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DE LA

INDEPENDENCIA DE CHILE

POR

Miguel Luis Amunátegui

MIEMBRO DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA I HUMANIDADES.

Memoria Histórica presentada a la Universidad de Chile
en cumplimiento del artículo 28 de la lei de 19 de noviembre de 1842.

TOMO PRIMERO.

SANTIAGO.

IMPRENTA DE LA «REPUBLICA »

de Jacinto Nuñez.

1870.

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ADVERTENCIA.

Me he propuesto en esta obra llamar la atencion sobre dos hechos, a saber:

Primero, la creencia fundamental en que la España basó i levantó la sociedad organizada por ella en América, i las minuciosas i eficaces precauciones, perfectamente concebidas para su objeto, que ideó i practicó para procurar hacer que esa creencia fuera inquebrantable.

Segundo, los esfuerzos de los que en Chile fueron bastante osados para comenzar los ataques contra un sistema tan sólidamente establecido.

En mi concepto, el estudio de estas dos hechos suministra una leccion altamente provechosa: los hombres, con constancia i enerjía, pueden derribar los obstáculos al progreso social que parecerian mas resistentes, mas poderosos, mas inconmovibles.

La revolucion de la independencia ha operado en la América Española la mas radical de las trasformaciones.

Medio siglo ha bastado para sustituir a la antigua sociedad, que parecia reposar sobre cimientos

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de granito, otra esencialmente distinta por las ideas, por las costumbres, por la ilustracion, por la industria, por las instituciones.

Los actuales hispano-americanos necesitan hacer esfuerzos de imajinacion para poder figurarse lo que eran sus abuelos, talvez lo que eran sus padres.

Esta circunstancia obliga al historiador del período colonial, que trata de sucesos tan diferentes de los que ahora presenciamos, a ir apoyando sus aseveraciones en pruebas i documentos, si desea no esponerse a que se le tilde de inventar, en vez de narrar.

El brillo del triunfo que rodea a los ilustres próceres por quienes fué realizada nuestra separacion de la metrópoli, ha dejado naturalmente en la oscuridad a los que antes de ellos dieron principio a la grandiosa obra.

De aquí resulta que los proyectos que éstos últimos concibieron, i las acciones que ejecutaron, olvidados al presente, han menester de ser justificados fehacientemente a fin de que no se les califique de episodios novelescos.

Estos antecedentes, a mi juicio, ponen al historiador de los hechos mencionados en la precision de ir comprobando su relacion, si, como es natural, aspira a disipar dudas acerca de la exactitud de lo que refiere.

Por mi parte, he intentado hacerlo, procurando proporcionar al lector los datos que le permitirian rectificar por sí mismo todas las aseveraciones.

He tenido a mi disposicion un número mui considerable de documentos, casi todos inéditos, reunidos laboriosa i pacientemente, de los cuales he sacado todo aquello que he creído conducente al objeto de esta obra.

Este es el mérito que reclamo.

Es preciso haberse puesto a estudiar esos papeles medio borrados, medio podridos, que despiden un olor particular, i que dejan en las manos un polvo delgado i pegajoso, para comprender todo el fastidio de un trabajo semejante.

Esos legajos cubiertos de telarañas, i no tocados por nadie en una larga serie de años, producen amenudo la impresion de despojos estraídos de una sepultura.

I adviértase que ni con mucho todos ellos tienen siquiera algun mediano interes.

Sucede con frecuencia que despues de haberse empleado quizá horas en descifrar una letra parecida a jeroglífico, lo que llega a leerse a costa de tanta fatiga es enteramente insignificante.

Esta pesada tarea sería por cierto mui soportable, si hubiera la seguridad de que siempre habia de llevarnos al descubrimiento de algo útil; pero por desgracia no es así

Abrigo la esperanza de que se me dispensará una observacion que he aducido para adquirir un título a la induljencia del lector.

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