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nioide documentos auténticos i de declaraciones de toda especie de personas.

Era, pues, jeneral i arraigada la opinion de que Dios habia favorecido a los reyes de España con una intervencion directa, i con milagros, para la ocupacion) del nuevo mundo.

En toda la América Española sucedia lo mismo que en Chile.

Admitida una creencia semejante, no puede causar. ninguna estrañeza el que despues de la majestad divina, se colocara la majestad real.

A la primera, pertenecia el cielo; a la segunda,por delegacion, la tierra.

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El

paseo

del estandarte-El sello real-Los acontecimientos domésticos de la familia real.-El retrato de Fernando VII en la Serena.

I.

El vasallaje que sus súbditos de las Españas i de las Indias tributaban al monarca era una especie de adoracion.

La idea que tenian de su grandeza no podia ser mayor.

Quiero limitarme a citar algunos ejemplos de ello tomados de los escritores chilenos.

Felipe II es la musa a quien Ercilla invoca en la Araucana.

Pedro de Oña, el primer poeta nacido en suelo chileno, en su poema titulado: Ignacio de Cantabria, se prosterna ante Felipe II,

A quien por Dios de la prudencia
Prestar adoracion pudiera el mundo,
Si a mas de un Dios prestara reverencia;

llama anjel rei a Felipe III; i ensalza el grave seso de Felipe IV,

Que diestro gobernador dos mundos puede.

Dios, segun el jesuita Ovalle, habia creado ex profeso la América para el rei católico, a fin de estender por este medio su monarquía, i añadir a su real corona las almenas de tantos i tan poderosos reinos e imperios, como los que en este nuevo mundo le habia dado (1).

Bascuñan llama en el Cautiverio Feliz a Cárlos II "nuevo sol que nos alumbra, recto juez que nos encamina, i padre piadoso que nos alimenta" (2).

El célebre obispo Villarroel, el autor del Gobierno Eclesiástico Pacífico, tiene a grande honra el reconocerse i proclamarse sumiso vasallo del rei, ponderando el afecto i la gratitud que le profesa (3).

Esta creencia en lo que puede llamarse el dogma de la majestad real se traducia naturalmente en un culto tan reverente, como el que se prestaba al mas santo de los objetos de la relijion.

La lei habia fomentado con especial esmero esta devocion a la dignidad real, creando signos i actos de deferencia que fortificasen en los ánimos de los poderosos i de los humildes, en el pueblo entero, la veneracion al amo i señor.

La mas antigua en Chile de las ceremonias a que aludo fué el paseo del real estandarte, que se

(1) Ovalle, Histórica Relacion del reino de Chile, libro 4, capítulo 4, i libro 8, capítulo 3.

(2) Bascuñan, Cautiverio Feliz, discurso 5, capítulo 26.

(3) Villarroel, Gobierno Eclesiástico Pacífico, parte 1. ", cuestion 1.«, artículo 8.

ejecutaba en Santiago el 24 i 25 de julio de cada año, fiesta del apóstol patron de la capital.

Aquel estandarte era el símbolo de la majestad real.

Esta funcion tuvo lugar por primera vez en Santiago en el año de 1556.

El dia 23 de julio de aquel año, el ayuntamiento nombró alférez real al vecino i rejidor capitan Juan Jofré, quien debia hacer a su costa un estandarte de seda que llevase bordadas "las armas de esta ciudad i el apóstol Santiago encima de su caballo" (1).

Al dia siguiente, los dos alcaldes asomaron el estandarte pendiente de una lanza, por una ventana de la casa del nuevo alférez real, que estaba junto a la plaza.

Abajo, en la plaza, se encontraban a caballo Jofré i todos los vecinos de la ciudad.

Los alcaldes, habiendo llamado desde la ventana en alta voz a Jofré, i habiéndose acercado éste sin desmontarse del caballo, le entregaron el estandarte en nombre de Dios, de Su Majestad su rei i señor natural, de la ciudad de Santiago i del cabildo, justicia i rejimiento de ella "para que con él sirviese a Su Majestad todas las veces que se ofreciera."

Jofré prometió hacerlo así, i recibió el estandarte. En seguida, todos se fueron con la insignia real a oír vísperas en la iglesia mayor; i despues anduvieron cabalgando por las calles, terminando por dejar al alférez en su casa, donde debia quedar guardado el acatado pendon (2).

Distintas i reiteradas disposiciones reales orde

(1) Primer Libro Becerro de Santiago, cabildo de 23 de julio de 1556. (2) Primer Libro Becerro de Santiago, dilijencia de la entrega del estandarte, el 24 de julio de 1556.

El obispo San Miguel anunció a los imperialenses la verdad, porque aquella imájen fué su salvacion.

Los indios habian dado repetidos i vigorosos asaltos a la ciudad, i habian puesto fuego a los edificios, el cual los españoles habian apagado con suma dificultad.

Ademas, de antemano les habian cortado el agua, desviando el curso de un rio de donde la sacaban...

Los españoles agotaron para estinguir el incendio toda la provision que a prevencion habian acopiado.

Como los araucanos lo supiesen, cercaron desde léjos la ciudad, i aguardaron confiados que la terrible sed produjera su efecto.

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4

Los sitiados esperimentaron pronto todas las angustias de tan desesperante situacion.

En sus congojas, imploraron el favor de Nuestra Señora de las Nieves, cuya bendita imájen sacaron en solemne procesion por las calles i plazas. Todo el vecindario acompañaba las andas, compunjido i lloroso.

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Mientras tanto, el cielo aparecia limpio i se

reno.

Pero ántes de que la procesion volviera a entrar en la iglesia, se levantó de repente en el horizonte, una nube, que fué cubriendo rápidamente el firmamento, i que descargó una copiosa i larga lluvia.

El agua principió a caer tan a torrentes, i tan de improviso, que los vecinos para que la santa imájen no se mojase, tuvieron que cubrirla con

sus capas.

Esta lluvia fué tan benéfica para los cristianos, como perjudicial para los indíjenas, cuyas turbas

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