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o que los guerreros propiamente tales, ocupados sin descanso en los asuntos de la guerra, así suyos como del enemigo, no tienen mui largo tiempo, cuanto mas voluntad, para dormir; Bolívar, si no del todo despierto, se hallaba a lo mas a duerme i vela cuando Renováles hablaba con Santander. Medio conociendo por la voz de aquel su acento peninsular, entró en desconfianza primero, luego en mas fundados recelos i, dejando la hamaca, se retiró casi desnudo. Poco despues oyó la descarga de fusileria i, conceptuando que sus tropas se hallaban envueltas por las enemigas, fugó, Dios sabe cómo, sin atreverse a descubrir lo que habia de cierto. Su campamento se llenó igualmente de confusion al estruendo de la descarga, i mas aun a causa de la misma incertidumbre del suceso, de los asesinatos cometidos en las personas del capellan, frai Esteban Prado, i de los coroneles Salcedo i Galindo, los que dormian al lado del Libertador, i de la desaparicion de este a quien le tuvieron por arrebatado por los enemigos. I cierto que con semejantes sucesos cada uno debia discurrir a su albedrio, sin acertar por eso con la verdad, ni a prevenirse como convenia para cuando se aclararan las cosas. En esta confusion asomó al fin la luz del dia, sin que hasta entónces, como decimos, se hubiese tomado ninguna providencia; i Zaraza, a pesar de los esfuerzos que hizo, no pudo resistir a López que se presentó con sus tropas al amanecer. Los que no fueron pasados a cuchillo en el combate, cayeron prisioneros, i luego fusilados sin compasion por orden del pacificador, jeneral Morillo. Los poquísimos que lograron fugar de tan tremendo lance, en

contraron en su camino al Libertador i llegaron juntos a Calabozo.

El jeneral Paez, entre tanto, se habia apoderado de Sancárlos, corta compensacion de la derrota de Bolívar. Tuvo luego un encuentro con La Torre en Cojedes que, aunque de no mui clara decision, los resultados fueron favorables al capitan español. Verdad sí que aquel jeneral no dejó despojos ningunos ni fué perseguido, a lo cual debió el poder retirarse ordenadamente hácia el Apure.

Cuando Bolívar se hallaba en Sanfernando, recibió por boca del mismo Cedeño la mala noticia de que iba derrotado por Moráles, i la de haberse perdido Calabozo; desgracias que apuraron mas la mala situacion del Libertador. Por fortuna, no fueron mayores las consecuencias que brotaron, porque el activo Paez cayó sobre Moráles i le obligó a encerrarse en Sombrero.

XVIII.

Tantas desgracias agolpadas una tras otra no abatieron la altivez ni ecuanimidad que distinguian a Bolivar, sino que las recibió con serenidad i resignacion. Retrocedió pues al oriente, para Angostura, llevando en su comitiva a Cedeño, Soublette, Santander i otros capitanes. Zaraza volvió a su antiguo teatro de operaciones, i Paez quedó encargado de la defensa de Apure con su brillante caballeria.

Veámos cuál era el estado de las provincias de donde Bolívar pensaba sacar ausilios.

La invicta Margarita se hallaba ya libre, merced a los esfuerzos nunca bien pintados de

sus moradores que, no contentos de haberse defendido, infestaban con sus buquecillos las posesiones españolas de las Antillas. Cierto que Barcelona paraba en poder del enemigo; mas por las llanuras la amenazaban los cuerpos francos de Monágas, i por las costas padecia cruelmente con los ataques de los corsarios. Tampoco faltaban guerrillas que impedian su comunicacion con Cumaná.

Tambien esta provincia se hallaba toda ella en poder de los realistas, despues de haber corrido diversas suertes, a veces libre, esclava de nuevo a veces; i esto debido principalmente a la falta de union i armonia entre Mariño i Bermúdez, el cual, en resolucion, tuvo tambien que venirse para Angostura a entenderse con el Libertador.

Tan luego como este entró en Angostura se ocupó en arreglar el gobierno civil, dando al efecto los decretos conducentes para la ejecucion. Dias despues pasó por el contento de ver llegar la escuadra republicana con el almirante Brion, quien venia de recorrer las islas estranjeras donde pensaba embarcar los soldados europeos que se habian comprometido a dar los ingleses English i Elson, mediante ciertos arreglos i condiciones ajustadas desde ántes. Verdad es que Brion no los hallo, pero volvia con la noticia bien lisonjera de que llegarian en breve, i volvia trayéndose varios elementos de guerra que fueron de grandísima utilidad.

Pasando luego Bolívar a los negocios de guerra olvidó sus resentimientos con Mariño, i le nombró comandante jeneral de operaciones en Cumaná, asegurándole que no se acordaria

de lo pasado para nada, i amonestándole, a nombre de la patria, que la consagrase sus servicios i desvelos. Mandó organizar activamente en Upata los batallones que conocimos con los nombres Rifles i Granaderos, aparte de otro que se organizó tambien en Angostura i los pueblos de Barcelona inmediatos al Orinoco. Monágas, Zaraza i Cedeño aumentaban igualmente sus escuadrones; se trabajaban vestuarios, se acopiaban municiones de boca i guerra, i toda la Guayana fué convertida en arsenal.

1818. Cuando ya tan buenos elementos le daban esperanzas de salir bien pronto en busca de Morillo, supo que el ejército de Apure habia desconocido su autoridad proclamando a Paez Jeneral en jefe i director supremo, por instigacion del coronel ingles Wilson, llegado poco ántes a Angostura con un cuerpo de caballeria de su nacion. El Libertador improbó con airado enojo aquel acto de rebelion i dictó órdenes mui enérjicas a fin de sufocarla, i como Wilson llevara su osadia hasta el extremo de bajar a la Guayana por aumentar parciales a su causa, mandó Bolívar que le prendiesen i juzgasen, i dada la sentencia le despidió del servicio de la república. Si esto no fué suficiente para imponer a los rebeldes, que aun quedaron fluctuando entre obedecer o alzarse a las claras, Bolívar salvó a lo ménos la dignidad del gobierno.

Por este tiempo recibió el Libertador un comisionado procedente de Casanare que habia ido a informarle del estado de esta provincia, i pedirle un capitan que se encargara del mando en jefe de las tropas. Bolívar, que mantenia desde mui atras sus designios con respecto a N.

Granada, recibió al comisionado con alborozo, ascendió a Santander a jeneral de brigada i le despachó con armas, municiones i algunos jefes de su ejército.

Bermúdez en Riocaribe, i Mariño en Cariaco habian sido vencidos por los realistas, a causa de que, obrando contra las instrucciones de Bolívar, tomaran los caminos de Sanfrancisco i Caripe. Estos desgraciados sucesos que vinieron a desconcertar el proyecto de Bolívar de reunirse con la division de Mariño para activar las operaciones del sitio de Cumaná, le obligaron a conservarse en Angostura.

Hombre de gran aliento, como era, los olvido de luego a luego, i conceptuando los provechos que daria un gobierno legal, convocó sobre la marcha un congreso que proclamase la república i estableciese sus fundamentos. Sometió sus ideas al consejo de Estado, diciéndole, entre otras cosas: "Aunque no ha llegado el momento en que nuestra aflijida patria goce de la tranquilidad que se requiere para deliberar con intelijencia i acierto, podemos sin embargo anticipar todos los pasos que aceleren la marcha de la restauración de nuestras instituciones republicanas. Por ardua que parezca esta empresa no deben detenernos los obstáculos: otros infinitamente mayores hemos superado, i nada parece imposible para hombres que lo han sacrificado todo por conseguir la libertad. En tanto que nuestros guerreros combaten, que nuestros ciudadanos pacíficos ejerzan las augustas funciones de la soberanía." El congreso fué convocado para el febrero del año entrante.

Temiendo luego que tantos esfuerzos i sacri

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