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Legación Peruana

Roma, 19 de octubre de 1852.

S. M.

El 4 del corriente salí de París con dirección á Marsella, á fin de alcanzar el vapor que debía zarpar el 9 para Civita-Vecchia, como lo había indicado á US. en mi última, y en la noche del 12 ingresé á esta ciudad. Después de haber anunciado el Secretario de la Legación mi llegada al S. Cardenal Secretario de Estado, visité á éste privadamente el 16, y fuí recibido por Su Eminencia con las más señaladas muestras de atención y cordialidad. Venciendo esta semana, como espero, los obstáculos que me presenta para situar la legación de un modo conveniente la gran afluencia á Roma de personajes distinguidos en la actual época del año, dirigiré á la Secretaría de Estado el oficio de estilo y presentaré mi credencial al Soberano Pontífice, como lo tengo ya acordado con Su Eminencia el Cardeñal Antonelli. Sin pérdida de momento elevaré en seguida á Su Santidad las preces de S. E. para obtener la institución canónica del Sr. Dr. D. Agustín Guillermo Charún en el Obispado de Trujillo.

Pienso abstenerme, por ahora, de negociar nada en lo relativo al Patronato; porque cualquiera cuestión pendiente sobre la materia, podría embarazar la expedición de las bulas. Como creo urgentísimo su despacho para el pronto remedio de las necesidades espirituales de la expresada Iglesia, he resuelto no hacer tamposo ningún género de averiguaciones, ni fijar la atención sobre los términos en que dichas bulas se redacten, que debo suponer sean los mismos que se han empleado hasta aquí. Si S. E. creyese, sin embargo, conveniente, dirigirme órdenes en contrario, espero se sirva US. comunicármelas por el vapor próximo.

En paquete separado incluyo á US. ejemplares de la dolorosa alocución pronunciada por Su Santidad en el Consistorio secreto del 17 del próximo pasado, con motivo de la última persecución suscitada contra la Iglesia en la Nueva Granada, y del destierro del respetable Arzobispo de Bogotá.

Dios guarde á US.

BARTOLOMÉ HERRERA.

Al Sr. Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exte

riores.

Legación Peruana

Roma, 4 de noviembre de 1852.

S. M.

Ayer he tenido la grata satisfacción de poner en manos del Soberano Pontífice mi carta credencial. En el adjunto pliego verá US. las palabras que dirigí á Su Santidad en aquel acto y el pensamiento principal de su contestación.

Terminada la ceremonia, me manifestó, en el tono más tierno, el Santo Padre, lo dispuesto que estaba á otorgarnos cuantas gracias y concesiones se hallasen en su mano. Después le presenté al Secretario y demás miembros de la Legación, á quienes acogió con complacencia paternal, y dió á todos ellos y á sus familias la bendición apostólica.

Mi primer cuidado ha sido hoy presentar al señor Cardenal, Secretario de Estado, las preces del Presidente á la Santa Sede, para que instituya Obispo de Trujillo al Sr. Chantre de de esa Iglesia Metropolitana, y Ministro de Estado Dr. D. Agustín Guillermo Charún. He llamado, con empeño, la atención del Sr. Cardenal, sobre lo que urge á la expresada Diócesis la consagración de su nuevo Pastor, y espero, con mucha confianza, que será preconizado en el próximo Consistorio.

Dios guarde á US.

BARTOLOME HERRERA.

Al Sr. Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores.

Santísimo Padre:

El Presidente del Perú, (1) fiel á su ascendrado Catolicismo y á las esperanzas que, también en lo que mira al orden religioso, tiene cifradas la Nación en S. E., se ha servido nombrarme

(1) General don José Rufino Echenique.

su Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario cerca de V. Santidad.

Con muy viva satisfacción cumplo la orden del Presidente de significar á V. Santidad, al poner, en sus augustas manos, la Carta Credencial que le dirige, cuán amigables y cordiales son los sentimientos que abriga el Gobierno Peruano respecto del Gobierno Pontificio; con qué íntima complacencia le ve administrar, por dicha del mundo católico, pacíficamente sus Estados; qué profunda y filial veneración profesa, en la sagrada persona de V. Santidad, al Vicario de Jesucristo, y con cuánta confianza aguarda del paternal corazón de Su Santidad el remedio de las necesidades espirituales de aquel Pueblo, siempre conservador celoso de la Santa y pura Religión que recibió de España, su noble Madre, y siempre atento y obediente á la palabra Soberana del Jefe de laIglesia.

El Presidente, al encargarse del mando Supremo, á fin de manifestar los delicados respetos que pensaba guardar en sus resoluciones á la Religión del Estado, nombró entre sus Ministros un Sacerdote: y á fin de dar ahora á la Santa Sede una prenda de los mismos piadosos sentimientos y de la rectitud de sus miras, ha querido que lo represente cerca de V. Santidad el mismo sacerdote. Gran honra es para mí que el Presidente me haya escogido para que sea yo el nuncio de su religiosidad. Procuraré con todas mis fuerzas corresponder á su confianza y á su laudable objeto: y bendeciré mucho á Dios si logro estrechar, más aún, los fuertes vínculos que unen mi Patria al Centro de la unidad Católica, dejar establecida, de una manera fija y regular, la comunicación ofical de mi Gobierno con la Santa Sede, y merecer que mi conducta obtenga la aprobación del Presidente y que sea grata á V. Santidad.

Su Santidad contestó en sustancia:

Que recibía con el mayor gozo la Legación que el Gobierno del Perú había tenido á bien enviarle: y que le era tanto más satisfactoria, cuanto que el Ministro escogido por el Presidente era un sacerdote, cuyo nombre y cuyo catolicismo conocía ya la Santa Sede.

Legación Peruana.

S. M.

1

Roma, 20 de Noviembre de 1852.

Habiendo anunciado mi recepción al Cuerpo Diplomático, por medio de la circular acostumbrada, me han contestado ya todos los Ministros públicos que se hallan en esta Capital. Era de recelar que al de España ofreciese para ello algunas dificultades el estado en que existen aún las relaciones de ambos países: pero me ha respondido también, reconociéndome como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República. He creído que debía dar cuenta á US. de este hecho, por lo que, junto con otras actos semejantes de las autoridades españolas, pudiera importar en nuestras negociaciones con el Gabinete de Madrid.

El 10 del actual recibí de Londres el duplicado del oficio de ese Ministerio y de todas las piezas relativas á las preces que dirige el Presidente á Su Santidad, para que instituya obispo de Trujillo al Sr. Dr. D. Agustin G. Charun.

Espero que dentro de pocos días se me devuelva, con el respectivo exequatur, la patente de nuestro Consul General en los Estados Pontificios, que tengo elevada al Santo Padre.

Su Santidad ha designado para que se entienda conmigo, en los asuntos eclesiásticos relativos al Perú, á Monseñor Santucci, Secretario de la Congregación de Negocios Eclesiásticos Extraordinarios; y he tenido ya con este Prelado una conferencia preparatoria de las negociaciones. El asunto á que, por ahora, consagro toda mi atención, y que he presentado al Cardenal Secretario de Estado y á Monseñor Santucci como el más urgente por su naturaleza y á juicio del Gobierno, es el de las bulas que deben expedirse para la provisión del Obispado de Trujillo.

Dios guarde á US.

BARTOLOMÉ HERRERA

Al Sr. Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores.

Legación Peruana.

Roma, 18 de Diciembre de 1852.

S. M.

Ayer han llegado á mis manos las apreciables comunicaciones de US. de 16, 26 y 27 de Octubre último.

Solicitaré, oportunamente, de Su Santidad la concesión de las gracias espirituales para la Diócesis de Maynas, contenidas en la razón que me acompaña US. al primero de dichos oficios, y daré á US. cuenta de la resolución del Santo Padre.

En el ejemplar del "Registro Oficial", que se ha servido US. incluirme, he leído, con placer, la luminosa demostración de nuestro derecho á las Islas de Lobos, dirigida por US. al Encargado de Negocios de los Estados Unidos en esa capital. A los abundantes y solidísimos argumentos de US., sólo podría contestarse, como lo ha hecho aquel diplomático en su nota de 25 de Octubre que he recibido en copia, con un reco, nocimiento pleno y entero del dominio del Perú sobre las expresadas huaneras. Felicito á US. por la dignidad y el hacierto con que ha sabido conducir á su término tan desagradable negocio, y cuidaré, por mi parte, de que el importante documento citado, tenga toda la publicidad que, para honra nuestra, debe dársele.

Dios guarde á US.

BARTOLOMÉ HERRERA

Al Sr. Ministro de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores.

Legación Peruana.

Roma, 17 de Febrero de 1853.

S. M..

A mediados de diciembre del año próximo pasado recibí, casi al mismo tiempo, el "Registro Oficial", que contiene la comunicación dirigida por US. al Encargado de Negocios de los

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