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desórden todos los jefes, oficiales i soldados que habian quedado esperando el resultado de la capitulacion propuesta. Sámano, luego que se vió libre de enemigos, empezó á perseguirlos en todas direcciones: tomó á Calderon, al frances Gullon que habia servido de capitan, i al comandante Aguilar i los fusiló en el acto; prendió al obispo i á otras personas que con escolta remitió á Quito en clase de prisioneros, con lo que quedó evaporada toda la revolucion.

Tal fué, en efecto, el término de esta última retirada, i tal el paradero de la revolucion del año de nueve, entre cuyos errores, desacuerdos i ambiciosos celos, resalta á la postre la perfidia de Sámano, quien, despues de promovida por él la paz, mientras duraban sus apuros, la quebrantó descaradamente para luego cebarse con la sangre de los que llamaba sus hermanos. En medio de los desbarros de esos patriotas que sostuvieron con su sangre i caudales el grito de la independencia, cuentan con el mérito de haberla defendido de lance en lance, i palmo á palmo sus hogares i derechos públicos. VerdeToma, Sanmiguel, Mocha, Latacunga, Jalupana, Panecillo i Sanantonio serán siempre lugares que refresquen la memoria de nuestros próceres, si no gloriosa puesto que no alcanzaron á conquistar la libertad de su patria, á lo ménos grata por haber pensado en ella, por haberla defendido con su sangre, i aun por el simple ensayo de haber lidiado para adquirirla.

La pérdida de los patriotas en la accion de Sanantonio subió á setenta i tres muertos, i mas de docientos heridos: la de los españoles á

veinte muertos i á cincuenta heridos (*); diferencia bien natural en atencion á que estos pelearon parapetados, i los otros á campo razo.

VIII.

El coronel Montúfar logró escapar atravesando caminos penosos hasta llegar a su hacienda de Chillo, donde parando á veces, corriendo en otras i llevando en todas jugada la vida, se conservó por algun tiempo. El teson de sus perseguidores hizo que al cabo le tomaran por febrero de 1813, i fué desterrado á Panamá, donde le sepultaron en un calabozo. El viaje, que se verificó á fines del año, lo hizo calzado de grillos hasta la mitad del camino de tierra. Sirviéndose en Panamá de su caudal, conexiones i simpatias logró evadirse al andar de algun tiempo; i siempre fiel á su causa, siempre ardiendo en deseos de libertar á su patria, le volveremos á ver de nuevo combatiendo entre las filas de los patriotas granadinos que, mas felices que los de estas provincias, aun se mantenian con las armas en la mano contra los realistas.

El coronel Calderon, tan perseverante como su rival Montúfar, pensó despues de la jornada de Sanantonio, pasar á unirse con los patriotas del Cauca abriéndose camino por medio de los realistas que estaban apoderados de Pasto. Dictó, en consecuencia, las órdenes necesarias para el intento i salió de Ibarra el 19 de diciembre. Perseguido inmediatamente, i alcanzado i ven

(*) Correspondencia del jeneral Móntes con el virei del Perú [7 de diciembre.]

cido, fué hecho prisionero, en junta de Aguilar i de Gullon, i conducido á Ibarra, donde le fusilaron el mismo dia. Sus compañeros i otros subalternos corrieron igual suerte.

Otros jefes, oficiales i soldados del ejército patriota, se dispersaron por las selvas de Malbucho, tambien con ánimo de abrirse paso para Buenaventura i seguir combatiendo en N. Granada. Aun sostuvieron varios encuentros con las partidas que los persiguieron cuando ya habian tocado en la costa, i con algunas ventajas, hasta que, favorecidos los realitas de Barbacóas i Tumaco por fuerzas procedentes de Panamá, fueron los mas tomados prisioneros. Entre estos cayeron el coronel don Nicolas de la Peña, su esposa doña Rosa Zárate (Canóvas), Ponton, Guerra i Canchingre, despues de haber sido totalmente aniquiladas las tropas. Ponton murió en la canoa en que le conducian para Tumaco, Canchingre en el calabozo, i Peña í su esposa fueron fusilados, como lo dijimos antes; añadiendo ahora que lo fueron de őrden espresa de don Toribio Móntes (24). Peña tenia la recomendacion de ser nieto del sabio don Pedro Vicente Maldonado, i padre del malogrado jóven don Antonio.

En Pasto fueron fusilados Caicedo, el presidente del Cauca que, como dijimos, fué tomado prisionero despues de la accion de Catambuco, i Macaulay.

Nada diremos de los robos i mas tropelías cometidas despues del triunfo de Sámano, porque bien luego trascribiremos las mismas palabras con que el jeneral Móntes le inculpó á este respecto, con motivo de otros exesos, tal vez mayores, que

fué á permitir, cuando no autorizar, en la desgra ciada Popayan.

El marques de Selva Alegre fué preso i escol tado hasta Loja, lugar de su confinamiento por órden de 5 de diciembre de 1812. El marques de Villa Orellana i el comandante Checa tuvieron tambien por confinamiento la misma ciudad; mas cuantos prisioneros de guerra paraban en Cuenca fueron puestos en libertad, i aun se les permitió que volvieran á sus hogarres, apénas terminada la campaña de Sámano.

Las persecuciones se estendieron tambien á las otras provincias, de donde fueron desterradas muchas personas á diversos puntos. La confiscacion de bienes fué jeneral con respecto á cuantos insurjentes tenian propiedades; pues si Móntes se mostró humano i jeneroso perdonando la vida, contemporizando con los desterrados ó confinados, cuando pedian descanso, i aun haciendo quitar los grillos cuando se lastimaban las canillas ó se enfermaban, fué tambien por demas severo en punto á multas i contribuciones.

Esta campaña del jeneral Móntes fué organi zada con el donativo de cien mil pesos, hecho por el prior i cónsules del real tribunal de comercio de Lima; i su gobierno, por el buen éxito de ella, le honró con la Gran Cruz de Isabel.

CAPTULO IV.

Juramento de la constitucion española.-Sámano parte para Popayan.-Combates de Palo-gordo i Cañas. - Procedimientos de Sámano. - Correspondencia de los jenerales Nariño i Montes.-Campaña de Nariño.-Combates de Palacé i Calibio.-Destitucion de Sámano.-Nariño atraviesa el Juanambú.-Combate de Cebóllas.-Prision de Nariño. -Vidaurrázaga en Popayan.

I.

Andando ya el mayo de 1813 recibió el presidente de Quito la constitucion que el pueblo español se habia dado en el año anterior. Esta constitucion, que puede conceptuarse como el primer paso que dió en este siglo aquel pueblo soberbio, al par que heróico, por el camino de la libertad, constitucion formada en unas cortes á las cuales habian concurrido tambien ya los diputados americanos, i que, á venir á estas colonias unos veinte años antes, habria vinculado tal vez sagrada é inviolablemente á la América con la España; llegó para nuestros padres tarde, fuera de tiempo, cuando ya la primera vivia enconada, exaltada, por no

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