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El Gobierno aplaude el celo que está US. empleando para conseguir la expedición de las Bulas, y cuenta con recibir muy pronto, como US. lo indica, la de los Iltmos. señores Goyeneche, Orueta y Herrera.

Respecto del Iltmo. Señor Vargas Machuca, es necesario que procure US. emplear toda la prudencia y sagacidad necesarias, para desvanecer la mala impresión que han podido causar en el ánimo de Su Santidad los informes adversos que ha recibido. Y, con mayor sagacidad y tino todavía, debe US. proceder en cuanto á la expedición de las Bulas del Iltmo. Señor Valdivia.

Dios guarde á US.

MIGUEL DEL CARPIO.

Al Señor Encargado de Negocios del Perú en Roma.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, 24 de noviembre de 1859.

Se han recibido en este Ministerio las tres copias auténticas que US. ha remitido con su apreciable oficio, número 30, de 6 de octubre último, de las Bulas expedidas por Su Santidad, preconizando para Arzobispo de Lima, al Iltmo. Señor Goye Leche, para Obispo de Trujillo al Iltmo. Señor Orueta y de Arequipa al Iltmo. Señor Herrera, y además el Palio que debe servir al primero.

El Gobierno se ha impuesto, también, por el mismo oficio, de las nuevas gestiones que se propone US. entablar para conseguir, no sólo que se concedan á estos señores Obispos algunas facultades más de las ordinarias, sino que Su Santidad preconice, igualmente, á los señores Valdivia y Vargas Machuca, para las Diócesis del Cuzco y de Ayacucho.

Creo oportuno indicar á US., con este motivo, que estando hasta ahora sin contestación las dos últimas cartas que S. E. el Presidente de la República dirigió á Su Santidad, sobre la presentación hecha á favor del señor Valdivia, debe US. valerse de esta circunstancia para entrar nuevamente en materia y tratar de que se incline favorablemente el ánimo de Su Santi

dad y se obtenga el resultado que es de buscarse en este

asunto

No concluiré este oficio sin expresar á US., la satisfacción con que ha visto el Gobierno el celo, acierto y actividad con que ha procedido US. para conseguir la preconización de los tres Obispos citados y las concesiones favorables que, debido á ese mismo celo, ha obtenido US., en cuanto era compatible con el sistema que instantáneamente observa, en casos semejantes, la Curia Romana.

Dios guarde á US.

Miguel del Carpio.

Al Señor Encargado de Negocios del Perú en Roma.

Legación del Perú en Roma.

á 7 de enero de 1860.

Señor Ministro:

En nota designada por el Núm. 3, dí parte á US., con fecha 24 de Marzo del año próximo pasado, (1) que el Señor Ríos y Rosas, Embajador de España en esta Corte, no había reconocido el caracter oficial de las Legaciones del Perú y de la Confederación Argentina, fundándose en que la independencia de esos Estados no estaba reconocida por S. M. Católica: puse también en conocimiento del Supremo Gobierno que el Embajador Español había dejado sin respuesta la nota circular que el Señor Ministro Campillo y yo dirigimos al Cuerpo Diplomático, comunicando el hecho de nuestra recepción oficial por la Santa Sede.

No sé si el transcurso de diez meses, hasta esta fecha, ú otros motivos que desconozco, han contribuido á modificar las ideas de S.E. el Embajador Español; pero la conducta que acaba de observar con esta Legación, es absolutamente contraria á aquella que tuvo en el día que fué aceptada en esta Corte. Obligado el Señor Ríos y Rosas á regresar á Madrid, y habiendo S. M. la Reina de España nombrado, durante la au(1) Página 196.

sencia de aquél, á su hermano don Francisco Ríos y Rosas, la Embajada Española me ha dirigido una atenta nota oficial, reconociendo mi caracter público en Roma, y protestando cultivar nuestras relaciones con el más grande cuidado.

Apesar de que conservaba, todavía, muy vivos los recuerdos del injustificable desaire inferido á mi Gobierno y á mi persona, pero como ha sido reparado de una manera satisfactoria, contesté al Señor Ríos y Rosas, ofreciendo, por mi parte, el mismo esmero y cuidado para estrechar nuestras relaciones: en consecuencia el antiguo Embajador ha venido dos veces á mi casa antes de partir para España.

Desearía, Señor Ministro, que mi procedimiento con la Embajada Española merezca la aprobación de US. y que, en esta virtud, se digne permitirme que le renueve las seguridades de mi profundo respeto y alta estima.

Dios guarde á US.

S. M.
LUIS MESONES.

Al Señor Dr. don Miguel del Carpio, Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Perú.

Legación del Perú en Roma.

á 9 de marzo de 1860.

Señor Ministro:

Hace pocos días que hablé personalmente al Cardenal Antonelli, Secretario de Estado de Su Santidad, acerca de la preconización de Obispo del Señor Arcediano Dr. don Pedro José Tordoya: la opinión de Su Ema. ha sido la misma que antes de ahora he manifestado á US.; además me ofreció examinar, con detenida atención, los documentos que comprueban los distinguidos servicios del Señor Tordoya, en veinte y dos años de sacerdocio, dejando, al juicio del Santo Padre, la decisión sobre el nombramiento de auxiliar del Iltmo. Señor Arzobispo de Lima.

A fin de que la Santa Sede pueda resolver este asunto con vista de los documentos necesarios, he dirigido al Cardenal Antonelli el respectivo expediente, de que he hecho mérito en la nota, cuya cópia auténtica acompaño á US.: el tenor de esta pieza manifiesta el modo como he procurado indicar á Su San

tidad los deseos del Gobierno Peruano, sin comprometer su dignidad en el caso de una denegación directa. Yo quedaría satisfecho si mi procedimiento merece la aprobación de US.

Presumo que por el próximo paquete correo podré dar cuenta á US. del resultado definitivo de este asunto.

Las preces para el Obispado del Cuzco, serán también presentadas á Su Santidad; pero como debe tratarse este punto con mucha diligencia, me he ocupado en preparar préviamente la opinión de aquellas personas que deben juzgar el expediente canónico antes de dirigir mi despacho oficial á la Secretaría de Estado: con tal objeto, he tenido una entrevista con el Ilustrísimo. Señor Berardi y creo que en esta semana se resolverá la petición.

Dígnese US. poner este oficio en conocimiento de S.E. el Presidente de la República, y permitirme que le reitere las protestas de mi más respetuosa consideración.

Dios guarde á US.

S. M.

LUIS MESONES.

Al Señor Dr. Don Miguel del Carpio, Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Perú.

Legación del Perú en Roma.

Eminentísimo Señor:

á 1o de marzo de 1860.

El infrascrito, Encargado de Negocios de la República del Perú, ante la Santa Sede, tiene, por honra, acompañar á Su Ema. Rma. el Cardenal Antonelli, un despacho oficial que dirige á Su Ema., con fecha 27 de Diciembre último, el Señor Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.

Penetrado el Gobierno del infrascrito de la paternal solicitud con que Su Santidad provee á las necesidades espirituales de Su Grey, y recompensa el mérito de los Ministros Eclesiás ticos, no ha podido prescindir de recomendar, especialmente. ante la consideración de la Santa Sede, al Dr. don Pedro José Tordoya, Arcediano de la Iglesia Metropolitana de Lima. El Supremo Gobierno, que reconoce los distinguidos servicios que

ha prestado el Señor Tordoya á la Iglesia Católica en veinte y dos años de sacerdocio, desea que S Santidad se digne conferirle la sublime dignidad de Obispo.

Para acreditar los sentimientos religiosos y el noble interés que manifiesta el Gabinete de Lima al llamar la atención del Sumo Pontífice en favor del Señor Arcediano Tordoya, el infrascrito se complace en incluir á Su Ema. el Cardenal Antonelli once documentos, que, por su importancia y elevada significación, pueden servir para formar el expediente canónico.

La sabiduría y virtudes evangélicas del Señor Tordoya son tan conocidas del pueblo peruano, que el infrascrito no tiene embarazo en ofrecer á la Santa Sede todos los datos ó nuevos documentos que quisiese para deferir á la recomendación de su Gobierno; sin embargo, juzga el infrascrito que el honroso título de capellán Extra Urbem de Su Santidad, el caracter de Examinador Sinodal del Arzobispado de Lima, el de Comisario de la Bula de la Santa Cruzada y el buen desempeño de diversos, como delicados empleos, abonan suficientemente el merecido concepto de que goza el Señor Arcediano Tordoya.

La comprobación de estos asertos se desprende de los mismos documentos acompañados, puesto que la más severa investigación de la Santa Sede puede satisfacerse con el testimonio de tres Arzobispos, dos Obispos, del Cabildo Metropolitano del Perú, y del Venerable Directorio del Colegio Apostólico de Misioneros residentes en Lima.

Existen, además, graves consideraciones que el infrascrito recomienda al ilustrado juicio de Su Ema. el Cardenal Antonelli. La Iglesia Metropolitana del Perú, exige muy especiales y diligentes cuidados, por la grande extensión de su territorio, por el aumento de población, y por otras circunstancias de que está penetrada la Santa Sede: el Reverendo Arzobispo tiene ochenta y cinco años de edad, consagrados al ejercicio de misión apostólica, y sin duda alguna aprovechará, con particular complacencia, de los servicios episcopales del Señor Tordoya para el laborioso gobierno de su Arquidiócesis.

La comunicación original que el infrascrito acompaña también á Su Ema. Rma. el Cardenal Antonelli, prueba que el Iltmo. Señor Goyeneche conviene en la necesidad de un auxiliar, y que no ha dirigido á la Santa Sede sus reverentes preces, respecto al Señor Tordoya, por ignorar que Su Santidad se hubiese dignado instituirle Arzobispo de Lima.

Los Iltmos. Metropolitanos Benavente y Pasquel, tuvieron por auxiliares á los Iltmos Señores Luna Pizarro y Orueta, de los cuales, el primero fué más tarde Arzobispo, y el se gundo acaba de ser instituido Dignísimo Obispo de la Diócesis de Trujillo: así, pues, hace algunos años que la Santa Sede ha reconocido la conveniencia de instituir un Obispo residente en Lima, además del Metropolitano.

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