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que execraciones contra los conspiradores; mas

¡ cuál fué su sorpresa cuando supo que solo circulaban las murmuraciones de su conducta!

Los

presos tenian muchos adictos; el escándalo con que los habian arrestado inspiré el temor de qué Iturbide hiciese reparecer el antiguo despotismo, al que estaba tan acostumbrado, y este fué el pri mer golpe con que se disminuyó el concepto de que gozaba por el prestigio de mirarsele como libertador del pais. Con los presos se manejó muy injustamente, pues con los sugetos que teniam á su mando tropa, fue muy indulgente, como con Bravo, á quien puso muy en breve en libertad, y Barragan, á quien dió por cárcel su propia casa ; pero con los que no la tenian, como Victoria, usé rigor; pues á pesar de que no le resultó la menor. complicidad en la conspiracion, lo mantuvo preso en un calabozo mortífero de un cuartel, hasta que tuvo proporcion de fugarse. A los Ldos. Matoso Ꭹ Morales, acusados tambien, el segundo de conspirador, y el primero de haber hablado mal de Iturbide, pero preso juntamente con los demas y en la misma noche que ellos, los tuvo en la prision hasta que publicó el soberano Congreso su decreto de amnistia. Dije que á Victoria no le resultó la menor complicidad, mas no quise decir que á los demas les resultase: nada apareció legalmente

comprobado en la causa; en la que no apareciéron sino leves indicios contra los presos; mas ni aun estos contra Victoria. Continuemos la nar

racion principal.

Instalacion del Congreso.

Publicada la convocatoria para las Córtes, se determinó su apertura para el dia 24 de Febrero de 1822, en memoria de cumplirse ese dia un año de haber dado Iturbide el grito en Iguala. No perdió tiempo este en mandar agentes á todas las provincias, con el fin de que intrigasen para que Fos diputados saliesen conforme á sus ideas. Ellos, en efecto, ayudados de los serviles, que los hay en todas partes, trabajáron mucho ; pero al fin no pudiéron evitar que los liberales, que tambien hacian por su parte los mayores csfuerzos, colocasen entre los diputados á muchos patriotas ilustrados. Llegó, por fin, el suspirado dia 24, en que se abrió el Congreso. Iturbide temia que desde entonces echaran por tierra el plan de Iguala y tratado de Córdoba. Para evitarlo tomó todas las medidas que juzgó oportunas. Forjó un moelo, para que con arreglo á él se estendiesen los

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poderes de los diputados, y lo remitió á las provincias. En él no se les concedia facultad para variar la forma de gobierno, ni ninguna de las bases del plan de Iguala. La Junta provisional, por un abuso increible y estraordinario de su autoridad, prescribió la fórmula del juramento, que debian prestar los diputados, con arreglo á lo mismo. i Dar la ley una junta provisional, á la legitima y constituyente! Prescribirle las bases y la forma de gobierno que habia de establecer ! Adónde está la libertad de la nacion? ¿ Dónde la protesta que Iturbide hizo en S. Juan del Rio á Victoria y Morales, y que con hipocresía ha repetido tantas veces? No contento aun con estas medidas, se valió tambien de la de inspirar terFor. Al efecto poco antes de la instalacion del Congreso, transportó á Chapultepec (castillo situado al poniente de Mégico en una pequeña altura á distancia de una legua) muchos caudales, municiones y tropa, y se fùé á habitar allí, á pretesto de desempeñar con mas desahogo sus asuntos. El fin que en esto tuvo, fué acabar de infundir al Congreso un terror pánico por medio de la fuerza, si se resistia á jurar el plan de Iguala y tratado de Córdoba.

Medidas que tomó Iturbide para coar tar las facultades de los diputados.

Estas medidas surtiéron todo el efecto que deseaba. Las provincias creyendo que si no estendian los poderes á sus representantes, con arreglo al modefo remitido por Iturbide, tal vez no los admitirian en el Congreso, lo verificáron conforme à él. Sin embargo, cuando se juntáron en Mégico tratáron muchos de ellos de que siendo constituyentes y residiendo en ellos la soberanía de la nacion, no estaban en obligacion de obrar conforme a los poderes en la parte que restringian sus facultades para observar unicamente el plan de Iguala. ¿Quién puede, decian, imponer esta ley al Congreso ó lo que es lo mismo, ¿ quién es superior á la nacion para obligarla á seguir la opinion de un particular, como es Iturbide ? & Es este superior á la nacion, ó la nacion á él ? ¿Acaso la junta provisional? Si esta tenia alguna autoridad era por representar al Congreso. ¿Será ménos este que la figura de su imágen? Todos estos discursos cran muy exactos; pero eran argumentos mas concluyentes las bayonetas de Chapultepec. Los diputados tuviéron que ceder á la fuerza ; jurar el plan de Iguala y tratado do

Córdoba el dia de su instalacion, y esperar ocasion mas oportuna para libertar á Mégico de su tirano.

Conducta mútua del Congreso con Iturbide.

Aquí comienza la época dificil de Mégico. Desde la instalacion del Congreso hasta hoy no se ha visto mas que una continuada lucha entre cl Congreso é Iturbide. Este, pretendiendo, prevalido de la fuerza, esclavizar á la nacion: aquel; por medio de la prudencia, de la política y de la astucia, procurando librarla de su opresor.

Consideraciones por las que Iturbide. sustuvo el Plan de Iguala, y protegió á los capitulados.

Es indispensable para comprender la conducta de Iturbide, aclarar antes dos arcanos que deben haberse percibido en el discurso de nuestra narracion, á saber: ¿por qué se ha tenido tanto cmpeño en sostener el plan de Iguala, aun su

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