Biblioteca de autores mexicanos, Volúmenes19-20

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Imp. de V. Agüeros, Editor, 1898
 

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 58 - Jesucristo de mil cuatrocientos é noventa é dos años. -Yo EL REY. — Yo LA REINA - Por mandado del Rey é de la Reina. -Juan de Coloma. -Registrada. - Calcena.
Página 175 - En todo este tiempo jamás cesó agua del cielo, y no para decir que llovía, salvo que resegundaba otro diluvio. La gente estaba ya tan molida que deseaban la muerte para salir de tantos martirios.
Página 336 - Clímaco, y como no los hubiese en romance, mandáronle que le tradujese del latín. Hízolo así con presteza y elegancia, por ser muy buen latino y romancista, y fue su libro el primero que se imprimió por Juan Pablos, primer impresor que a esta tierra vino".
Página 175 - Allí se me refrescó del mal la llaga: nueve días anduve perdido sin esperanza de vida: ojos nunca vieron la mar tan alta, fea y hecha espuma. El viento no era para ir adelante, ni daba lugar para correr hacia algún cabo. Allí me detenía en aquella mar fecha sangre, herviendo como caldera por gran fuego. El cielo jamás fue visto tan espantoso: un día con la noche ardió como forno; y así echaba la llama con los rayos que cada vez miraba yo si me había llevado los másteles y velas; venían...
Página 46 - Diego de Deza Catedrático de Prima de Teología y maestro del Príncipe don Juan. Todo el tiempo que se detenía Colón en Salamanca, el Convento de San Esteban le daba aposento y comida y le hacía el gasto de sus jornadas y en la corte el maestro F.
Página 172 - Gran dolor era el mío, y mayor porque lo truje contra su grado, porque, por mi dicha, poco me han aprovechado veinte años de servicio que yo he servido con tantos trabajos y peligros, que hoy día no tengo en Castilla una teja; si quiero comer ó dormir no tengo, salvo el mesón ó taberna, y las más de las veces falta para pagar el escote.
Página 172 - Otra lástima me arrancaba el corazón por las espaldas, y era de D. Diego mi hijo, que yo dejé en España tan huérfano y desposesionado de mi honra é hacienda; bien que tenia por cierto que allá como justos y agradecidos Príncipes le restituirían con acrescentamiento en todo.
Página 55 - Las cosas suplicadas é que vuestras Altezas dan y otorgan á D. Cristóbal Colon, en alguna satisfacción de lo que ha de descubrir en la mares Océanas, y del viaje que agora, con el ayuda de Dios, ha de hacer por ellas en servicio de vuestras Altezas...
Página 57 - Almirantasgo, que dende agora vuestras Altezas facen merced al dicho D. Cristóbal, y quieren que haya y lleve para sí la decena parte de todo ello, quitadas las costas todas que se ficieren en ello.
Página 171 - Ochenta y ocho días había que no me había dejado espantable tormenta, á tanto que ¡no vide el sol ni estrellas por mar; que á los navios tenía yo abiertos, a las velas rotas, y perdidas anclas y jarcia, Cables, con las barcas y muchos bastimentos, la gente muy enferma, y todos contritos, y muchos con promesa de religión, y no ninguno sin otros votos y romerías. Muchas veces habían llegado á se confesar los unos a los otros.

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