cortaron Sus inhumanos cuchillos, Esclamando:—«ya pagaron . Del
Página 38 - Dios solo conocidas, Que él solo puede sondar. A veces la tribu errante Sobre el potro rozagante, Cuyas crines altaneras Flotan al viento lijeras, Lo cruza cual torbellino, Y pasa; ó su toldería ' Sobre la grama frondosa Asienta, esperando el dia I» Toldería} el conjunto de chozas
Página 38 - el semblante, Solitario y taciturno Como el mar, cuando un instante Al crepúsculo nocturno, Pone rienda á su altivez. Jira en vano, reconcentra Su inmensidad, y no encuentra La vista, en su vivo anhelo, Do fijar su fugaz vuelo, Como el pájaro en el mar.
Página 45 - Tal decia; y bajo el callo Del indómito caballo, Crujiendo el suelo temblaba; Hueco y sordo retumbaba Su grito en la soledad. Mientras la noche, cubierto El rostro en manto nubloso, Echó en el vasto desierto, Su silencio pavoroso, Su sombría majestad. SEGUNDA PARTE. EL
Página 43 - es ? ¿ Qué insensata turba Con su alarido perturba, Las calladas soledades De Dios, do las tempestades Solo se oyen resonar ? ¿ Qué humana planta orgullosa Se atreve á hollar el desierto Cuando todo en él reposa ? ¿ Quién viene seguro puerto En sus yermos á buscar
Página 44 - pagaron . Del cristiano los caudillos El feudo á nuestro poder. Ya los ranchos ' do vivieron Presa de las llamas fueron, Y muerde el polvo abatida Su pujanza tan erguida. ¿ Donde sus bravos están ? Vengan hoy del vituperio, Sus mujeres, sus infantes, Que jimen en cautiverio,
Página 53 - alabanzas, Y los cantos de la guerra: — Guerra, guerra, y esterminio '' Al tiránico dominio Del huinca; 2 engañosa paz: Devore el fuego sus ranchos, Que en su vientre los caranchos Ceben el pico voraz. Oyó gritos el caudillo Y en su fogoso tordillo Salió Brian; Pocos eran y él delante Venia, al bruto arrogante
Página 39 - arcano Que no es dado al mundo ver! La humilde yerba, el insecto, La aura aromática y pura; El silencio, el triste aspecto De la grandiosa llanura, El pálido anochecer. Las armonías del viento, Dicen

Información bibliográfica