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I.

DOS PALABRAS POR VÍA DE INTRODUCCIÓN.

L publicar en París por los años de 1863 sus Ensayos biográficos y de crítica literaria sobre los principales poetas y literatos latino-americanos, D. José María Torres Caicedo, á la sazón encargado de negocios de Venezuela cerca de los Gobiernos de Francia y de los Paises-Bajos, expresábase de esta suerte en la Introducción al primer volumen, escrita ya desde 1855: «No pensamos en trazar ni noticias biográficas completas, para lo cual nos faltan datos, ni formar juicios críticos, para lo cual, además de faltarnos las principales obras de los autores á que nos referimos, nos consideramos escasos de talentos y de luces.» Ocioso me parece decir que la falta de talento y de luces que se atribuye el Sr. Torres Caicedo es mero rasgo de

modestia propio del escritor neogranadino. La obra en cuyos preliminares se encuentran los conceptos que dejo copiados, manifiesta evidentemente que el autor posee las luces y el talento necesarios para sobresalir en cualquier género de labor intelectual. Hecha esta indicación, debida al celoso encomiador de las glorias literarias del nuevo hemisferio, añadiré por qué he recordado sus palabras. Algo afirma en ellas hacia lo cual creo indispensable llamar la atención del lector, no sólo en descargo de mi conciencia, sino para que sirva de disculpa á las omisiones ó errores que pueda hallar en este escrito quien conozca más á fondo que yo la historia y la literatura de la América española.

Duélese Torres Caicedo de no contar con datos y noticias bastantes para trazar biografías completas, y lamenta el carecer de las obras principales de autores á quien se refiere. Si esto le acontecía en París nada menos que al representante oficial de una nación como la República de Venezuela (sugeto diligentísimo nacido y educado en aquellos climas, y que ha debido conocer y tratar á muchos de los que juzga), ¿como no ha de dar en iguales inconvenientes el que escribe donde escasean más aún los elementos de investigación, y tropieza con mayores dificultades para llegar al cono

cimiento exacto de los hombres y de las cosas de tales paises, gracias á la hostilidad y alejamiento en que hemos vivido desde que los pueblos americanos del Sur se declararon independientes de la Metrópoli? Mas por grandes que sean las dificultades que salgan al paso, no he de cejar en el propósito de vencerlas. Sin el libro de Torres Caicedo, que en determinados particulares podrá ser tan incompleto como se quiera, apenas conoceríamos á varios poetas y escritores de quienes habla. Hacer, más o menos cumplidamente, por difundir el conocimiento de obras y de hombres que merecen ser universalmente aplaudidos, redundará siempre en honra suya y de la ilustración general. En este concepto los Ensayos biográficos de Torres Caicedo son de interés sumo y han prestado inapreciable servicio á la fama de los escritores hispano-americanos, sobre todo por haber salido á luz en Francia cuando ésta ocupaba todavía el primer lugar entre las naciones europeas. Séame dado seguir un ejemplo que tengo por útil para propagar en nuestra Península el conocimiento de los escritores y poetas de América, y para mostrar á todos, aun no pudiendo hacerlo respecto de algunos tan cabalmente como fuera de apetecer, que conocemos y apreciamos sus calidades con serena imparcialidad y les profesamos cariñosa

estimación. Empezaré, pues, sin más preámbulos, por dar razón de la vida y de las obras poéticas de D. José Joaquín de Olmedo.

Aficionado yo de antiguo á las producciones de ingenios americanos que había conseguido ver; deseoso de hablar de ellas con el mayor conocimiento posible, pedí noticias de Bello y de Olmedo, hará cosa de veinte años, á mi buen amigo y compañero en la Real Academia Española D. José Joaquín de Mora, que los conoció y trató. Diómelas él, en carta de su puño y letra, del sabio rector de la Universidad de Chile, del insigne Andrés Bello, á quien celebran en todas partes honrándole con el título de príncipe de los escritores y poetas del Nuevo mundo. Al hacerlo así concluía diciéndome: «De Olmedo sé poco, y lo comunicaré en otra ocasión.» Desgraciadamente no pudo llegar esa ocasión, porque muy poco después del ofrecimiento que me hizo Mora una penosa enfermedad le llevó al sepulcro. Habré, pues, de contentarme con utilizar y adobar según se me alcance las noticias relativas á Olmedo que encuentro en la América poética (1), las que con

(1) AMÉRICA POÉTICA. COLECCIÓN ESCOGIDA DE COMPOSICIONES EN VERSO ESCRITAS POR AMERICANOS En el presenTE SIGLO. Val

paraiso, 1846.-La biografía de Olmedo que precede á sus poesías en esta interesantísima colección, obra, según parece, del erudito literato D. Juan María Gutiérrez, no está firmada y ocupa menos de una página en folio.

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