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con unos cuantos vecinos ingleses, junto con el Intendente de Policía y otros oficiales de dicha policía de Tacna: que estaba escribiendo un escribano público, y que había algún debate so

bre cosa de abrir puertas violentamente. Cuando dicho declarante hubo pasado hora y media en el Consulado, el Intendente de Policía dió órden á un herrero, que estaba allí, de practicar una entrada, y al ponerse á romper la obra de fierro de la puerta grande, que conduce á la espalda del Consulado, la tropa (con órden ó sin ella ignora el declarante) cargó sus armas, como si en aquel instante hubiesen ido á tomar una plaza fuerte por asalto: viendo lo difícil que sería el entrar por la antedicha puerta, abrieron otra que conducía desde la oficina consular, arrancando el herrero la cerradura, y entónces el Cónsul intimó con serenidad á la Policía, que no sería necesario mandar destruir mas cerraduras, que él haría abrir las puertas de su casa para que entrasen, pues deseaba minorar en lo posible el susto que habían ocasionado á su esposa y familia.

Que habiéndose ejecutado la pesquisa sin encontrar al señor Salkeld, las tropas salieron del Consulado y el gentío que estaba en la calle se dispersó.

Así concluyó á presencia de José Stringfellow y de Guillermo. Juan Stokes, testigos.

Firmado-Matías Hamilton D. M.-José Stringfellow, tenedor de libros-Guillermo Juan Stokes, idem.

Ante mí, prestado el juramento, en Tacna, en 16 de Julio del año de Nuestro Señor, 1844.

Hugo Wilson,
Cónsul de Su Majestad.

A los diez y seis días de Julio, del año de Nuestro Señor, 1844: ante mí, Hugo Wilson, Cónsul de S. M. para el puerto de Arica, compareció don Jorge Henrique Luis Fernández, tenedor de libros, natural de Wakefield, en el condado de York, de veinte años de edad, súbdito de S. M. y en el día residente en esta ciudad de Tacna, quien habiendo debidamente prestado juramento sobre los Santos Evangelistas de Dios Omnipotente, declaró expontáneamente como sigue, á saber:

Que en la noche del 19 de Junio próximo pasado, el decla

rante vió que pasaba un cuerpo de soldados armados, como unos veinte más o menos, formados en frente del Consulado de S. M., cuyas puertas estaban cerradas.

Que en 20 de Junio próximo pasado, por la mañana, pasando el declarante por el Consulado á eso de las once, notó que una tropa de soldados estaba formada en el patio, y un centinela en la puerta de la calle; que su inquietud y curiosidad excitada al reflexionar en las futuras intenciones del General Prefecto Iguain, volvió á ir al Consulado á las dos de la tarde, y se quedó allí como una hora, durante cuyo tiempo el patio se hallaba atestado de soldados y de plebe, que se estaban portando de una manera muy indecente é insultante, expuestos á cometer cualquier desacato; los primeros no obedecían á sus jefes, y tan vocingleros en exclamaciones que el declarante vaticinó las más sérias consecuencias. Mientras pasaba esto, el Cónsul de S. M. estaba en comunicación con el Intendente de Policía y otras autoridades que estaban allí entónces.

Que el Intendente de Policía dió órden de abrir por fuerza las puertas de la casa del Cónsul para buscar á don Federico Salkeld, comerciante inglés: el pueblo y los soldados recibieron esta órden con muchas muestras de placer; los herreros principiaron sus operaciones, y procuraron abrir por fuerza una puerta grande que conducía á la espalda de la casa del Cónsul; más no pudieron verificarlo despues de muchos infructuosos esfuerzos: entónces les mandó el Intendente que abriesen una puerta que daba desde la oficina del Cónsul á otro aposento, lo cual fué ejecutado, y se hizo un riguroso examen; que el Cónsul á fin de aquietar los temores de su familia, les permitió que entrasen á los demás aposentos de su casa, cuya pesquisa resultó infructuosa: al anunciar á los soldados y al pueblo, que estaban en el patio, alguno de ellos que habían estado mirando por el agujero de la llave y las hendeduras de la puerta grande, que habían procurado, pero en vano, abrir por fuerza, djieron á gritos, que ellos vieron al señor Salkeld atravesar el patio interior: á consecuencia de este aviso se practicó un segundo registro; pero con el mismo resultado que el primero.

Que dicho declarante se retiró inmediatamente del Consulado despues de lo que ya no se cometió ninguna violencia; que la conducta y el semblante de los soldados y la plebe fué de naturaleza, á no engañarse uno sobre las apariencias, igualmente indecente é insultante en manifiesta provocación contra el pabellón británico que flameaba encima de la puerta.

Así concluyó en presencia de José Stringfellow y de Guillermo Juan Stokes, testigos.

Firmado Jorge Henrique Luis Fernandez.-Firmado-José Stringfellow, tenedor de libros.-Firmado-Guillermo Juan Stokes, idem.

Prestó juramento ante mí, en Tacna, en 16 de Julio del año de Nusstro Señor, 1844.

Hugo Wilson,
Cónsul de Su Majestad.

En diez y seis de Julio del año de Nuestro Señor, mil ochocientos cuarenta y cuatro, ante mí, Hugo Wilson, Cónsul de S. M. para el puerto de Arica, pareció don Juan M. Dermott, miembro del real colegio de cirujanos de Londres, Irlandés, de cuarenta y dos años de edad, súbdito de S. M. y al presente residente en esta ciudad de Tacna, quien habiendo prestado juramento en debida forma sobre los Santos Evangelistas de Dios Omnipotente, declaró expontáneamente en la siguiente manera, á saber:

Que en 19 de Junio próximo pasado, á cosa de las nueve, cuando el declarante regresaba á su domicilio, que está junto al Consulado, observó que había mucho gentío en la calle y fuerza armada en frente de la casa del Cónsul y que él entró inmediatamente por la puerta de atrás y encontró á la esposa y demás familia muy asustadas; que se le dijo que los soldados querían entrar por fuerza con sus fusiles y que luego después se retiraron; que se anunciaba que el General Prefecto Iguain tenía ánimo de entrar á viva fuerza en el Consulado al siguiente día á las ocho;

.........; que la rabia del Prefecto no se podía contener; pero, con todo, la noche se pasó en tranquilidad.

Que el día 20 de Junio, por la mañana, el declarante salió de su domicilio, muy poco después de las siete, y que haciendo las visitas de su profesión, vino casualmente á pasar por la Prefectura, y notó que una partida de milicianos de la ciudad estaba sobre las armas en frente de dicha Prefectura, y le pareció que estaban cargando sus fusiles; que á eso de las ocho y media volvió á su casa y encontró que la fuerza armada estaba en frente del consulado, que él entró por un momento en su casa, y cuando iba á salir en compañía de don Santiago Hansworth, un cen

tinela corrió á su puerta y le suplicó no saliese: el declarante entró en explicaciones con el soldado, y le dijo que sabía muy bien que el era un médico práctico, y le preguntó, por qué motivo le impedía salir: el soldado entónces levantó un fusil con aire amenazador y dijo: que el declarante era un ... .. y que lo golpearía: que el Intendente pasaba en el momento por casualidad y que lo puso en libertad.

........

Que serían las tres cuando el Intendente volvió con dos oficiales, un escribano y dos herreros, la fuerza armada formaba la línea con bayonetas caladas, y después de algunos preliminares, principiaron á abrir por fuerza la puerta interior, la que experimentaron que estaba demasiado árdua, pues estaba bien asegurada de parte de adentro: entónces quebrantaron otra puerta que daba á la oficina consular; que el Cónsul les dijo inmediatamente que no pasara adelante la violencia, y procedió á franquearles la entrada á los demás aposentos: buscaron inútil. mente á don Federico Salkeld, comerciante británico de esta ciudad, y luego se retiró la fuerza armada.

Así concluyó en presencia de José Stringfellow, Guillermo J. Stokes, testigos.

Firmado-Juan M. Dermot.-Firmado.-José Stringfellow y Guillermo Juan Stokes, tenedores de libros.

Prestó el juramenlo anto ante mí, en Tacna, en 16 de Julio del año de Nuestro Señor, 1844.

Hugo Wilson,
Cónsul de Su Majestad.

En 16 de Julio del año de Nuestro Señor, 1844, ante mí, Hugo Wilson, Cónsul de Su Majestad, compareció don Murdock, tenedor de libro, natural de Londres, en el condado de Middlesex, de 20 años de edad, súbdito de S. M. B. y en la actualidad residente en esta ciudad de Tacna, quien habiendo prestado juramento en debida forma sobre los Santos Evangelistas de Dios Omnipo tente, declaró expontáneamente, como sigue:

Que en 20 de Junio próximo pasado dicho declarante supo que las autoridades de esta ciudad iban á atropellar el Consulado de S. M. con el objeto de capturar allí al súbdito británico don Federico Salkeld; que se dirigió á cosa de las ocho y media

al Consulado Británico, sobre el cual flameaba la bandera roja británica; que él observó algunos soldados y haraganes, y que la casa consular la guarnecían centinelas en cada extremidad; que sus violentos procedimientos ocasionaron mucho 'alboroto por toda la ciudad; que todo aquel día el declarante hizo reiteradas visitas al Consulado, sintiendo harta inquietud al reflexionar de que manera concluirían aquellos negocios; que volvió á venir al Consulado á eso de las tres de la tarde, en donde, á poco minutos de su llegada, acudieron refuerzos de hombres armados, quienes juntamente con los que ya se hallaban allí, fueron formados en línea, y se les mandó calar bayonetas, lo que fué ejecutado; que el Intendente de Policía, acompañado de otros oficiales, y de dos herreros, mandó que la puerta grande que conducía á las piezas vacías de la espalda del Consulado fuese abierta á la fuerza, cosa que intentó en vano ejecutar uno de los herreros, porque dicha puerta había sido firmemente asegurada por la parte de adentro: entónces ellos procedieron á abrir violentamente otra puerta que comunicaba con la oficina consular; que el Cónsul, á fin de poner coto á semejante destrucción, consintió en que registrasen los demás aposentos de su casa y que mientras el declarante permaneció allí, dos veces fué pesquisado el Consulado sin lograr el apetecido resultado, cmo que no se debía encontrar allí la persona de don Federico Salkeld.

Que en el curso de todo aquel día tanto la Guardia Nacional armada, como la plebe, manifestaron propender y estar dispuestas á ejecutar una asonada.

Concluido de este modo en presencia de José Stringfellow y Guillermo Juan Stokes, testigos.

Firmado-Don Murdock.-Firmado-José Stringfellow, Guilermo Juan Stokes, tenedores de libros.

Prestado el juramento ante mí, en Tacna, en 16 de Julio del año de Nuestro Señor, 1844.

Hugo Wilson,
Cónsul de Su Majestad.

En 16 de Julio del año de Nuestro Señor, 1844, ante mí, Hugo Wilson, Cónsul de S. M. para el puerto de Arica, pareció don José Sothers, comerciante, natural de Gravesend, de 29 años de

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