Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, Volumen22

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Academia Nacional de Ciencias., 1917
 

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Pasajes populares

Página 70 - Cuando la tarde se inclina sollozando al occidente, corre una sombra doliente sobre la pampa argentina. Y cuando el sol ilumina con luz brillante y serena del ancho campo la escena, la melancólica sombra huye besando su alfombra con el afán de la pena.
Página 27 - Cuentan que en noche de aquellas en que la pampa se abisma en la extensión de sí misma sin su corona de estrellas, sobre las lomas más bellas, donde hay más trébol risueño, luce una antorcha sin dueño entre una niebla indecisa, para que temple la brisa las blandas alas del sueño. Mas, si trocado el desmayo en tempestad de su seno, estalla el cóncavo trueno, que es la palabra del rayo...
Página 33 - Sobre el inmenso escenario Vanse formando en dos alas, Y el sol reluce en las galas De cada bando contrario; Puéblase el aire del vario Rumor que en torno desata La brillante cabalgata Que hace sonar, de luz llenas, Las espuelas nazarenas Y las virolas de plata. De entre ellos el más anciano Divide el campo después, Señalando de través Larga huella por el llano; Y alzando luego en su mano Una pelota de cuero Con dos manijas, certero La arroja al aire, gritando: — "¡Vuela el pato\... ¡Va...
Página 27 - Dicen que, en noche nublada, Si su guitarra algún mozo En el crucero del pozo Deja de intento colgada, Llega la sombra callada Y, al envolverla en su manto, Suena el preludio de un canto Entre las cuerdas dormidas, Cuerdas que vibran heridas. Como por gotas de llanto.
Página 31 - — Yo soy la nube lejana (Vega en su canto decía) Que con la noche sombría Huye al venir la mañana; Soy la luz que en tu ventana Filtra en manojos la luna; La que de niña, en la cuna. Abrió tus ojos risueños; La que dibuja tus sueños En la desierta laguna.
Página 42 - Era el grito poderoso Del progreso, dado al viento; El solemne llamamiento, Al combate más glorioso. Era, en medio del reposo De la pampa ayer dormida, La visión ennoblecida Del trabajo, antes no honrado; La promesa del arado Que abre cauces a la vida.
Página 37 - ¡si es mi voz impotente Para arrojar, con vosotros, Nuestra lanza y nuestros potros Por el vasto continente; Si jamás independiente Veo el suelo en que he cantado, No me entierren en sagrado Donde una cruz me recuerde: Entiérrenme en campo verde, Donde me pise el ganado!" Cuando cesó esta armonía, Que los conmueve y asombra, Era ya Vega una sombra Que allá en la noche se hundía . . . ¡Patria! a sus almas decía El cielo, de astros cubierto, ¡Patria! el sonoro concierto De las lagunas de...
Página 89 - ... vengan a escuchar esta canción: nuestro dueño es la nación que en el mar vence la ola, que en los montes reina sola, que en los campos nos domina, y que en la tierra argentina clavó la enseña española. "Hoy mi guitarra, en los llanos, cuerda por cuerda, así vibre: ¡hasta el chimango es más libre en nuestra tierra, paisanos! Mujeres, niños, ancianos, el rancho aquel que primero llenó con sólo un ¡te quiero!
Página 34 - ... llano, esperando del anciano la alta señal de batalla. Dala al fin. Hondo clamor ronco truena en el circuito, y el caballo salta al grito de su impávido señor; y vencido y vencedor del noble triunfo sedientos, se atropellan turbulentos en largas filas cerradas, cual dos olas encrespadas que azotan contrarios vientos.
Página 35 - Yo solo me basto ! s grita. En pos de él se precipita, Y tierra y cielos asorda, Lanzada a escape la horda Tras el audaz desafío, Con la pujanza de un río Que anchuroso se desborda. Y allá van, todos unidos, Y él los azuza y provoca, Golpeándose la boca, Con salvajes alaridos. Danle caza, y confundidos, Todos el cuerpo inclinado Sobre el arzón del recado, Temen que el triunfo les roben, Cuando, volviéndose, el joven Echa al tropel su tostado...

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