Porque á pedir de boca le venían; Mas claveles no son los que solían, Y en los labios de antaño No hay claveles ogaño;
Pero, para deciros su alabanza, Conceptillo mejor mi ingenio alcanza, Y tanto, que con otro no se mide: Es tan linda su boca, que no pide.
Pedro Calderón de la Barca
Ruiseñor que volando vas, Cantando finezas, cantando favores, ¡Oh cuánta pena y envidia me das! Pero no; que si hoy cantas amores, Tú tendrás celos y tú llorarás.
¡Qué alegre y desvanecido
Cantas, dulce ruiseñor, Las venturas de tu amor, Olvidado de tu olvido! En ti, de ti entretenido Al ver cuán ufano estás, ¡Oh cuanta pena me das Publicando tus favores!
Pero no, que si hoy cantas amores, Tú tendrás celos y tú llorarás.
DÉCIMA: Á LOPE DE VEGA CARPIO
Aunque la persecución De la envidia tema el sabio, No reciba della agravio;
Aquel ruiseñor amante Es quien respuesta me da, Enamorando constante A su consorte, que está Un ramo más adelante. Calla, ruiseñor; no aquí Imaginar me hagas ya, Por las quejas que te oí, Cómo un hombre sentirá, Si siente un pájaro así. Mas no: una vid fué lasciva, Que buscando fugitiva
Va el tronco donde se enlace, Siendo el verdor con que abrace El peso con que derriba. No así con verdes abrazos Me hagas pensar en quien amas, Vid; que dudaré en tus lazos, Si así abrazan unas ramas, Cómo enraman unos brazos. Y si no es la vid, será
Aquel girasol, que está Viendo cara á cara al sol,
EL ALCALDE DE ZALAMEA (CONSEJO DE CRESPO Á SU HIJO)
Por la gracia de Dios, Juan,
Eres de linaje limpio
Más que el sol, pero villano:
Lo uno y lo otro te digo, Aquello, porque no humilles Tanto tu orgullo y tu brío, Que dejes, desconfiado,
De aspirar con cuerdo arbitrio A ser más; lo otro, porqué
No vengas, desvanecido,
A ser menos: igualmente Usa de entrambos designios Con humildad; porque siendo Humilde, con recto juicio. Acordarás lo mejor; Y como tal, en olvido
Pondrás cosas que suceden Al revés en los altivos. ¡Cuántos, teniendo en el mundo Algún defecto consigo,
Le han borrado por humildes ! Y já cuántos, que no han tenido Defecto, se le han hallado,
Por estar ellos mal vistos! Sé cortés sobremanera, Sé liberal y esparcido; Que el sombrero y el dinero Son los que hacen los amigos; Y no vale tanto el oro
Que el sol engendra en el indio Suelo y que conduce el mar, Como ser uno bienquisto
No hables mal de las mujeres: La más humilde, te digo Que es digna de estimación, Porque, al fin, dellas nacimos.
No entres, Señor, con vuestro siervo en juicio! Un gemido la primera
Salva fué que al mundo hicimos,
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