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Legación del Perú en Roma.

á 24 de marzo de 1859.

S. M.

Algunos días antes de mi llegada á esta ciudad, fué reconocido, oficialmente, por el Gobierno Pontificio, el Señor don Juan del Campillo, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipoten. ciario de la Confederación Argentina. Siguiendo la antigua costumbre establecida en Roma, dirigió á los Jefes del Cuerpo Diplomático una nota, con el objeto de comunicarles el hecho de su recepción, y hacer presente sus deseos de estrechar las relaciones de la Confederación con las demás Naciones represen tadas en esta Corte.

El Cuerpo Diplomático se apresuró á responder al Señor Campillo en términos satisfactorios; pero el Señor Ríos Rosas, Embajador de España, no dió contestación alguna: más tarde que vió casualmente al Señor Campillo, procuró excusarse, alegando que la España no había reconocido la Independencia de la Confederación Argentina, y que, por este motivo, no podía aceptar su caracter oficial.

Yo tuve noticia de este hecho antes de haber entregado al Cardenal Antonelli mis letras credenciales de Encargado de Negocios del Perú; así es que al dirigirme al Cuerpo Diplomático, me limité á participar el caracter con que había sido recibido por el Gobierno de Su Santidad, y á ofrecer mis consideraciones particulares, como aparece de la cópia que acompaño

á US.

No creí oportuno excluir al Embajador de España.-19 porque formando éste parte del Cuerpo Diplomático acredi tado ante la Santa Sede, yo estaba en el deber de anunciar á aquel mi recepción oficial por el mismo Gobierno.-2o porque habiendo establecido el Perú varios cónsules en España, el Gabinete de Madrid reconoció, de hecho, la incuestionable autoridad del Gobierno que les nombrara al expedir el correspondiente exequatur.-39 porque antes de ahora un Ministro Plenipotenciario del Perú celebró con el Gobierno Español un tratado, que, aunque no obtuvo ratificación, está manifestando que fué aceptada la misión del diplomático peruano, y, por consiguiente, reconocida la legítima potestad del Soberano que

le enviara.-4° porque durante el tiempo que serví la Legación Peruana en Francia, como encargado de Negocios de la República, el Duque de Rivas y el Señor Mon, nombrados, sucesivamente, Embajadores Extraordinarios Plenipotenciarios de S. M. C. ante el Emperador Napoleón, me dirigieron la nota ofi. cial de estilo, comunicándome el reconocimiento de su caracter mencionado por S. M. I., en cuya virtud tuve el honor de asistir al Palacio de la Embajada, usando, en ambos casos, como los demás miembros del Cuerpo Diplomático, del uniforme que me correspondía por mi cargo público.-5° finalmente, porque la Independencia y soberanía del Perú, como hecho consumado, como un derecho absoluto reconocido por los otros Estados, no necesita de declaraciones expresas del Gobierno de Madrid para tener existencia real y positiva ante todas las Naciones del Mundo.

Aunque la falta de tratados preexistentes entre las nacio nes, no es un motivo bastante para negar el caracter público de sus agentes diplomáticos, y aun cuando no hay razón alguna para concebir que la política de la Reina de España, respecto del Perú, ó de sus representantes, sea distinta según la Corte donde estén acreditados, he tenido, Señor Ministro, el sentimiento de no recibir respuesta del Embajador Español, el que se ha limitado á dejar personalmente en mi casa dos tarjetas para mí y para mi señora.

Como la tarjeta de que usan los Embajadores, consiste en un pedazo de cartón con las palabras "El Embajador de tal parte" y aquellas á que me he referido, manifiestan el nombre de "Antonio Ríos y Rosas", sin ninguna indicación de cargo público, es claro que el Señor Embajador de España sólo ha querido satisfacer los deberes de cortesía con la persona privada del Agente peruano, prescindiendo de su caracter oficial, porque no se reconoce la Independencia del Perú.

Es inútil, Señor Ministro, que proteste á US. que, excep tuando las rigorosas exigencias de una indispensable urbanidad, yo no aceptare jamás las relaciones privadas 6 particulares de cualquiera que desconozca la Independencia y Soberanía de mi patria, y la potestad de su Gobierno legítimo.

Si el Señor Ríos Rosas no fuese el Embajador de España, acaso habría mirado su conducta como un hecho sin consecuencia; pero, mediante esta circunstancia, y existiendo además la inaceptable declaración que hizo al Señor Ministro Argentino, he creido de mi deber poner todo lo expuesto en conocimiento de US. para que se sirva comunicarlo á S.E. el Libertador Presidente de la República.

Los Embajadores de Austria y de Francia, los Ministros de Rusia, de Portugal y demás Jefes de misión diplomática residentes en Roma, me han contestado, por escrito, de una ma

nera cordial y notablemente satisfactoria; por cuyo motivo me apresuré á hacerles la visita personal acostumbrada en casos semejantes.

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En la mañana del día 12 del mes actual, he tenido el alto honor de ser reconocido, oficialmente, por el Gobierno de Su Santidad, en el caracter de Encargado de Negocios de la República del Perú.

Al ponerlo en conocimiento de S. E. el Sr. Ríos y Rosas Embajador de España, me apresuro á manifestar á S. E. mis vehementes deseos de tributarle personalmente el profundo respeto y distinguida consideración con que me honro al suscribirme de S. E. muy obediente y muy hnmilde servidor.

(Firmado).-LUIS MESONES.

Al Excmo. Señor Ríos y Rosas, Embajador de S. M. C. ante S. S. Pío IX.

Roma, á 24 de marzo de 1859.-Es copia.

LUIS MESONES.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, 12 de mayo de 1859.

He impuesto á S. E. del contenido de los oficios de US. de 22 y 24 de marzo último, en que se sirve darme cuenta de su recepción oficial y de lo ocurrido entre US. y el Embajador de S. M. Católica.

En cuanto á esto último, aprueba S. E. la conducta que US. se propone seguir respecto al Embajador español.

A las razones que US. expone para probar que la España reconoce de hecho al Perú como nación independiente, se debe agregar que el Encargado de Negocios de S. M. C. en el Ecuador, ha dicho al jefe de la escuadra bloqueadora, que tiene instrucciones y poderes para ofrecerse como mediador en las cuestiones que ese país tiene con el Perú.

Por lo demás, la acogida favorable que US. ha recibido de Su Santidad, y las buenas disposiciones que le ha manifestado en nuestro favor, permitirán á US. recoger y suministrar al Gobierno los informes que necesita para dirigir los procedimien tos de US. en sus relaciones con la Santa Sede.

Dios guarde á US.

JOSÉ FABIO MELGAR.

Al Señor Encargado de Negocios del Perú en Roma.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, 11 de octubre de 1859.

Se ha recibido en este despacho el oficio de US., número 20, con fecha 22 de agosto último, y queda enterado el Gobierno, con agrado, del resultado de la conferencia tenida por US. con el Santo Padre, relativa á la expedición de las Bulas del Iltmo. Doctor Valdivia. Cree el Gobierno, que presentada por US. la retracción de que acusa recibo en su citada nota, quedan salvados todos los obstáculos que han impedido, hasta ahora, la

preconización de Obispo del referido Doctor Valdivia y que, muy pronto, por consiguiente, se le expedirán las Bulas.

Dios guarde á US.

Miguel del CARPIO.

Al Señor Encargado de Negocios del Perú en Roma.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, 27 de junio de 1859.

Sírvase US. poner en manos del Cardenal Secretario de Negocios Extranjeros de Su Santidad, el adjunto pliego, que contiene la solemne retractación, que hace el Dr. don Juan Gualberto Valdivia, de las doctrinas que en el año de 1826 emitió en una disertación contra el celibato del clero, y que, como US. sabe, mereció la censura de la Curia Romana, incluyéndola en el índice expurgatorio.

Dios guarde á US.

JOSÉ FABIO Melgar.

Al Señor Encargado de Negocios del Perú en Roma.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, 11 de noviembre de 1859.

Se han recibido en este despacho, los dos oficios de US. de 10 y 23 de setiembre último, números 24 y 28, referentes á las preces que ha elevado el Gobierno para la provisión del Arzobispado y Obispados vacantes (1).

(1) En favor de los doctores don José Sebastian de Goyeneche, para el primero, y de don Bartolomé Herrera, don Francisco Orueta y don José Santos Vargas Machuca, para los Obispados de Arequipa, Trujillo y Ayacucho, respectivamente.

Con anterioridad, el Gobierno había presentado á Su Santidad al Dr. don Juan Gualberto Valdivia, para el Obispado del Cuzco.

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