que los estime en su justo valor. Por mis informes particulares se que Monseñor Eyzaguirre habla muy bien del Dr. Becerra, quien envía jóvenes al Seminario, que aquel protege: en el progreso de ese establecimiento apoya, si no me engaño, la esperanza de obtener la dignidad cardenalicia.

¿Cuál es, pues, la razón del procedimiento del Señor Eyzaguirre? Como me ha dicho que el Dr. Becerra prefiere la silla del Cuzco á la de Puno; y, por otra parte, no ignora que pronto debe proclamarse un nuevo Presidente del Perú, me inclino á creer, por ahora, haya querido impedir la preconización del Obispo de Puno, á fin de dejar al Dr. Becerra la posibilidad de ser electo, más tarde, para la Diócesis del Cuzco.

Esta presunción no tiene otro fundamento que las razones expuestas; circunstancia que me hace llamar la atención de US., porque deseo que ese Ministerio tenga siempre datos seguros para sus resoluciones posteriores.

Siguiendo la mente de Monseñor Franchi, he guardado silencio respecto al Señor Eyzaguirre, y aun le manifiesto la misma atención que antes, trabajando, sin embargo, en prevenir sus tendencias hostiles al Cardenalato del Reverendo Señor Goyeneche.

Dios guarde á US.

S. M.
LUIS MESONES.

Al Señor Dr. don José Fábio Melgar, Ministro de Relaciones Esteriores del Perú.

Legación del Perú.

Señor Ministro:

Roma, 26 de enero de 1862.

He recibido el muy respetado despacho de US., de 14 de Diciembre último, por el que se sirve reiterarme las instrucciones que me comunicó ese Ministerio con fecha 27 de Noviembre del año próximo pasado, respecto al retiro oficial de esta Legación.

Cumpliendo las órdedes supremas, he dado parte al Cardenal Secretario de Estado, de mi separación definitiva, por

que la Santa Sede se resiste, en todo caso, á instituir al Señor Valdivia Obispo del Cuzco.

Estando oficialmente autorizado para aguardar en Roma ó París, nuevas instrucciones del Supremo Gobierno, me propongo verificar mi viaje á Francia en la próxima semana; y aunque US. me ordena, en su oficio referido, que continúe despachando de un modo privado los asuntos existentes, hallándose estos terminados, juzgo que puedo hacer uso de aquella autorización.

Su Santidad ha resuelto instituir al Dr. Becerra Obispo de Puno, en el Consistorio que tendrá lugar en Marzo ó Abril de este año. Monseñor Franchi me ha dicho, y yo lo sé tambien por otros conductos, que se ha comunicado la respectiva orden á la Congregación Consistorial; lo que prueba la aceptación de la Santa Sede: no obstante, es necesaria cuando menos la partida de bautismo del Señor Becerra, para que sirva de base al expediente canónico. Como repetidas veces he pedido á US. los documentos á que me refiero, presumo lleguen á mis manos para la época del Consistorio. En todo caso, habiendo conseguido que Su Santidad convenga en confirmar las preces del Supremo Gobierno, no depende ya de mí la provisión de la Diócesis de Puno, sino del Señor interesado que debe remitir los documentos ó datos de su carrera eclesiástica para que se anoten en la Consistorial.

El Sumo Pontífice ha expedido en favor del Dean de Arequipa Dr. don Juaa Gualberto Valdivia, el título de Prelado Doméstico, cuya copia auténtica acompaño á US. Teniendo presente las instrucciones de ese Ministerio, manifestaré á la Santa Sede la gratitud del Supremo Gobierno.

He logrado al fin, que el Papa consienta en examinar otra vez el asunto del Señor Vargas Machuca: desgraciadamente cuando Monseñor Franchi llevó los respectivos documentos, no pudo Su Santidad darle audiencia por hallarse en cama con fiebre: pasado mañana volverá Monseñor Franchi al Vaticano, y entonces decidirá el Padre Santo si confirma ó nó la elección de Obispo del Señor Vargas Machuca, ó le nombra Prelado Doméstico; de suerte que, antes de mi partida de Roma, quedará concluido este asunto (1).

Cumpliendo el Sumo Pontifice el ofrecimiento que se dignó hacerme respecto al Cardenalato del Reverendo Señor Goye neche, ha ordenado á Monseñor Franchi reuna todos los documentos referentes á este asunto, á fin de que puedan ser examinados en el Consistorio para Cardenales que celebrará en Abril ó Mayo de este año.

(1) Durante esta negociación, falleció en Lima el Señor Dr. don José Santos Vargas Machuca, Dean de la Santa Iglesia Catedral de Trujillo.

Monsenor Franchi ha dicho á Su Santidad que nuestro digno Arzobispo consagró en Lima al Señor Aguirre, Obispo del Ecuador; quedando así destruida la gratuita aseveración de su resistencia por falta de consentimiento del Gobierno pe

ruano.

Respecto á las desfavorables noticias del Monseñor de quien hablé á US. en mi despacho N° 4 y á las inculpaciones del Padre Arellano, Vicario de la Recoleta Dominicana de Chile, que acaba de llegar á Roma, y del Padre Pierson, enviado á Lima, como Visitador, por el General de los Conventos Dominicanos, Monseñor Franchi ha hecho presente que la vida eclesiástica del Iltmo. Señor Goyeneche y sus relevantes servicios, reconocidos por la Santa Sede, destruyen los informes de los religiosos, cuya conducta ha querido corregir el Arzobispo de Lima.

Ultimamente que siendo este Visitador Apostólico de regulares, por especial nombramiento de la Santa Sede, no podía prescindir de su autoridad jurisdiccional en el Convento de Santo Domingo de Lima; mucho menos, cuando el título del Padre Pierson emanaba del General de la Orden. Me propongo esplanar estas razones en la audiencia que he solicitado de Su Santidad.

Por nota de fecha 7 de Octubre del año próximo pasado, me ordenó US. que recabase de la Santa Sede las gracias espirituales que pidió el Presbítero don Amador Sotomayor: he trabajado, pues, para obtener un resultado favorable, y tengo la satisfacción de acompañar á US. ocho breves apostólicos, referentes á los puntos de que consta la lista que me remitió ese Ministerio.

No queda, pues, ningún asunto que me impida hacer uso de la expontánea autorización que me ha concedido el Supremo Gobierno para que espere sus órdenes en Paris.

Sin embargo, me propongo regresar á esta Ciudad en la época del Consistorio, ó antes, si algún motivo que ahora no puedo prever, ó nuevos encargos de la Gobernación Suprema, hiciesen indispensable mi presencia. Desde que recibí la orden mencionada, y no tuve duda de mi separación definitiva, he cancelado el contrato de arrendamiento de la casa que ocupo, y vendido los muebles y demás efectos que embarazan mi viaje: de suerte que, no habiendo causa suficiente pata retardarlo, deseo, Señor Ministro, evitar los inútiles gastos de una nueva instalación de mi familia, fuera de los muy considerables que ocasiona la carestía de Roma por su situación excepcional.

Como conservo buenas relaciones en esta Corte, podré continuar trasmitiendo á US. las noticias de Italia, mientras el

Supremo Gobierno resuelva lo que juzgue conveniente acerca

de mi persona.

Dios guarde á US.

S. M.

LUIS MESONES

Al Sr. Dr. don Juan Oviedo, Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Perú.

Lima, 10 de marzo de 1862.

Acúsese recibo en términos satisfactorios, y reitérese nota al Dr. Becerra para que remita sin más demora su expediente Canónico, á fin de pasarlo oportunamente á manos del funcio nario oficiante.

RIBEYRO.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, 6 de febrero de 1862.

Señor Encargado de Negocios del Perú en Roma.

Las necesidades de la Iglesia del Perú llamaron con preferencia la atención de su Gobierno, cuyo catolicismo, nunca desmentido, y cuyo celo por el bienestar público, lo obligaron á presentar Pastores para algunas Diócesis, que carecen de ellas desde hace algún tiempo. Con el conocimiento exacto que tiene de las personas y de las peculiaridades locales, escogió aquellos sacerdotes que, á su juicio, podían llenar las funciones de tan sagrado ministerio; pero, hasta ahora, según los informes trasmitidos por US., en desempeño de su cargo que se le sometió, no se ha conseguido, ni hay esperanzas funda. das de conseguir, las bulas de confirmación que se han solici tado del Santísimo Padre.

El Gobierno aprecia el esmero con que US. ha manifestado este negociado tan importante cerca de la Corte Romana, y siente sobremanera que ni sus esfuerzos, ni su inteligencia, ni la benevolencia que allí se le ha dispensado, hayan podido superar los obstáculos que desgraciadamente han surgido para contrariar la feliz solución de un asunto en que están, á la vez, comprometidos intereses sociales é intereses religiosos. En este conflicto, que de nuestra parte hemos procurado alejar con las mejores intenciones, es de necesidad, si no renovar oficialmente las gestiones para la confirmación referida de las Mitras del Cuzco y de Ayacucho, por haber cesado US. en su carácter público en Roma, manifestar, al menos de una manera confidencial, cuáles son los sentimientos del Gobierno Peruano y cuál la línea de conducta que, en esta materia, se propone seguir ulteriormente.

Fuera de duda es que el Presidente, encargado del ejercicio del Poder Ejecutivo de la República, tiene la facultad inalienable de hacer la presentación de los Obispos, como que este acto de Patronato se deriva de la Soberanía Nacional, y habiendo ya cumplido con presentar los Prelados que debían satisfacer las exigencias espirituales de muchos pueblos que carecen de los consuelos de sus legítimos Pastores, cree, y no sin fundamento, que los males actuales y los que sobrevengan por este estado de prolongada incertidumbre, no son ciertamente de su responsabilidad. Deplorable es que las cosas hayan llegado á este punto cuando más deseaba este Gobierno manifes tar al digno y venerable Jefe de la Iglesia Católica sus respe tuosas consideraciones; pero los deberes austeros que, como representantes de un pueblo soberano, tiene que cumplir inviolablemente, lo han decidido, si bien á no insistir en la confir mación que tiene solicitada, á no alterar en nada, lo hecho en observancia de las leyes y en uso de sus indisputables regalías. Este firme propósito en nada contribuirá á debilitar su fé siempre pura, sus votos por la prosperidad de la Iglesia y el acatamiento que le merece el muy distinguido Prelado que á la sazón se halla dirigiendo sus destinos.

Dejo así contestada la apreciable comunicación de US. fecha 21 de Diciembre último.

Dios guarde á US.

JUAN ANTONIO RIBEYRO