Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Independencia, de los reveses espantosos de 1814, y de los triunfos inmortales de San Felix, Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junin y Ayacucho: recordó á sus invictos compañeros de armas, tan leales á la causa santa de la patria, tan valientes en el campo de honor, modelos de abnegacion y de virtud: vió á la Europa, asombrada de nuestros martirios y de nuestra constancia, obligada á reconocer nuestras nacionalidades; y á la musa de la historia trasmitiendo, en deliquios de entusiasmo, á las remotas generaciones, los prodigios de nuestros guerreros ciudadanos, de los soldados de la libertad sud-americana. "Venimos venciendo desde las costas del Atlantico, dijo, y en quince años de una lucha de gigantes, hemos derrocado el edificio de la tiranía, formado tranquilamente en tres siglos de usurpacion y de violencia. Las míseras reliquias de los Señores de este mundo estaban destinadas á la mas degradante esclavitud; ¡cuanto no debe ser nuestro gozo al ver tantos millones de hombres restituidos á sus derechos por nuestra perseverancia y nuestro esfuerzo! En cuanto á mí, de pié sobre esta mole de plata, que se llama Potosí, y cuyas venas riquisimas fueron trescientos años el erario de la España, yo estimo en nada esta opulencia, cuando la comparo con la gloria de haber traido victorioso el estandarte de la libertad desde las playas ardientes del Orinoco, Į ara fijarlo aquí, en el pico de esta montaña, cuyo seno es el asombro y la envidia del Universo."

Elevado á tan vertiginosa altura, hubo de despeñarse Bolívar, á quien deslumbraba la gloria y empu jaba el entusiasmo; la grandeza misma de su genio contribuia á precipitarle; habiendo osado acometer y llevado á feliz término la empresa mas extraordinaria, todo lo creia hacedero, olvidando ó teniendo en menos los insuperables obstaculos, que á sus vastisimos y mal calculados planes opondrian el tiempo, los lugares, los

intereses, las opiniones, los hombres, la naturaleza de las cosas y su propio caracter. l'ara completar y consolidar la independencia de la América española con las armas, que le habian dado tan señalados triunfos, quiso enviar una expedicion á Chiloé, cuyo gobierno habia estado dependiente del vireinato del Perú; ofreció su espada á Buenos Aires, que estaba en guerra con el Emperador del Brasil por la posesion del Uruguay, y preparó una expedicion libertadora de Cuba. Mas la infortunada reina de las Antillas no llegó á recibir los auxilios, que esperaba de las repúblicas españolas, agitadas en breve por discordias duraderas; Chile se apresuró á tomar posesion del vecino archipielago, y la mayoría de los argentinos estuvo poco dispuesta á recibir la proteccion de un auxiliar, que intentaria avasallar

los.

A falta de empresas guerreras se consagró Bolívar á desmesuradas conbinaciones políticas, pretendiendo llevar á cabo una confederacion de los Andes tan extensa, como la de los Estados Unidos, y con una constitucion mas unitaria, que al mismo tiempo preservara á la América española de la inminente anarquía y le permitiria resistir á la Santa Alianza. El nuevo estado, formado en el Alto Perú bajo su influencia mas ó menos directa, y que habia tomado su nombre, le pareció la primera piedra para sus gigantescos proyectos, no obstante las repugnancias y tristes presentimientos de Sucre. El Gran Mariscal de Ayacucho, que reusaba pasar el Desaguadero y ser el gefe de aquella expedicion, habia pedido con insistencia instrucciones esplícitas desde Huamanga, Andahuailas y Puno acerca de la organizacion de las provincias proximas á ser libertadas. Aconsejado é instado á su vez por Don Casimiro Olañeta penetró en el Alto Perú, ocupó La Paz el. 7 de febrero de 1825, y tres dias despues decretó la reunion de una asamblea constituyente para el 13 de abril

1

en Oruro. Al mismo tiempo y con el mismo designio de asegurar el orden se acercaba Arenales con fuerzas y autorizacion del gobierno argentino. Como ambos generales eran igualmente moderados y discretos, no tardaron en ponerse de acuerdo y los diputados del Alto Perú pudieron tener la confianza de que nadie se opondria á su independencia, mucho mas, cuando el Congreso del Perú desde febrero y el de Buenos Aires mas tarde reconocieron explicitamente su derecho, y Buenos Aires, que luchaba con el desconcierto de sus provincias, no tenia interés, ni medios de renovar la dominacion alcanzada en la última epoca del coloniage sobre un territorio vastisimo y mas poblado, que el resto de su vireinato.

Por cuanto la independencia del Alto Perú contrariaba sus secretos planes, de saprobó Bolívar los pasos avanzados de Sucre; pero, llegando su desaprobacion, cuando ya estaban principiadas las elecciones de diputados para la asamblea constituyente, y Buenos Aires habia aceptado explicitamente la independencia del Alto Perú, no tuvieron mas efecto, que retardar la instalacion de aquel cuerpo hasta el 10 de julio, dia en que se reunió solemnemente en Chuquisaca. Todavia quiso el Libertador coactar las resoluciones de aquellos representantes con el siguiente decreto:

Considerando:

1.° Que el Soberano Congreso del Perú ha manifestado en sus sesiones el mas grande desprendimiento en todo lo relativo á su propia política, y á la de sus vecinos.

2.° Que su resolucion de 23 de Febrero del presente año manifiesta esplícitamente el respeto, que profesa á los derechos de la República del Rio de la Plata y provincias del Alto Perú.

3. Que el gran mariscal de Ayacucho, general en gefe del Ejercito Libertador, convocó al entrar en el

territorio de las provincias del Alto Perú, una asamblea de representantes.

4. Que el gran mariscal D. Juan Antonio Alva rez de Arenales me ha manifestado que "el Poder Ejecutivo de las provincias unidas del Rio de la Plata le ha prevenido colocase aquellas provincias en aptitud de pronunciarse libremente sobre sus intereses y gobierno."

5.° Que el objeto de la guerra de Colombia y el Perú ha sido romper las cadenas, que oprimian á los pueblos americanos, para que reasuman las augustas funciones de la soberanía, y decidan legal, pacifica y competentemente de su propia suerte;

He venido en decretar y decreto:

1° Las provincias del Alto Perú, antes españolas, se reuniran conforme al decreto del gran mariscal de Ayacucho, en una asamblea general para espresar li bremente en ella su voluntad sobre sus intereses y gobierno, conforme al deseo del Poder Ejecutivo de las provincias unidas del Rio de la Plata y de las mismas dichas provincias.

2. La deliberacion de esta asamblea no recibirá ninguna sancion hasta la instalación del nuevo Congreso del Perú en el año próximo.

3. Las provincias del Alto Perú quedaran entre tanto sujetas á la autoridad inmediata del gran mariscal de Ayacucho, general en gefe del Ejército Liberta dor, Antonio José de Sucre.

4.° La resolucion del Soberano Congreso del Perú de 23 de Febrero citado será cumplida en todas sus partes sin la menor alteracion.

5. Las provincias del Alto Perú no reconocen otro centro de autoridad por ahora y hasta la instalacion del nuevo Congreso peruano, sino del Gobierno

Supremo de esta República.

6. El secretario general queda encargado de la ejecucion de este decreto.

Imprímase, publíquese y circúlese.-Dado en el cuartel general de Arequipa, á 16 de Mayo de 1825.6.° y 4.0-Simon Bolivar-Por S. E.-José Gabriel Perez.

Procediendo con suma circunspeccion, pero sin abjurar sus derechos, la asamblea de Chuquisaca proclamó la independencia del Alto Perú de todos las naciones, tanto del viejo, como del nuevo mundo, el 6 de agos to, despues de implorar la asistencia del Hacedor Santo del orbe y de atestiguar la tranquilidad de su conciencia. El nuevo estado fué inaugurado con el nombre de Bolívar, que luego se cambió en Bolívia; reconoció al Libertador por padre, protector y presidente; decretó en su honor lápidas, medallas y estatuas, y lo que para él era mas satisfactorio, le encargó la formacion de la constitucion boliviana. En ese codigo pensaba el futuro legislador echar las mas solidas bases de su soñada y unitaria confederacion. Habiendose aplazado la reunion de una nueva asamblea para mayo de 1826, creyó Bolivar llegada la oportunidad de asegurar la ejecucion de sus planes en el Perú, dejando el gobierno de Bolívia en manos de Sucre, con plena autorizacion del Congreso boliviano, que le honró tambien con decretos de medalla y estatua y con dar el nombre de Sucre á Chuquisaca. Para la se guridad de su gobierno se habia decretado, que permanecieran en el Alto Perú dos mil colombianos, y se habian reconocido sus servicios recompensando al ejército libertador con un millon pesos.

Entre tanto el Consejo de gobierno secundaba en el Perú los proyectos de Bolivar con inteligente celo. Conforme al decreto del Libertador anticipó la eunion del Congreso para el 10 de febrero de 1826;

« AnteriorContinuar »