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fecho Hernando Cortes, que las pernadas que a tirado es bien que lo sepa Vuestra Magestad, quando echó aquella letra en aquel xuego de cañas que se fizo un día de La Madalena, o cesar o vychil, e viendo Dios que aquel derecho no era suyo, permytió que antes que se echase la caña cayese del caballo e se quebrase el brazo derecho e quedó ynútil; agradezcaselo Vuestra Magestad por esta falta, que' oy se nombrara Rey de la Nueva España, segund lo que declaraba de cada día.

Tan buena razon fué quando le llegaron las provysiones de gobierno e dixo en presencia de muchos, «no piense el Rey que me a dengañar con sus provysiones, » e bien declaraba él lo que traya fecho, pues se rescelaba e traya espías e escuchas en la Córte que le daban aviso de cómo estaba con él Vuestra Magestad, carteándose con él e con ellos en latin, e pregonándose las provysiones, llegando al paso en que descía Vuestra Magestad «fágalo Mi Gobernador cuanto mi voluntad fuere,» respondió él de presto, «e por quanto Hernando Cortes qui»siere;» pues diga Rodrigo Saltillo el artillero si quando se paseaba con Hernando Cortes en la huerta de Suyoacan si le dixo Rodrigo Saltillo <todo esto es por`demás, que de morir tengo Rey, »e quien otra cosa me opusiere, en el campo me >fallará.>

E con este pensamiento queriendo ya encumbrar en su dañada opynion, fizo las tres conxuraciones: la primera en el aposento viexo quando pydió los yndios a Montezuma para que matasen a Francisco Pinelo, porque no quiso ser en ella contra Vuestra Magestad e los yndios se fueron a matar en Tepeaca.

La segunda conxuracion fué en Temyxtitan quando partió la otra con dos Alcaldes e ocho Regidores, que le ayudasen a no dar la Tierra a Vuestra Magestad.

La tercera conxuracion fué en la plaza de Suyoacan delante del Altar con el libro de los Evangelios en la mano, tomando la xura a los Capitanes que le ayudasen a defender aquellos Reynos fasta perder las vidas de todos quantos fuesen a pedirlos de Castilla, e este dia a los que abia fecho duques e condes, armoles caballeros e echóles su bendycion:

Pues para engañar a Vuestra Magestad a ymbocar a los ordynarios daqueste Consexo, pydionos tres vezes las firmas en blanco, e no queriendo firmar los conquistadores, firmaban sus valedores e paniaguados e sus Alcaldes en nombre de todos, e encima daquellas firmas escrebia a Vuestra Magestad las mentiras e engaños de que a usado fasta oy; bien caro nos a costado a los > conquistadores no querer firmar en blanco ni en las conxuraciones ser contra Vuestra Magestad,

porque allí nos señaló a todos por escripto, que de quynientos que fuimos los primeros conquistadores, no a dexado a vida Hernando Cortes que oy sean vivos, ciento e quarenta; e destos, muchos dellos azotados e avergonzados e los demas desterrados de la Nueva España; e quando mas cruel se mostró fué en el año de veynte e tres en el mes de Abril, quando fizo los cinco alardes de la gente; e por fuerza los embió a la Costa del Sur e de los que no quysieron yr finchó la carcel e los desterró de la tierra porque no declarásemos sus trayciones e bellaquerías al Presidente que nos descia a la sazon que Vuestra Magestad nos embiaba; e con esto fué tan turbado como el Rey Herodes con la Natyvidad del Niño Jesus; en estas obras entendia Hernando Cortes desque se apoderó daquella mala nacion de gente Destremadura que dacá le fué quando. le llevaron el navío cargado darmas, quél los abia embiado a llamar por una su Carta que truxo en Castilla Xoan de Rivera, en la qual les descia <venid mis parientes e amigos Destremadura, que para vosotros tengo guardados los Reynos de Nueva España.»

Mexor le estuvo a Xoan de Rivera traer en Castilla aquesta dañosa carta, que traer la que traya el Thesorero Alderete para Vuestra Magestad, escripta en nueve pliegos de papel; e como espiró el Thesorero en la Habana, tomó la Carta

Xoan de Rivera e embiola a Hernando Cortes questaba en Tucapan; por esto a seydo cabsa que Vuestra Magestad aya carecido de thesoros e Reyno de la Nueva España e en ellos e en Castilla aberse multiplicado tanto malo, pues a de creer Vuestra Magestad que Hernando Cortes ni sus valedores no an fecho cosa fasta oy de que ayan de dar quenta clara a Vuestra Magestad.

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E si me quysiere creer, yo ge lo doy por sano consexo, que pues Hernando Cortes de ninguno se fia, Vuestra Magestad no se fie en él e porque a seydo dos veces condenado en xuycio, la primera condenáronlo a ciento azotes quando por ello lo cabalgaban en un asno los Alcaldes de Diego Velazquez en Cuba, e la segunda fué condenado a la horca e pasado en cosa xuzgada; dambas usó con él de mysericordia el Adelantado Diego Velazquez.

Volviendo a mi parescer, que les mande Vuestra Magestad al dicho Presidente e Oydores quen entrando en la Nueva España, como pudiesen, prendan a Hernando Cortes e lo pongan en tal logar que no tenga contratacion con ninguno de sus validores, porque es muy sotil e astuto en caso de trayciones e engaños, e puesto así, sepa de su vida e desenterrarse án los dyabólicos casos que a fecho, e tambien podrá ser desenterrarse las tinaxas en que tiene el oro; e si esto así no se faze no me maravillaré, porque Hernando Cortés

embíe al Presidente e Oydores en pos de Luis Ponce e Francisco de Garay con la capirotada e del Thesorero Alderete e de su muger Catalina Suarez, porque daquesto vive Hernando Cortes.

Pues no ay razon porque Vuestra Magestad dude en cosa de lo susodicho, pues cinco años que yo estube en la Nueva España, e veynte e siete meses en Vuestra Real Corte, siempre lo a dado relacion destos servycios de Hernando Cortes, e fasta oy ninguno de sus valedores ni procuradores me an osado contradescir, ni menos los tres frayles ni tampoco Hernando Cortes lo podrá negar, si su xustycia faze lo suyo.— Fecha en Sevilla a treynta de Agosto Año de mill e quynientos e veynte e siete.-Luis de Cárdenas.Está firmado.

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