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Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, Agosto 22 de 1872.

Remito á US., original y en copia, la Carta Credencial que S. E. el Presidente dirige á Su Santidad, con motivo de la misión extraordinaria que se ha confiado á US. y para cuyo cumplido desempeño le incluyo igualmente los plenos poderes necesarios.

Dios guarde á US.

J. DE LA RIVA Agüero.

Al Señor Dr. Pedro Gálvez, Ministro Plenipotenciario cerca de la Santa Sede.

Ministerio de Relaciones Exteriores.

Lima, Agosto 22 de 1872.

Tengo el honor de adjuntar á US. una luminosa y concienzuda exposición del Ministro del Culto (1) acerca de las irregularidades que se han observado al solicitar de la Santa Sede la preconización del Iltmo. Señor Valle, Obispo de Huánuco, para Arzobispo de Lima, y de la necesidad en que se halla el Gobierno de procurar el retiro de las preces que, con tal motivo, se dirigieron á Su Santidad por la administración anterior.

En ese importante documento, que traduce fiel y elocuentemente las ideas y los propósitos del Gobierno en tan delicada cuestión, hallará US. las instrucciones á que debe normar su conducta en la discusión del importantísimo negociado que

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hoy se confía á su inteligencia y reconocido tacto. Después de las fundadas razones expuestas por el Señor Sánchez, en su extenso "Memoramdum", solo debo limitarme á hacer á US. algunas indicaciones especiales para los casos prácticos que puedan presentarse en el curso de la misión encomendada á US.

US. debe iniciar la negociación solicitando el retiro de las preces elevadas en Mayo anterior; obtenido lo cual, sería ya muy fácil llegar al resultado que perseguimos.

En el caso de que Su Santidad viese un inconveniente para esto, en la expedición del Breve ó letras Apostólicas expedidas á favor del Señor Valle, solicitará US. la anulación de ese Breve, lo que tal vez no sea difícil conseguir, si se tiene en cuenta que la preconización aun no ha tenido lugar, pues según aquí se sabe, el Consistorio había tenido su última reunión días antes de la llegada de las preces y no debía volver á reunirse hasta el próximo mes de Octubre. Por lo demás, creo innecesario citar, á este respecto, precedentes análogos al caso actual, porque US. conocerá algunos, y varios están citados en la exposición del Señor Sánchez.

Si la Corte Romana se negara á la anulación del Breve, negociará US. en el sentido de obtener que Su Santidad manifieste privadamente al Señor Valle la conveniencia de que renuncie, atendidas las gravísimas dificultades que surgirían y los males que, con su insistencia, ocasionaría á la Iglesia y al Estado.

Cerrados todos estos caminos conciliatorios, se esforzará I'S. en exponer á Su Santidad las funestas consecuencias que traería para todos el mantenimiento de una situación anómala no creada por el actual Gobierno, y el imperioso é ineludible deber en que éste se encuentra de obedecer la Constitución y las leyes de la República, á cuya observancia está obligado por un solemne juramento.

S. E. el Presidente confía, sin embargo, en que el Padre de la Iglesia, haciendo justicia á los derechos de esta Católica Nación, hoy representados y sostenidos por el Congreso y el Gobierno, deferirá á las súplicas que humildemente se le dirigen y que solucionará este asunto con la sabiduría y justificación de que tantas pruebas tiene dadas.

Por último, debo llamar la atención de US. sobre la necesidad de que este negociado quede concluido antes del mes de Diciembre, pues debiendo terminar sus sesiones el Congreso en Enero del próximo año, es preciso conocer aquí, antes de esa época, el resultado de las cuestiones encomendadas á US., á fin de que, en vista de él pueda la Representación Nacional adoptar con tiempo la resolución correspondiente.

El Gobierno, que está plenamente satisfecho del patriotismo, celo é inteligencia que distinguen á US., espera que redo

blará sus esfuerzos en el desempeño de esta importante comisión que hoy le confia."

Dios guarde á US.

J. DE LA RIVA Agüero.

Al Señor Dr. Pedro Gálvez, Ministro Plenipotenciario cerca de la Santa Sede.

N° 1.

Legación del Perú cerca de la Santa Sede.

París, Setiembre 30 de 1872.

Señor Ministro:

He tenido la honra de recibir la Credencial que S.E. el Presidente de la República tiene á bien dirigir á Su Santidad, facultándome para la misión especial que se ha servido confiarme, para la delicada negociación relativa al Arzobispado de Lima. Al mismo tiempo he recibido la exposición, tan profundamente estudiada como oportuna, que el Señor Ministro del Culto ha pasado al de Relaciones Exteriores, manifestando las irregularidades que han acompañado la solicitud dirigida á la Santa Sede para la promoción del Obispado de Huánuco al Arzobispado de Lima (1).

US., al comunicarme las ideas del Gobierno y sus deseos sobre esta materia, se sirve señalarme como instrucciones fundamentales las ideas contenidas en aquel documento, á las que agrega algunas indicaciones para los diversos casos que pudieran presentarse, considerando: 1o como el primer fin que debe desearse, el retiro de las preces elevadas á Su Santidad

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en Mayo último: 2o que, en caso de estar expedido el Breve á favor del propuesto Señor Valie, se solicite su anulación, suponiendo que no esté aun preconizado; 3o para el caso de no poder obtenerse esta anulación, tratar de obtener de Su Santidad que manifieste al Señor Valle la conveniencia de su renuncia; y 4o, en último caso, llenar por, lo menos, el deber de presentar á Su Santidad la situación constitucional del Gobierno, que no le permite dar otra solución, por su parte, á las dificultades creadas en la cuestión del Arzobispado de Lima.

En asunto tan grave y delicado, al mirar las dificultades inmensas de una solución cual desea el Gobierno, debo sinceramente manifestar que recibo esta prueba de excesiva confianza más como una medida de mi consagración al servicio que de mi capacidad; pero veo, por otra parte, que las circunstancias son tales que no dan lugar á poder presentar al Gobierno, y que él pudiese resolver en tiempo oportuno, las observaciones que, apoyadas en datos suficientes, tomados en el teatro donde se ha de ventilar esta cuestión, pudiese yo elevar. Más, como desea S. E. cumplir, con la buena fé que le es propia, la resolución del Congreso, yo no puedo menos de decidirme á cooperar inmediatamente á la obra que el Gobierno se propone; y que creo de tan alta importancia para establecer de un modo inconmovible la legalidad de la práctica de nuestras instituciones.

De las hipótesis, en que se ha colocado el Gobierno al darme sus instrucciones, están eliminadas dos seguramente, y quizá, la tercera, pues que, los periódicos de París, de 30 de Julio último, han publicado un telegrama de Roma, dando noticia de la preconización del Iltmo. Señor Valle como Arzobispo de Lima; y aunque tales noticias resultan á veces inexactas, siempre es muy de temerse que la preconización haya tenido lugar. Con todo, el principal objeto que el Gobierno se propone y al que definitivamente debemos aspirar tendrá siempre lugar, á saber: el que la verdad de los hechos quede manifiesta, que la dignidad del Gobierno y el respeto de las instituciones queden á salvo, y que el crédito de la República en el exterior, especialmente en nuestras relaciones con la Santa Sede, sea fortificado con la evidencia de los hechos, y con la franqueza de las exposiciones. Nunca son inútiles para un país los trabajos pa ra el restablecimiento de la verdad y de la justicia cuando se han cometido errores, aunque no puedan remediarse todos los resultados que estos traen.

En la mira de preparar algunos medios que puedan servirnos en esta Misión, la he anunciado, con el caracter amistoso que me permiten antiguas relaciones, al Nuncio Apostólico en París Monseñor Chigi, que goza de muy merecida reputación cerca de la Santa Sede, y de la que es representante en Francia hace muchos años. Ya este prelado tenía conocimiento de la

cuestión; lo que prueba que con mucha actividad se ha tratado, por lo menos, de dar noticia de ella á las persovas influyentes cerca de los Consejos de Su Santidad. El juicio del Nuncio, al ofrecerme con su bondad acostumbrada cuanto pudiera hacer en obsequio de nuestros esfuerzos, fué de que, sino estuvie ra hecha la preconización, el resultado sería comparativamente fácil; pero, supuesta la preconización, la creía sumamente difícil. Aunque en mi modo de ver en las cuestiones graves no entro nunca en disminuir su importancia cerca de las personas con quienes debo tratar, en el presente caso yo no había hecho exposición alguna sobre las miras especiales en esta Misión; así es que el juicio del Señor Nuncio se versa sobre la cuestión tal cual la conoce el público, á saber, subsistencia ó nó del Señor Valle como Arzobispo de Lima. Para mí, la opinión del Nuncio es simplemente uu indicio de la opinión que puedan haberse formado otros personojes que tengan que intervenir en esta cuestión. Por lo demás, este juicio ha sido enteramente confidencial y como una manifestación puramente amistosa. Espero siempre que Monseñor Chigi podrá hacernos algún servicio importante en esta Misión.

No me ocuparé ahora de presentar á US. los estudios que considero más importantes para la resolución de este asunto. Desde luego, puedo expresar que son conformes con el juicio del Gobierno y que, como ya he indicado, los precedentes, en cuestiones que deban ventilarse ante la Sede Apostólica, juegan un rol importante, aunque no siempre decisivo; pero es evidente que en asuntos de tanto interés como el presente, hay que buscar, ante todo, el carácter de justicia y de buena fé universal que se hace oír aun más que la legislación y las exigencias de cada país. Seguramente, Su Santidad al acceder á las preces dirigidas por la administración anterior, no ha podido entrar en el examen de las irregularidades que se cometiesen; pero, tal cual la cuestión se halla al presente, envuelve consecuencias tan sérias para los intereses religiosos y políticos en el Perú, que Su Santidad no podrá dejar de reconocer la conveniencia y quizá la necesidad de hacer algo con acuerdo á las miras tan patrióticas, como sensatas, del Gobierno del Perú en

este asunto.

Conforme á las prevenciones del Ministerio, que la Misión debe estar terminada, en cualquier sentido, antes del mes de Diciembre, no necesito decir que me esforzaré para llenar mi

deber.

Con sentimientos de distinguida consideración soy de US., Señor Ministro, muy atento y S. S.

P. GALVEZ.

Señor Ministro de Relaciones Exteriores del Perú.

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